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Domingo, 20 Agosto 2017 12:04

Los “buenos” muchachos del Mochilas, Canitas, El Narco y El Chuletas

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Por Jorge Olmos Contreras

“Mire amigo, a mi me encargaron su cabeza, así que póngase las pilas y fíjese muy bien con quién anda jugando”, le dijo el jefe de narcos a Oscar Avalos hace poco en Las Palmas. El ex regidor del MC estaba pálido, sólo esbozó una sonrisa nerviosa y se puso a las órdenes del hombre que tenía enfrente, un conocido personaje que lidera grupos de la delincuencia organizada en toda la sierra.

Oscar Avalos Bernal, mejor conocido como “El Canitas” y miembro distinguido del grupo de Ramón Guerrero Martínez (a) “El Mochilas”, es un sujeto que tiene cuentas pendientes con su pasado por dedicarse al trasiego de marihuana hacía Estados Unidos, actividad que fue muy conocida en Las Palmas y anexas y que hoy es vox populi en la zona rural de Puerto Vallarta.

A su paso por la administración del Mochilas, donde fungió como edil, no dejó atrás su costumbre de relacionarse con personas que han hecho del narcotráfico y otras actividades ilícitas su modus vivendi. De hecho, sus nexos se fortalecieron a la mitad del gobierno de Ramón Guerrero, por eso presumía sus ínfulas de poder y se atrevía a amenazar a muchos ejidatarios que se oponían a sus planes de vender el patrimonio del ejido de Las Palmas y otras afectaciones.

A la vuelta de los meses, Oscar Avalos encontró refugio en el actual Ayuntamiento, pero fue dado de baja por su proclividad a la traición y a la deslealtad, ya que le dio la espalda a Arturo Dávalos y desde las sombras operaba a favor del Mochilas. Una vez fuera del gobierno municipal, se quitó la máscara y comenzó a hacerle el caldo gordo a Ramón Guerrero, con la ilusión de que algún día lo vuelva a hacer regidor.

CON LA LENGUA SUELTA

Desvestido de funcionario municipal, al Canitas se le hizo más fácil relacionarse con grupos de la delincuencia organizada, se ufanaba de ser protegido por una célula criminal y hasta deslizaba el nombre del capo que supuestamente le brindaba protección… Hasta que un día las fanfarroneadas de Oscar Avalos llegaron al jefe de narcos, éste se molestó y le pusieron un alto severo al ex regidor.

El Canitas estuvo a punto de ser levantado, según informaciones que salen de Las Palmas, pero el personaje que es temido en toda la sierra le perdonó la vida, sólo le recordó que se la debe y que no debe hacer nada que le moleste; ni a él ni a su gente. Le reiteró que alguien le pidió su cabeza hace tiempo, así que Oscar Avalos ya no anda tranquilo… pero le sigue jugando al vivo.

Oscar Avalos es el típico político de rancho que piensa que sus actividades y relaciones pueden pasar desapercibidas, pero hay un grupo de inteligencia del gobierno federal que lo ha seguido de cerca y que tiene mucho interés en saber hasta dónde llegan esas “relaciones” y hasta dónde involucran al diputado Ramón Guerrero.

Por lo pronto, es uno de los “buenos” muchachos del Mochilas y ya lo traen de encargo en la zona rural por ser el enlace entre un poderoso empresario del Grupo Vidanta (Mayan Palace) para vender cientos de hectáreas de Las Palmas y de otros ejidos, todo a golpe de cartera; lo cual le ha acarreado muchos enemigos.

Y es precisamente en este tipo de transacciones –algunas concretadas y otras no-- en donde Oscar Avalos no ha salido muy bien con la gente del crimen organizado, pues ha de saber usted que también tienen metidas las manos en algunos negocios inmobiliarios.

LAS ESTRELLAS DE RAMÓN

Pero bueno, pasemos a otro tema y éste tiene que ver con las “excelentes contrataciones” que está haciendo El Mochilas para restarle méritos al gobierno de Arturo Dávalos y bloquearle su reelección.

Se trata de un “magnífico” operador político que para los tontos que andan con El Mochilas es toda una estrella. Se trata ni más ni menos que de Francisco Hernández, mejor conocido como El Chuletas, aquél tontón sub-director de tránsito municipal durante el periodo de Gustavo González Villaseñor que resultó todo un hampón, y que ayudó a denigrar un “poquito” más la reputación del otrora poderoso Partido Revolucionario Institucional.

Pues bien, El Chuletas también anda de boca suelta y le dice a toda la gente que se encuentra que el “bueno” es El Mochilas, que Enrique Alfaro ya decidió (el mismo discurso gastado y mentiroso de Ramón y sus secuaces) y que no se equivoquen, que tienen que apoyar con todo al legislador oriundo de Ayutla.

En este contexto, El Chuletas presume que ya está integrado al primer equipo del Mochilas, y que, si Ramón Guerrero vuelve a ser presidente municipal, que él, Francisco Hernández, volverá a ser el sub-director de tránsito municipal… para que se vayan acomodando, les dice a quienes dudan de sus palabras.

EL CHULETAS SE SUBE AL CARRO DEL MOCHILAS

Es obvio que la gente que se ha topado con El Chuletas suelta la carcajada en cuanto escucha semejante barbaridad. Sin embargo, Francisco Hernández también se la está creyendo y como ya no tiene de dónde agarrarse, piensa que El Mochilas será su último tren para salir de su precaria situación económica.

Y así como El Chuletas ya se trepó al carro del Mochilas, otros también lo siguen, pero sólo son de este tipo de personajes, oportunistas, bisoños, cortos de vista, que piensan que Ramón va a lograr meterle otra vez las manos a las arcas municipales, pero sólo se engañan ellos mismos.

Vea usted a los “aviadores” que despidieron del Ayuntamiento; ahí andan con los acarreados del Mochilas, causando lástima, creyendo en la salvación económica. No saben que son utilizados por el diputado y que cuando Ramón vea su triste realidad, los va a echar a patadas de la puerta de su casa.

Hombres y mujeres que tienen cierta reputación y que uno creería que su inteligencia les daría para más, también andan en la bola: amas de casa que acompañan al marido a escuchar las promesas vacuas del Mochilas. Motivadores fracasados, “héroes” sociales que no lo son, chantajistas disfuncionales y grupos de 100 personas --en donde cabe de todo-- son los seguidores de Ramón, no hay más.

Ramón Guerrero sigue jugando sucio al utilizar a estas pobres personas y al engañar a Enrique Alfaro, a quien en Guadalajara le dice que todo está bien, que él apoya a Arturo Dávalos, que no hace campaña, pero que cuando llega a Vallarta, hace todo lo contrario.

Por ello se va hasta a alguna preparatoria a prometer útiles escolares, pero no sabe que su aceptación está por los suelos y que la información –la información realmente delicada que pesa sobre su persona—seguirá fluyendo en la prensa seria de Vallarta y, por supuesto, en las redes sociales.

EL BOICOT

Las operaciones de Ramón son tan burdas, que rápido se saben en el ambiente político de Vallarta. Por ejemplo, le ha ordenado a sus “fieles seguidores” que le pidan a la gente que voten contra Arturo Dávalos en el próximo ejercicio de Ratificación de Mandato y que, por lo menos, le pongan una mentada de madre por escrito al alcalde en las boletas.

Es tal su odio contra Arturo Dávalos y contra Vallarta, que trabaja día y noche para boicotear este ejercicio, cuyo resultado veremos el domingo 27 de agosto. Ahí nos daremos cuenta de que la fuerza del Mochilas no es la que presume él y sus amigos y tendrá que tragarse su coraje y filtrar más mentiras de que “todo estaba arreglado”, no le queda de otra.

Pero bueno, en este sentido, no pierda usted de vista a los “buenos” muchachos del Mochilas, porque van a salir más relaciones peligrosas y verdades que Ramón va a negar, pero cuya contundencia será suficiente para que Puerto Vallarta no vuelva a tener hampones de esta calaña.

Ni uno más.

 

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