Es tradición que los procesos del PAN despiertan todo tipo de pasiones y esta vez no es la excepción. Ya se escuchan expresiones de traiciones, de acuerdos y compromisos rotos e incumplidos y como se trata de señalamientos, el más socorrido es el diputado local, Juan José Cuevas García. No es casualidad, perdió la elección local pasada pero al lograr una curul en el Congreso del Estado por repechaje, se le vaticinó que se erigiría en el hombre fuerte del partido.
En la elección pasada, Cuevas García aspiró a la candidatura a la alcaldía, pero al construir un acuerdo político con el grupo del finado Josemaría Ibarría González y Humberto Muñoz Vargas, sacó el compromiso de ser apoyado para las elecciones 2015. Según la versión de tal compromiso, para el 2018, estos tres grupos de militantes de Acción Nacional apoyarían a uno del grupo de Chema Ibarría para la alcaldía.
Hasta ahí todo bien, todo encaja. Sin embargo, llega la elección interna intermedia. Apenas ellos saben si existe o no el compromiso de respaldar a Ricky Ponce para llegar a la presidencia del Comité Directivo Municipal. El hijo de Pina Ibarría y sobrino de Chema Ibarría, reclama el apoyo a sus pretensiones y alega que el propio Peri Cuevas está en la misma sintonía, se niega cumplir el compromiso. Eso le ha ganado algunos golpeteos en un sector de la prensa.
Vamos por partes. Ponce Ibarría funge ahora mismo como secretario genera del CDM y desde esa posición, por estatutos, es el encargado de la oficina del partido. Pero toca la casualidad que el partido atraviesa por la peor crisis de su existencia. Tienen edificio, oficinas, pero estas permanecen cerradas desde hace meses y la militancia acusa al “Ricky” se ser el responsable. Y hay razones para ello. Sus detractores dicen que como secretario general nada hace para mantener vivo al partido, no cumple el perfil para desarrollar funciones de presidente. Para ser mas claro, el muchacho no ha dado resultados y solamente ha exhibido irresponsabilidad.
Pero como se trata de hacer grilla y mas grilla desde hace dos semanas se dejó correr la versión del incumplimiento de Juan José Cuevas. Todo porque una comisión de los “peristas”, encabezados por el propio legislador local, supuestamente acudieron a él para decirle que hay mejores perfiles para tomar las riendas del partido y que él se verá bien en la planilla como candidato a regidor. Eso encolerizó a los supuestos aliados del “peri” que para pronto recurrieron a sus aliados de la prensa y se abrió el fuego amigo.
La versión del apoyo del diputado a Ponce Ibarría no es un invento total. Un día se dio un encuentro en el restaurante Los Alcatraces y ahí el hijo de Pina Ibarría le confesó al diputado sus ganas de ser presidente del partido. El nativo de El Monteón le dijo que estaba bien. Eso fue todo. Mas reciente, en un desayuno en la casa del diputado, el muchacho le recordó el compromiso contraído. Cuevas le aclaró que lo del restaurante jamás había sido un compromiso empeñado.
La aclaración no detuvo el golpeteo contra Juan José Cuevas. Ponce Ibarría mantiene su aspiración y está decidido a ir en contra de sus aliados del último proceso. En tanto se acerca mas la fecha de conocer la convocatoria y darse el proceso, arrecia el fuego amigo y se aproxima el rompimiento de los acuerdos del 2012.
Ponce Ibarría tendrá en teoría el apoyo del ala tradicional del PAN, entendiendo esto como panistas cercanos al regidor y ex candidato a la alcaldía, Humberto Muñoz Vargas. Ellos más que nadie saben que Cuevas García se asoció a Muñoz Vargas en circunstancias de oportunismo político ante la imposibilidad de concretar un acuerdo con Ramón Guerrero Martínez. El ahora alcalde y el ahora diputado local habían hecho campaña en el 2009 de la mano, pero esa relación se enfrió en los siguientes años hasta convertirse en insostenible, cuando ambos aspiraron a la alcaldía para el proceso 2012. Contra la historia de la militancia panista, Cuevas cerró su alianza con Muñoz Vargas, un panista doctrinario que por años forjó intereses opuestos a Cuevas García. Como se trató de ir todos contra “El Mochilas”, se juntó el agua y el aceite y ahora brotan las consecuencias. No existió una garantía de que tal compromiso perduraría mas allá del proceso pasado y el pronóstico se cumple inexorablemente.
De lo que sabemos, Juan José Cuevas procura un comité conciliador e incluyente y tiene toda la seguridad de que ese perfil lo cumple a cabalidad la señora Olivia Pérez de González. La dama es una de esas panistas tradicionales pero cuando apareció en la planilla de las elecciones de noviembre de 1997 como candidata a vicepresidente municipal, haciendo mancuerna con David Cuevas, estableció firmes relaciones con esa familia. Queda la duda, es una mera especulación, que atrás de ese respaldo esté el propio David Cuevas, a quien muchos ven como el verdadero artífice de las estrategias que aplica su hermano menor. Bajo esas consideraciones, sacan a colación el “apenas te la creíste”, famosa máxima que en su momento David se la aplicó a Ignacio Guzmán cuando se supone que el primero pactó apoyar a Nacho en aquellas elecciones de 1997.
Una rejuvenecida Olivia Pérez, una vez regidora y otra vicepresidenta municipal, se ha tomado las cosas con seriedad. Dedica horas a llamar a militantes y dialoga personalmente. No pide ayuda pero confiesa su aspiración de ser la presidenta del partido. No sabemos qué profundice, cómo ni con quién contempla levantar al adormilado PAN, pero hay nombres de prospectos a ir en su comité. Estaría el doctor Ricardo Uribe, Julio “el tamalero” Navarro, Maru Méndez, y otros más.
Lo preocupante es el cruce de acusaciones que entre el panismo se lanzan. En el panismo que se mantuvo firme en el partido y se negaron emigrar al proyecto “Mochilas” todo es desconfianza y deslealtad. Cuevas tiene razonables dudas de si a él le cumplirán el compromiso del 2012. No muy en el fondo se hace de la idea de que la alianza se romperá y los grupos se irán por su lado, ellos impulsando a doña Olivia Pérez y chemistas y humbertistas apoyarán decididamente al Ricky Ponce. Los colaboradores del diputado saben leer los mensajes enviados en algunos espacios de la prensa y están ciertos de que no habrá marcha atrás.
REVOLCADERO
En sus dos campañas, Juan José Cuevas García ha hecho compromisos y en su momento se ha desentendido de los mismos. Uno de los más entusiastas porristas que en su momento se entregó a su proyecto y a sus campañas fue Gustavo Jiménez Hernández, el popular “chopas”. Pero al final de la campaña del año pasado, esa relación se quebró. “El chopas” ya no soportó los desplantes, soberbia y arrogancia del hijo de Cuevas, que al insistir en tratarlo como un jornalero del montón, se hizo a un lado. Después de ello, el veterinario ha desnudado a quien desee escuchar las debilidades de la familia.***** Citamos a Gustavo Jiménez porque casualmente ayer escribió en facebook la siguiente cita, que reproducimos, tratando de ayudarle un poco en su redacción: “Le dije desde un principio a Pery Guevas que no se metiera en camisa de 11 varas, y nunca me quiso hacer caso, que no estuviera con esas dificultades, es la dádiva para atrás por mandarle poner yo: A su nuera de suplente, porque el único que se la consiguió a su suplente y se la recomendó fui yo mero cuando veníamos de Guadalajara, Jalisco a inscribirse como diputado local al comité estatal del PAN después de que la esposa del señor presidente de Ayutla no quiso ser su suplente, porque este individuo rechazó a Mochilas como candidato. Me preguntó: “Chopas, dame el nombre de una mujer hermosa de Ixtapa que sea de orígenes priistas”. Y le mencioné a Ortiz Sahagún, le hablamos a Olivia y a su esposo y se hizo la machaca. Esto lo cocinamos desde Las Varas hasta el cerro del Ceboruco, cuando llegamos a Guanatos ya teníamos suplente y todo gracias a mi, y al último ésta señora, o sea la suplente, me borró de su lista de amigos y yo procedí a bloquearla”.****** Gustavo “el chopas” Jiménez se refiere a la hija del matrimonio de Ignacio González y doña Olivia Pérez, hoy diputada local suplente y miembro del clan Ortiz de Ixtapa. Infiere que Juan José Cuevas no tiene empacho en hacer alianzas con Dios y con el diablo para saciar su apetito político. Exhibe razones que mueven al “peri” para empujar a doña Olivia a la dirigencia del partido. Es palabras más claras, sugiere que Cuevas es un político tenebroso y perverso, que se conduce con avaricia, propenso a las deslealtades y traiciones.