Por Jorge Olmos Contreras
Fernando González Corona es un tipo listo, brillante, exitoso, es algo así como el rey midas de los negocios, todo lo que toca lo convierte en oro, así lo ha demostrado con sus empresas hoteleras y de tiempo compartidos, como el lujoso hotel Garza Blanca que de ser un proyecto abandonado, ahora es un punto de referencia en la hotelería del lujo de la zona sur de Puerto Vallarta. Sin embargo, Fernando tiene un talón de Aquiles, una parte vulnerable donde no puede tener éxito y este punto es en los medios de comunicación, al menos en Vallarta, donde su periódico Tribuna de la Bahía se ha convertido en un barril sin fondo, un diario que no vende y que está a punto de cerrar sus puertas.
Por lo pronto, en una junta con sus directivos como Robert Kysnert, ya dio la orden para que el periódico no se publique los domingos, es una medida desesperada ante la escasa venta al público y la nula publicidad, toda vez que imprimirlo ese día es como estar tirando dinero a la basura, aunque la media está siendo disfrazada con la excusa de que las prensas serán sometidas a un riguroso mantenimiento.
Pero Fernando González Corona está dispuesto a tomar todas las medidas necesarias, por dolorosas que éstas sean, para cerrar el diario si en un plazo razonable no hay mejoras en las ventas directas al público y en la venta de publicidad, ya que la nómina de la empresa sigue siendo muy alta y opera en números rojos.
Entre otras medidas, la estrategia del empresario González Corona contempla el descanso obligatorio del personal del diario, incluidos los reporteros, cada quince días sin goce de sueldo para hacerle frente a la astringencia financiera que sufre el periódico.
En otras palabras, en Tribuna de la Bahía aplicarán la política de algunos hoteles que en temporada baja descansan hasta por varias semanas y hasta meses al personal de diferentes áreas sin pagarles un salario, lo cual servirá a los directivos para tener asimismo un medidor sobre productividad e impacto informativo.
Por si esto fuera poco, a ningún empleado se le va a permitir que labore en dos empresas a la vez, lo cual va a afectar el bolsillo directo de reporteros, diseñadores, articulistas, formadores etc.
Al interior del diario, cada vez es más frecuente que se comente que habrá nuevos cambios en la Dirección General, en virtud de que si antes David Rojo era quien desde Los Cabos procuraba conducir las riendas de Tribuna de la Bahía de Puerto Vallarta, desde hace unos meses dejó en manos de la reportera Noemí Zamora la dirección del diario, sin cambios significativos a la fecha, por el contrario, la calidad y el volumen informativo ha ido a la baja.
Tribuna de la Bahía tiene pocos reporteros, no tiene columnistas locales, el diario es rellenado con notas nacionales de la agencia Reforma y con artículos de circulación nacional, pero adolece de una crítica fuerte que señale los hechos que acontecen en el puerto en los diferentes sectores de la sociedad, tanto el sector público como en el privado; en otras palabras, no tienen una pluma fuerte ni un liderazgo de opinión pública, por lo que el diario sólo ha dado tumbos en los últimos años, pues su mejor época fue cuando tenía un cuadro competente de reporteros y columnistas como Paco Quesada, Jesús Manuel Díaz Zurita y Gerardo Sandoval Ortiz.
Y por donde se le mire, Tribuna de la Bahía es un fracaso como empresa periodística, ya que a alguien se le ocurrió la sesuda idea de compactar su página de Internet y restringirla sólo a suscriptores; y si antes al menos tenía más lectores que buscaban la información en su portal digital, ahora ese número ha disminuido drásticamente, ya que en estos tiempos de redes sociales y de múltiples opciones noticiosas, es inconcebible restringir los contenidos, máxime cuando la suscripción anual es costosa, oscila entre los mil y los mil 200 pesos anuales, los que casi nadie quiere pagar por el pobre contenido informativo que ofrece.
Así las cosas, en Tribuna de la Bahía se asoman el caos ante un probable cierre del periódico. Algunos piensan que la mejor opción que tiene Fernando González Corona es apostarle a la construcción de un portal noticioso que sea ampliamente competitivo, ya que de esa manera ahorría en costos de operación y bajaría considerablemente la nómina.
Tribuna de la Bahía vivió su mejor momento entre 1993 y 1995, y no por la capacidad de su entonces Director, Prócoro Hernández Oropeza –cuñado de Fernando González Corona--, sino por el grupo de reporteros que encabezada como jefe de información Jesús Manuel Díaz Zurita y que estaba compuesto por Cesáreo Martínez, Gerardo Sandoval, Martha Ramírez, Javier Santos, Jorge Olmos, Maribel Pacheco, Javier Pérez como reportero gráfico y otros como Eréndira Juárez, era un equipo compacto y bien dirigido en sus órdenes de información.
Algunos se fueron los primeros años de Tribuna de la Bahía, pero otros se quedaron a ver que se cumpliera el sueño de Fernando González Corona de ser presidente municipal, por el PAN, de Puerto Vallarta. A raíz de que Fernando llega a la alcaldía, se comprometió la credibilidad del diario, pues fue tachado y todavía lo sigue siendo, de panista, de favorecer a los intereses del Partido Acción Nacional (PAN).
De hecho, con la llegada a la silla presidencial de Fernando González Corona, el equipo de reporteros de Tribuna de la Bahía se deshizo, debido a que Jesús Manuel Díaz Zurita se fue de secretario particular del alcalde y poco a poco se fueron yendo los reporteros de aquél equipo combativo. El único que aguantó más años fue Javier Santos, pero al final también lo hicieron renunciar al no quererle reconocer su antigüedad.
Muchos años después de que Fernando fuera alcalde de Vallarta, casi 15 años, regresó a Tribuna de la Bahía Jesús Manuel Díaz Zurita, ahora como Director, pero su casi esquizofrénica actitud por el perfeccionismo periodístico lo llevó a comportarse de manera grosera y prepotente con el personal, por lo que no duró ni año en el periódico, se fue para no volver, creó su página de Internet denominada www.vallartanetwork.com que sólo tuvo un debut y despedida, pues fue cerrada sin ninguna explicación.
Después el diario, como señalamos, estuvo dirigido a control remoto por David Rojo, pero las cosas tampoco funcionaron y Rojo le ofreció la Dirección a Noemí Zamora, una periodista defeña que ha demostrado que lo suyo, lo suyo, es la reporteada, no sirve para conducir una empresa periodística, y los resultados están a la vista, pero eso será comentario de un análisis más amplio.