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Miércoles, 21 Agosto 2013 22:46

Que los regidores ahora sí se harán respetar Destacado

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El martes, al menos dos horas antes de la declaratoria de cancelación del pleno del Ayuntamiento se podía percibir que algo no caminaba y que los regidores de oposición ahora si habían llegado dispuestos a darse a respetar y no tolerar juegos con el reloj. Casi cinco horas después de la hora convocada, le tocó al secretario general, Antonio Pinto Rodríguez hacer el anuncio, noticia recibida con algarabía y palmoteos de manos de los regidores de oposición en la mesa del salón del Ayuntamiento.

Ahí estaba la ex regidora María Inés Francia Romo codo a codo con el dirigente panista Jesús Ruiz Higuera. La primera dijo haber acudido como una ciudadana interesada en el futuro económico de su ciudad y el segundo, respondió a la invitación de los regidores de su partido por su calidad de notario público. Ellos dos son el del interés que como pocas veces originó la intentona del presidente municipal, Ramón Guerrero Martínez por sacar adelante el acuerdo de los regidores para una reestructuración de la deuda con Bancomer que contrajo en su momento Javier Bravo Carbajal. El punto concentró opiniones a favor y mas en contra sobre eventuales beneficios,  perjuicios a la de por si ya precaria situación financiera del municipio.

A casi diez meses de haber asumido el gobierno municipal nadie ha sido capaz de acertar a plenitud a cuánto asciende la deuda pública de Puerto Vallarta. Por razones que apenas él conoce, Ramón Guerrero ha guardado silencio después de que en campaña y al principio de su gestión estimara en dos y hasta en mas de tres mil millones de pesos el monto de esa deuda. Otros calculan en cientos de millones, pero que a duras penas supera el renglón de los mil millones. Eso parece indicar que será hasta ocioso precisar dichas cifras pues nuestros gobernantes, eso sí por motivaciones políticas, han ayudado a crear dudas y confusiones en el tema.

El punto principal del orden del día de la sesión extraordinaria tiene origen en aquel préstamo pedido por el profe Bravo en las postrimerías de su gobierno. Fueron 450 millones de pesos, dinero que en teoría sería destinado íntegramente para el equipamiento urbano de la ciudad, pero al final, la mayor parte se gastó en quien sabe qué. Varios hombres de negocios, incluyendo catedráticos, directores y dueños de periódicos se prestaron a la compase, al aceptar ser parte de un club de “fiscales ciudadanos”.

A menos de cinco años tampoco se sabe mucho de cuánto se abonó al capital de aquel préstamo y cuánto queda por pagar. A cuentagotas, y tampoco es oficial, se han manejado algunos cifras, por ejemplo que se paga algo así como cuatro millones mensuales por intereses y que aun se le debe a Bancomer poco mas de 334 millones de pesos.

Ha sido semejante deuda el dolor de cabeza que en su momento llevó a Salvador González Reséndiz realizar una renegociación con el banco. Lo hizo con medianos resultados pues el problema no se arrancó de raíz y, como ahora lo pretende Guerrero Martínez, buscó disminuir los intereses extendiendo los plazos de pago. El equipo de  expertos financieros contratados por González Reséndiz concluyeron que las condiciones del préstamo rayaban los límites del anatocismo, el famoso “cobro de interés sobre intereses” que hace algunos años mandó a la quiebra a constructoras de vivienda y aquí hizo perder a cientos de familias que se endeudaron comprando residencias en la zona de Aralias, Los Sauces y otros fraccionamientos de lujo.   

Con ese lastre que representa el millonario adeudo, en diciembre pasado Ramón Guerrero logró sacar un acuerdo que le permitía contraer un préstamo de 100 millones de pesos. Sin embargo, hasta donde se recuerda, nunca se formalizaron los contratos para entrarle al dinero.

Pero bueno, nuestro alcalde se ha dado a la tarea de buscar acuerdos con la banca para alcanzar mejores condiciones de pago. Esa es su argumentación. Los regidores de oposición, son de los que no están convencidos y de menos afirman no tener información suficiente como para aprobar una propuesta de tal magnitud. Eso dijeron ayer al conocer la cancelación de la sesión extraordinaria.

Por sí mismo, no es cuestionable una reestructuración de una deuda, pública o privada. Quien tenga alguna deuda y se atrasa en sus pagos no tiene mas opción que acercarse a su banco y renegociar. El punto crítico acá es la propuesta de extender el plazo del pago. Bravo contrató los 450 millones de pesos por 15 años y ahora se trata de prolongarlo otros diez años. Es decir, se propone se termine de pagar hasta el 2024.

Los opositores barajean argumentaciones distintas y no se convencen con la razón de que lo mejor es disminuir en la mitad los pagos por intereses que mensualmente se pagan ahora y ese mismo dinero, unos dos millones de pesos, gastarlo en el mantenimiento de la ciudad. Si es cierto que la burra no era arisca, acá los políticos se encargaron de convertir a la ciudadanía en una sociedad incrédula ante cualquier acto de sus gobernantes. Cuando Javier Bravo pidió permiso a los regidores de pedir dinero, juró que era por su ciudad, dizque le creyeron y los regidores le dieron el voto. Ahora se le dificulta a Ramón Guerrero convencer que busca dinero para gastarlo en Puerto Vallarta.

Ahora, se evidenció la tarde del martes deficiencias de operación política del gobierno municipal. Por momentos, el alcalde ocupaba tres oficinas y era obligado a saltar del despacho principal a la sala de juntas y a la oficina que ocupan sus asesores. Pudo haber esperado se concrete la reforma fiscal que impulsa el presidente de la república, Enrique Peña Nieto que contiene modificaciones a las reglas bancarias en el tema de préstamos, mejores condiciones para acreedores, pero Ramón Guerrero tiene sus prisas. Como que va contra el tiempo.

Mientras el alcalde intentaba planchar su acuerdo, posiblemente buscando convencer a regidores para alcanzar la ansiada y obligada mayoría calificada, los regidores de oposición iban y venían de sus cubículos al salón de plenos.

De vez en vez salía y platicaba con reporteros y otros. Huberto Muñoz Vargas insinúo al autor que esta vez no estaban de humor y que darán la nota. Poco a poco, al paso de los minutos, se construyó el escenario de la impaciencia.

Concluyeron en la fala de respeto y un agravio a su investidura de regidores. Una espera que de una, dos, tres cuatro, se prolongó hasta cinco horas. El tiempo corrió esta vez en contra del alcalde. Los reporteros también se ofuscaron y literalmente a gritos demandaron la presencia del alcalde para que al menos a ellos les diera una explicación, una breve entrevista pedida desde un día antes.

La deuda municipal ha sido arma y herramienta de campañas electorales desde aquella elección de febrero de 1995. Y conste, en esas fechas la de deuda del municipio apenas rondaba los 38 millones de pesos. Pero no había dinero, como ahora, ni para gasolina ni arreglo del parque vehicular. Con dinero propio Fernando González Corona pago una flotilla de volteos para recoger la basura de las calles. Eso le valió cosechar simpatías y sumar votos en la elección y barrió al priista Sergio Arat Sánchez Cervantes. Ramón Guerrero hizo de la deuda en campaña el año pasado un agresivo discurso y contra todo pronóstico se alzó con la victoria en las urnas. Todo apunta a que para el siguiente proceso electoral muy poco o nada cambie y la deuda se mantenga como el recurso más efectivo de los discursos de campaña.

 

REVOLCADERO

 

Por cierto, el que se dejó ver el martes en la tarde, sentado en perfecto orden y dialogando amenamente con Jesús Ruiz Higuera y Mará Inés Francia Romo de Baños, fue Héctor Gallegos de Santiago. Adoptó poses de un opositor del gobierno municipal al que hace algunas semanas prestó sus servicios. Ahora se asume como el hombre del futuro del Movimiento Ciudadano, curiosamente el mismo partido que ha hecho suyo el presidente municipal, Ramón Guerrero Martínez. Eso sí, desde su rompimiento con el alcalde Gallegos no modifica su discurso critico hacia la administración municipal. De su lenguaje, la palabra mas repetitiva es la corrupción.****** Nos informan que Juan Enrique Ibarra Pedroza rastrea a Oscar Avalos Bernal. Quiere saber sus antecedentes, trayectoria, lo que hizo y no hizo en Estados Unidos, en la unidad de riego de Las Palmas y en el ejido del mismo poblado y hasta ahora como regidor.  Allá en su ejido, sus vecinos tienen mucho que decir del que ahora es regidor del Movimiento Ciudadano. Ibarra Pedroza quiere hacer lo que aprendió en el PRI, consultas y auscultaciones de todo aquel que confiesa aspiraciones. Oscar “el canitas” quiere ser candidato a diputado y como que Ibarra le cierra el ojo.***** Si el viejo zorro del tricolor, ahora vestido de aguilucho, Ibarra Pedroza, quiere saber algo del regidor mochilista, solo necesita darse una vuelta por Las Palmas. Allá tal vez le platiquen del cómo y por qué le autorizó, y en asamblea, una especie de auto préstamo al Chonte Sotero Gutiérrez, quien es secretario de ejido que preside Avalos Bernal. (Una versión nos aclara que ese préstamo fue a la Unidad de Riego y no al Chonte). Este es el antes primo chiqueado de Pancho “la zorra” Gutiérrez. Como no le rezó a “Santa (José Luis) Huaracha” y le fue mal en el temporal de siembras. Es mas, le recomendamos a Ibarra Pedroza que vaya con don Macario López González, para que le platique las malas artes que emplea al regidor para hacer desistir a su hijo el químico de participar en las elecciones del ejido programadas para el 8 de septiembre. Pero bueno, Ibarra Pedroza puede ir a comer al asadero de Rafael Rodríguez y con suerte “el orejón” se anima a platicarle cómo le hizo “el canitas” para convencer a su hijo Rubén, declinar ir como tesorero en la planilla de Juan López y unírsele al profe Sebastián Peña.

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