El encuentro en las fondas del tradicional mercadito fue el aviso de Ramón Guerrero Martínez de regresar en serio a Puerto Vallarta. En los meses de este año ha sostenido eventos públicos y encuentros en privado y da a ellos discursos distintos. En privado cuestiona a quienes considera sus enemigos dentro del Movimiento Ciudadano, al alcalde Arturo Dávalos, su gobierno y sus amigos, y en público redirige su crítica a los priistas y elude hablar. Su palabra favorita es la corrupción de los priistas.
Un año más tarde, “el mochilas” mantiene su activismo y ha logrado imponer en sus promotores su discurso de ser él quien será el candidato del MC. Sus seguidores están seguros que tiene la bendición de Enrique Alfaro y que Dávalos Peña se hará a un lado y no buscará la reelección. Es lo que llaman “news fakes”. Sus fans juran y perjuran que la decisión ya se tomó. El martes 15, un amigo de Las Palmas, eso nos dijo. No preguntó, nos afirmó, “el mochilas ya es el candidato…”. Sin embargo, guardó silencio cuando le pedimos platicar cuáles eran sus argumentos para convencerse de ser eso verdad y no una mentira para ganar adeptos.
En el sector informado de la sociedad vallartense, “el mochilas” no ha podido avanzar. Pidió a sus operadores agendar encuentros con sus amigos periodistas, pero con una o dos excepciones logró resultados. Los periodistas, los de talacha diaria, están en un bloque natural, pues son los primeros en rechazar el retorno de los viejos tiempos del mochilato, los de esperar retrasos de una, dos, tres, cuatro o más horas para el inicio de una sesión de Ayuntamiento. Si acaso los comprometidos y los incondicionales desean y aplauden sesiones a mitad de la noche o en la madrugada. Fue en sesiones de media madrugada en las que el diputado de Ayutla sacó acuerdos y votaciones para deshacerse de bienes públicos y venderlos a particulares.
Para asombro de muchos, Ramón Guerrero ha podido aglutinar a su alrededor a un grupo de promotores que están con él a ciegas. Es un decir “a ciegas”. En realidad, dispone de un presupuesto para pagar a varios de sus activistas mensuales cantidades diversas y a casi dos decenas de los suyos les ha prometido incluirlos en su planilla y convertirlos en regidores.
En otro momento consignamos en este espacio que Ramón Guerrero incurre en un grosero chantaje a Enrique Alfaro. La última vez fue a mediados de mayo cuando entrado en cólera amenazó con abandonar al MC e irse Morena porque en Puerto Vallarta circuló la foto del dirigente local, Gustavo Fong Patiño con la leyenda escrita “que Regrese el mochilas, pero lo que se robó”. Pidió al alcalde de Guadalajara y jefe política del MC, Enrique Alfaro poner un alto a Gustavo Fong. La misma exigencia hizo a Ismael del Toro, coordinador de la bancada naranja en el Congreso del Estado.
Como niño chiqueado, ante cada crítica, de periodistas o de militantes del MC, Ramón Guerrero va y corre a la oficina de Alfaro y amenaza que se va del partido. Alfaro lo chiquea por temor a perder otro diputado, y la mayoría, en el Congreso de Jalisco.
La pose caprichosa del ex alcalde ha hecho relamer los bigotes a nuestros amigos priistas. En cada charla reconocen que el PRI no está en su mejor momento, pero los escenarios actuales se acercan a crear condiciones favorables para la elecciones de junio del próximo año. Todos auguran un choque de trenes dentro del MC y eso propiciará el aumento de las probabilidades de un triunfo tricolor por el que en este momento nadie apuesta.
Cuánta razón tiene todo aquel que advierte en el enorme daño que “el mochilas” hace a su partido. Si se va del MC y a Morena, quizá haría bien a Héctor Gallegos que a veces enloquece cuando le viene a la cabeza el nombre del político de Ayutla. Sería una decisión que en dos bandas causa beneficio; en el MC se pondría un alto a las sublevaciones y camorras internas y a Gallegos y a Roberto Ascencio les permitiría dormir como niños postbautizo. Quién sabe por qué pero el señor aterroriza en el MC y a los señores de Morena. En el MC a él le endosan las culpas de, primero calentar a sus amigos, y después, dejarlos solos cuando perdieron la chamba por seguir calenturas ajenas.
Cuando en aquel café de la Versalles, Héctor Gallegos le dijo a Oscar Pérez, identificado como el más leal y cercano a Ramón Guerrero, que si lo tenía al lado lo golpearía, se despejaron todas las dudas, si es que había, de los daños que a su paso ha dejado “el mochilas”. Lo dijo y le repitió dos veces Gallegos a Oscar Pérez “esto es personal, dile al cachetón”.
En el MC todos se sienten agraviados. El diputado siempre se ha dicho indignado por haber despedido a sus recomendados en la actual administración municipal. Quería que del dinero de los vallartenses se les siguiera pagando hasta a los lecheros. Sin embargo, cuando él se fue, quedó a deberles hasta a sus amigos periodistas. Son éstos quienes le restregaron en su cara antiguos desdenes. Esa fue la respuesta cuando los reunió para pedirles su apoyo y les dijo “yo seré el candidato”.
El discurso de Guerrero se desborda en pasión y provoca un enloquecido fanatismo en los suyos. Ha orillado a sus seguidores a tomar una posición de rechazo a Arturo Dávalos a quien cree razón y motivo de todos sus males. Tan insensato discurso despide una reacción y el lógico rechazo es la misma proporción, seguidores de Dávalos asumen que la peor amenaza para ellos y para el MC es el apodado “mochilas”.
Es aquí en donde nuestros amigos del PRI ven la oportunidad de acrecentar las posibilidades de derrotar a los naranjas. Consideran de lo más cuichito derrotar a Guerrero, al que le ven cola de ratón gigante. A Dávalos lo consideran un adversario formidable, pero distanciado del primero y dividido el MC tienen herramientas para vencerlo en las urnas.
Si los señores de la naranja se pelean y si “el mochilas” se emperra en ser abanderado y le cierran el camino, si se va a Morena, es una jugada de doble carambola de alto beneficio para el tricolor. Significa fracturas en el MC y en Morena al mismo tiempo. Acaso el reto priista sería sensibilizar a su “candidato” natural, Cesar Abarca Gutiérrez; a educarlo, capacitarlo, formarlo, enseñarle y convencerlo de ser momento de construir acuerdos y compromisos con líderes, organizaciones sectores y el partido. A Cesar Abarca de eso le critican, de moverse en el Seapal cual un carril paralelo al partido. Nos dicen que nadie lo ha hecho entender que la candidatura se construye desde el partido y si será abanderado lo será del PRI y no del Seapal.
REVOLCADERO
Ahora que se supo de la liberación de Sergio Kurt Smith Sandoval, aquel personaje que hace un año fue detenido y presentado por la PGR como operador financiero de un cartel mafioso, se escucharon gritos que hicieron recordar los vínculos de éste con Ramón “el mochilas” Guerrero. A Kurt Smith Sandoval lo acusaron en su momento dos regidores enmochilados, Susana Carreño y Humberto Gómez Arévalo Arellano, “el beto del Infonavit”, de pretender quedarse con unos seis millones de pesos, producto de un apoyo federal para promoción cultural. Los dos regidores se pelearon con “el mochilas” y abandonaron al MC. Susana regresó a lo suyo, al periodismo de radio, en tanto que su amigo Beto, desapareció cuando aún estaba en funciones de regidor. La dama siempre ha presumido ante sus amigos que a Humberto Gómez lo asesinaron y nunca ha exculpado de ello a “el mochilas”. ****** Por cierto, un amigo bien enterado de asuntos de gobierno está seguro que Ramón Guerrero Martínez es un sujeto en posición de enjuiciarlo judicialmente por el asunto del pago de poco más de 130 millones de pesos a la empresa del cantante Alejandro Fernández por el estacionamiento subterráneo en la plaza principal de El Pitillal. El estacionamiento se construyó a un costo de 20 millones de pesos. Ese dinero se consiguió a través de un préstamo de los cuales se pagó 3 millones y quedó a deber solo 17 millones al banco. En una de sus visitas, Alejandro Fernández ofreció al presidente municipal en turno un arreglo y finiquitar el litigio financiero: Págame 17 millones de pesos y te quedas con el estacionamiento. Menos de diez millones de pesos. Pasaron unos cuantos años y fue “el mochilas” quien pagó123 millones de pesos. La operación fue sospechosa desde el origen. El dinero para ese pago se obtuvo, de acuerdo a los planes del de Ayutla, de la venta de bienes municipales que los regidores le aprobaron a las seis y media de la mañana un sábado 3 de abril de 2015. Es decir, en unos 6 o 9 años, Alejandro Fernández cobró 105 millones de pesos más los 17 millones que pidió en principio. Esa “generosidad” del “mochilas” no es tal y existen versiones que hacen presumir que ahí se embolsó varias decenas de millones de pesos. Tal sospecha se basa en la sentencia emitida por el juez cuarto de lo civil, Fernando de Alba Paredes quien resolvió que la deuda a pagar era 24 millones 600 mil pesos por daños, 4 millones 866 mil 702 pesos por perjuicios; 2 millones 670 mil por gastos y costas. ¿Por qué, si un juez situó la deuda en 24.6 millones (más 2.67 mdp por gastos y costas) Ramón Guerrero pagó 123.76 mdp? Aquí hay algo de ilegal y se debe enjuiciar al “mochilas” nos afirmó nuestro amigo.****** Por cierto, en Las Paseadas de El Colorado saludamos a Jorge “el pillín” Avalos Bernal y nos confirmó que tiene la camiseta bien puesta con el equipo y el proyecto político del alcalde, Arturo Dávalos Peña. Nos habían dicho que existe una enorme diferencia entre “el pillín” y su hermano el ex regidor Oscar “el canitas” Bernal. No nos mintieron. Este amigo tiene alegría dibujada en el rostro y saber ser amigo. Mientras su hermano, sabe, pero hacer dinero. A todo le pone precio y cree merecer todo en abundancia. Pero sin duda al “canitas” le falta ser persona.