Por Jorge Olmos Contreras
Como si se tratara de un trabajo por encargo, agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) con sede en Puerto Vallarta, prácticamente secuestraron y “levantaron” a dos jóvenes empresarios por la simple sospecha de que su situación migratoria era irregular y sin verificar si alguno de ellos era ciudadano mexicano por naturalización, sólo les aplicaron la máxima de las policías corruptas en México, detenerlos y después averiguan.
Así le ocurrió a Omar Jesús Carrillo Mujica, mexicano naturalizado, quien el pasado 13 de abril se encontraba trabajando en sus oficinas ubicadas en la calle Francia número 114 de la colonia Versalles, cuando de pronto aparecieron tres personas en una camioneta tipo Van con logotipos del INM. El pretexto era ejecutar una “revisión de documentos”.
Los empleados del INM actuaron como si alguien les hubiera pedido el favor, como si alguna persona les haya pagado dinero para “levantar” a Omar Jesús Carrillo Mujica, ya que en ningún momento permitieron que el muchacho se defendiera, no lo escucharon ni le hicieron caso de que él, efectivamente, es de origen venezolano, pero que desde el 20 de junio del año 2014 obtuvo su carta de naturalización mexicana expedida por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER) identificada con el número 01047.
Estos supuestos agentes del INM iban por Omar Jesús Carrillo Mújica, es evidente que no le permitirían demostrarles que en su carro traía sus documentos legales, como su credencial del Instituto Nacional Electoral (INE) que lo acredita como mexicano. No, por el contrario el presunto agente de apodo “Jimmy” actuó en forma grosera y prepotente, exigió a todos los que estaban en la oficina sacaran sus documentos, e incluso le arrebató el pasaporte y su formato FMM al hermano de Omar de nombre Daniel José, que también es de origen venezolano.
Y como al parecer la intención era sacarles un susto a estas personas o quizá amedrentarlos para exigirles dinero, los subieron a empujones a la camioneta Van, sin darles ninguna explicación ni mostrarles la orden de verificación migratoria.
Lo peor vendría después, ya que los aventaron al piso de la camioneta, los lastimaron y se molestaron porque Omar y su hermano habían llamado a la policía municipal, cuyos agentes de la patrulla PV-233, se pusieron a favor de los de Migración, pues pidieron a los afectados que subieran al vehículo. El Tal Jimmy todavía los amenazó, les dijo que por haber llamado a la policía se habían metido en un problema, y además, sin verificarlo, afirmó que la credencial del INE de Omar era falsa, cosa que no fue así.
Los venezolanos fueron trasladados a la delegación del INM que se ubica en la entrada de la API, los privaron de su libertad sin leerle sus derechos ni justificada su detención, los encerraron durante 30 minutos a él, a su hermano y a otro amigo de él que con engaños lo citaron a las oficinas de Migración para luego ser detenido, pese a que ya es un ciudadano residente en Puerto Vallarta y tiene sus documentos en regla.
Ese día, lunes 13 de abril, los jóvenes empresarios fueron trasladados a la ciudad de Guadalajara, viajaron durante cinco horas en una Van, esposados, sin proporcionarles alimentos ni agua, ni siquiera dejarlos ir al baño.
Como si fueran delincuentes, iban escoltados por una patrulla de la Policía Federal de Caminos, que cada cierta distancia cambiaba de unidad y así hasta llegar a Guadalajara a las 11:00 de la noche aproximadamente. Fueron recibidos por otros agentes a quienes no identificaron porque se habían quitado sus placas. Estuvieron encerrados en un cuarto hasta las 10:00 de la mañana del día siguiente, es decir, del martes 14 de abril.
A esa hora, llegó el subdelegado del INM en Jalisco, Gustavo González Matute, quien los invitó a platicar y muy educado, les comentó que no sabía del mal proceder de los agentes de Puerto Vallarta, que tampoco estaba enterado de que los tenían prácticamente escondidos, por lo que los liberó de inmediato “nos salvó de las garras de los agentes de PV que nos secuestraron”.
La esposa de Omar, Gabriela Josefina Torres Romero se movilizó ante semejante injusticia y se comunicó al número 01800 46264 para levantar una denuncia en el INM –pues así lo establece en su portal de Internet—y una licenciada Maribel Martínez le levantó su declaración y además le informó que no había ningún oficio relacionado con los nombres de su marido y de su cuñado, lo cual quiere decir que no existía la orden de una “revisión de documentos”.
Gabriela Josefina fue a las oficinas de Migración en Vallarta y fue atendida de manera grosera y burlesca por parte de una presunta delegada, quien dijo llamarse Xóchitl Pellicer, ahí se encontró al agente de nombre Jaime Cruz o José Cruz, alias Jimmy, quien por la mañana se presentó sin uniforme a “levantar” a su esposo en la calle Francia, a quien le pide explicaciones y éste sólo opta por meterse a las oficinas y ya no salió de ahí.
La cónyuge de Omar fue al Ministerio Público a levantar su denuncia por estos hechos, y ahí una tal licenciada de nombre Alejandra le dijo que primero fuera a Migración y, después, cuando regresó a la Fiscalía Regional con la tal Alejandra, y ésta le comentó que a su marido lo tenían en Guadalajara y “que al parecer todo fue para darle un escarmiento a su esposo”.
A más de 15 días de esta violación a los derechos humanos y por los delitos que cometieron los agentes de Migración, no hay una sola sanción, acta administrativa o destitución de los malos servidores públicos. (Nota también publicada en la edición impresa número 122 de VALLARTA UNO en circulación desde el 18 de mayo del 2015)