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Lunes, 21 Octubre 2013 23:04

La guerra contra doña Olivia

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Por Gerardo Sandoval Ortiz

Como días atrás lo auguramos en este espacio, la guerra en el Partido Acción Nacional en Puerto Vallarta lejos de parar se aviva cada día. Aún no lanzan la convocatoria para renovar el próximo Comité Directivo Municipal y no llega la tan cacaraqueada tregua ni unidad. La corriente denominada “Chemistas” tienen sus cálculos y saben que no les alcanzan sus canicas pero insisten en ir a una contienda impulsando a Ricardo “el Ricky” Ponce Ibarría; Carlos Murguía Cibrián, le apuesta a que algún indeciso caiga en su proyecto, pero solo él  realmente sus limitaciones aunque su eventual registro le pondrá sabor al caldo y abultar su curriculum de militante.

 

Respecto al cachorro del matrimonio Carlos Murguía-carina Cibrián, nos reportan nuestros amigos panistas que a veces va y coquetea con Juan José “el peri” Cuevas y doña Olivia empero recurre a sus amigos reporteros y les cuenta sus propias historias previa la consabida “no lo publiquen” con el añadido de que apoyará al Ricky Ponce en la segunda vuelta. El flamante abogado parece estar en la encrucijada de su vida pues es sabido que no es bien visto por un buen sector del ala doctrinaria, los que se unen alrededor del proyecto del hijo de Pina Ibarría. Ellos pues no le perdonan que sus papás abandonaran de facto al panismo al panismo y a Humberto Muñoz Vargas en la pasada elección local para irse a apoyar a Ramón Guerrero “el Mochilas”.

De acuerdo a nuestros cálculos personales, nos estamos quedando con la impresión de que sin duda el enemigo a vencer es la legendaria Olivia Pérez de González. La doña ha sido dos veces regidora por el PAN, una vez vicepresidente municipal precisamente al lado de David Cuevas García hermano del principal promotor de la dama. Doña Olivia es la madre de Ignacio González Pérez, aquel que fue regidor en el primer trienio panista, con Fernando González Corona. Eran los tiempos que toda la familia invadían al PAN y le ponían su ingrediente personal en tanto evento panista se celebraba. Yernos y nueras de doña Olivia hacían la fiesta.

La doña del peinado encopetado cada día se posiciona más, pues inspira respeto y confianza, además que como dice su slogan “Reencuentro con nuestros Valores”  evoca los principios del partido, en donde ella fue pieza fundamental en la fundación del PAN Vallarta.  Esos inicios de lucha y esfuerzo que llevaron a ganar la presidencia municipal en 1995, lo que tanta falta les hace en estos momentos. Uno de los principales soportes de su proyecto es Andrés Ponce Peña, el de Tebelchía, que solamente en el último paquete de adherentes que alcanzaron estatus de militantes efectivos colocó a dos docenas de amigos, compadres, hermanos y vecinos. Todos ellos están con Doña Olivia. 

Doña Oli es de esos cuadros blanquiazules de excepción, con una limpia carrera política, con aciertos en la función pública y sin escándalos en su vida privada. Así que sus detractores en un principio solo les quedaba  objetar su avanzada edad, pero ella lejos de amilanarse en la primera oportunidad que tuvo agarró el micrófono en el PAN y de frente les dijo que eso no era impedimento, al contrario era una virtud, y orgullosa puso su experiencia y tiempo al servicio de su partido y comunidad.

Debieron pasar dos semanas para que retomaran el ataque y ahora, muy al estilo del panismo vallartense se ha dejado correr un rumor que a nuestro juicio exhibe las flaquezas y debilidades de los panistas. Bien dicen, “rumorea que algo quedará”, y así gente como Antonio Escobedo Pulido en las redes sociales se ha dado vuelo cuestionando, ¿qué de cierto hay que Olivia en cuanto gané le dejará la presidencia a otro personaje?

En palabras llaneras, lo que intenta Toño Escobedo es jugar al lopezobradorismo y poner a la dama del copete a la par de aquel mítico Juanito de Iztapalapa, el de la banda roja en la frente. Quién sabe qué tan grave es el significado “juanito” en el PAN peor reducir a una simple “juanita” a una daña como doña Olivia es a juicio de muchos asta una falta de respeto a su trayectoria y decencia. Si embargo, considerando que ese ha sido el estilo ya arte de muchos panistas, a todos debería tener sin cuidado, particularmente a la aludida y preocuparse en su precampaña. Si alguien le cuestiona, debe asumir la seguridad de lo que quiere y de frente responder a todos. Caer y prestarse a esos juegos perversos no es recomendable cuando se tiene claro un  interés e interés, que en este caso es el de trabajar en pro de Acción Nacional.

Poco o nada sabemos de qué esta realizando “el ricky” Ponce a no ser los encuentros en los restaurantes de sus amigos. Carlos Murguía hace sus esfuerzos por mantener presencia dentro y fuera de la membresía partidista pero él como muchos saben que en el PAN sigue imponiéndose la moda grupera. Y en tanto Carlitos reciba el desdén de sus compañeros no le será fácil ganar adeptos.

Así las cosas, determinadas piezas se alinean a favor del proyecto de doña Olivia. A nivel nacional destaparon ya a Josefina Vázquez Mota como candidata a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional. Entonces, la tendencia natural será que llega el momento que las mujeres den un paso al frente y tomen el relevo de su partido. Doña Oli sin duda será siendo blanco de descalificaciones desesperadas de los Chemistas y sus aliados, pero ella juega en otra pista, no entra en ese debate, sino en la línea que le permita ganar simpatía dentro del PAN y a posicionarse como una voz fuerte que una y empuje a una era de triunfo, y con ella vienen de regreso varios panistas de valía que habían estado rezagados o decepcionados por el rumbo que en los últimos años tomaron  en la sede albiazul, iniciando así una fuerte ola que permeará en la sociedad.

El PAN, necesita, sí, la urge renovar sus cuadros y reivindicar sus principios doctrinarios aun a costa de recurrir a quienes en su pasado reciente construyeron los cimientos de un partido capaz de ganar la alcaldía, la gubernatura, la mayoría del congreso local, la presidencia de la república. No se trata de aplastar a la nueva militancia sino establecer equilibrios entre la experiencia y las nuevas camadas de militantes. No todos los neopanistas han sido contaminados y en muchos habrá el talento para hacer revivir de sus cenizas a ese partido que mucho ha dado a la democracia mexicana.

Si, al panismo le urge también una buena sacudida, rehuir a los extremismos y acabar con el radicalismo que raya en el fanatismo y nada abona al partido. Eso del fuego amigo ya debería ser cosa del pasado pero los propios panistas se niegan extirpar esas prácticas que trajeron al PAN a las condiciones de hoy.

 

Revolcadero

 

Nos dicen por ahí, entre los pasillos del Ayuntamiento, que a Arturo Dávalos Peña, “El Cepillo”, lo ha volado tanto el alcalde Ramón Guerrero Martínez que ya no lo controla ni su camarada y tocayo, el contador Arturo Gradilla Ulloa. El antes humilde panista, tampoco se digna a contestar llamadas de sus antiguos correligionarios, se alejó de sus antiguos amigos y asume poses igual que campoyito, el de Tránsito Municipal. Total, que nadie sabe si atiende las asesorías de Memo Salcedo, otro que cada vez que llega a un huesito se sube al ladrillito y deja de saludar a sus amigos. Ahí está para la historia aquel cuadro de dos monos donde aparece él al lado de Juan Carlos Ríos Camarena, con la mano en la frente cual saludo militar, preguntándose uno al otro “que lejos se en los inmortales”. Memo tenia los pies encima de un ladrillito, el mismo ladrillito que ahora pisa “el cepillo”.****** Por cierto, algunos operadores políticos cercanos a Enrique Alfaro Ramírez se manifestaron “extrañados” por el supuesto destape del “Cepillo”. Dicen que la instrucción del líder del Movimiento Ciudadano es procurar a líderes de la talla de Andrés González Palomera, “el Peri Cuevas” o ya de perdida Mónico Cervantes, pero “el cepillo”?  Entre algunos cercanos amigos del director de Desarrollo Social existe el temor de que a la hora de la hora el “precandidato” se les raje como la ha hecho muchas veces antes, no en vano le dicen “la mona”. Después entramos a este tema porque si algo ha sumado en su trayectoria política Arturo Dávalos son reculadas tras reculadas.***** Otros más aventurados dicen que la idea del alcalde Ramón Guerrero es “quemar” a Arturo Dávalos. Aseguran que la calidad moral del funcionario no pasa ni la más elemental prueba del ácido, que es tanta su afición por los placeres de la vida que su prestigio podría derrumbarse como castillo de naipes. En esa idea, Guerrero Martínez estaría exponiendo al “Cepillo” al descrédito para impulsar a quien sería su verdadera carta fuerte.

 

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