El caso trascendió públicamente cuando se subió a Youtube un video en la que aparece a primer cuadro Estefanía Villanueva clamando por que le regresen a su menor. El video dura 1 minuto y 41 segundos. Es una breve entrevista que le realiza el reportero de Televisión Azteca, Santiago Espinosa Figueroa y se difundió hace poco más de dos meses. Se identifica a Lorena Arreguí como la persona responsable de haber llevado a las redes la historia. Tiene como fecha el 3 de octubre. “Aquí esta con su esposo. Diego Ramos Padilla antes de que tuviera a su bebé que ahora tiene unos tres meses” indica el reportero mientras se aprecia la fotografía de la pareja que aparentemente vivan los mejores tiempos de su romance.
Mas a o menos a mediados de septiembre, Diego Ramos vino de visita al hogar de la familia Villanueva, residencia localizada en Nuevo Vallarta, y se contactó con Estefanía con la idea de llevarse al niño para convivir un fin de semana, lo que era parte de un acuerdo entre los dos. La señora lo consintió; “si, está bien, yo te lo regreso el domingo” recuerda haberle dicho el ahora funcionario federal cuando ella le respondió afirmativamente su petición de prestarle al niño.
Después, Estefanía vivió toda una pesadilla y por largos días ya no ha podido ver a su bebé. “Ya no me lo quiere regresar, no me lo quiere dar” repite por tres veces la frase en el video. El reportero añade que aparentemente Diego es muy poderoso y tiene amigos, incluso gobernadores que podrían ayudarlo a quedarse con el bebé. En la historia ya pública, la mujer da a conocer varios mensajes en donde la amenaza, “me dijo, si llego a salir en un periódico o en le tele, yo no quiero saber qué va a pasar, tu no sabes con quien te estás metiendo ni con la gente que te estás metiendo”. El reportero expone, que por los mensajes de Diego Padilla, éste deja claro que Estefanía y su familia no tiene opciones, que la gente que podría ayudarles es de su gente, incluida la gente de la Fiscalía (General de Justicia).
Al final, la angustiada madre implora; yo solamente lo que he hecho es hacerme responsable del niño. No se vale que él me lo quiera quitar de esa forma, solamente por destruirme; no se si tanto odio me tenga. O sea, yo no se si de veras se casó por amor conmigo o solamente para tener al niño.
Diego Ramos Padilla es uno de esos Juniors de la política que abundan en Jalisco. Hizo sus pininos como dirigente estatal del llamado sector Vanguardia Juvenil Agrarista, la misma organización adherida al PRI que también en sus inicios le dieron al ahora diputado federal, Rafael González Reséndiz, otro junior de la política. A todos presume ser de los íntimos del gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval Díaz. Aun con su estrecha relación con el hijo del magistrado Leonel Sandoval, Diego Ramos no tuvo cabida en el primer equipo de colaboradores en el gobierno estatal y apenas su relación le ayudó para hallar acomodo en la subdelegación de la Sagarpa, una posición de segunda.
Estefanía Villanueva es hija del empresario Víctor Villanueva Jaramillo, dueño de la empresa Climas y Refrigeración de Vallarta, CREVSA que se localiza por la carretera a Tepic, a la altura de Nuevo Vallarta. Los Villanueva son una familia acomodada que aparentemente prosperó en base al negocio de la venta e instalación y todo proyecto relacionado al aire acondicionado. En algún momento planearon mudarse de ciudad y de menos contratar seguridad para la familia debido a la violencia que azotó a la zona conurbada. Disponía de vehículos de lujo, incluyendo Hummers, para mover a la familia pero por recomendaciones de asesores en materia de seguridad, debieron reducir la ostentosa forma de vivir.
Por lo sucedido después de la sustracción de la menor, Diego Ramos Padilla hizo uso de las influencias con las que intimidó a Estefanía y a la familia. Entabló un juicio en los tribunales demandando la paternidad y tutoría del bebé y los magistrados lo escucharon. Ya entrado noviembre la familia Villanueva acudió para escuchar la resolución. Se sintieron desilusionados de la justicia cuando escucharon el veredicto. Al abandonar la audiencia, los padres de Estefanía, Alma Castillo y Víctor Villanueva siguieron a Diego Ramos y en un momento determinado lo obligaron a detener la marcha y le arrebataron al menor. Se lo llevaron a un sitio desconocido. En Magdalena viven unos familiares de los Villanueva y hasta ahí llegó un grupo de encapuchados bien armados. Diego Ramos sabía que ahí podía hallarlos. Alma y Víctor se habían escondido en dicha casa. “Somos los puercos judiciales” cuentan amigos de la familia que gritaron al llegar los encapuchados. Se levaron detenidos al matrimonio. Pero la buena suerte de Víctor Villanueva estaba de su lado y pudo huir de sus captores. Escapó. A la señora intentaron vanamente fincarle responsabilidades pero pudo salir libre. Hasta aquella fecha, a mediados de noviembre, Estefanía se mantenía en calidad de prófuga. A ella se culpa de ahora de secuestrar al menor, a su propio hijo.
La cruda historia vivida por los Villanueva es uno de los muchos ejemplos de familias atropelladas por el poder de funcionarios que se escudan precisamente en el poder, el suyo, el de su familia y el de sus amigos. En efecto, los Ramos es una familia de Jalisco con relaciones en todos los niveles de la política y Diego Ramos Padilla ha hecho gala de ello.
En honor a la verdad, a estas fechas ignoramos si el juicio por lo menos y las denuncias que posteriormente surgieron han sido resueltos. Al margen de ello, vale la pena advertir sobre la existencia de personajes sin escrúpulos dispuestos a todo con tal de saciar sus venganzas personales convirtiendo las instituciones públicas en instrumentos propios para sus fines personales.
REVOLCADERO
Cuando Víctor Lías Rodríguez tomó las riendas de la administración de la paraestatal Sistecozome prometía que transformaría esa empresa hasta eficientizarla y dar el mejor servicio del transporte urbano. En unos meses cumplirá el primer año pero no se nota mejora y la calidad del servicio sigue a la baja. La ruta que cubre a Ixtapa se identifica por los camiones en pésima estado, sin ventanillas, con pisos carcomidos. Los usuarios se quejan de que hay días que se tardan hasta una hora en pasar una unidad por el sitio de espera. Eso sí, Víctor Lías se queja de que sus choferes son una bola de holgazanes, que están “amafiados” y nada puede hacer pues entre ellos se protegen.****** Nos preguntan si Alejandro “el peque” Estrada se convirtió en seguidor de Ramón Guerrero Martínez y del PRI saltó al Movimiento Ciudadano. Todo porque el miércoles asado, cuando la “toma ciudadana” fue uno de los asistentes y se esforzó por ocupar un sitio donde pudiera ser visto. De la mano del gerente de radio, Paco Pérez, el popular “peque” hasta se tomó la foto con Enrique Alfaro. Los malosos, y quien sabe si en broma, pero nos dijeron que pudo ser un emisario del ex alcalde Javier Bravo para explorar en el MC y ver si hay condiciones de construir acercamientos políticos.****** Y vaya que están envalentonados los amigos del MC. Declaran que van a ir solitos, sin aliarse con otras fuerzas partidarias, a la próxima elección. Eso en Guadalajara, donde Enrique Alfaro se prepara para conquistar la ciudad y desde la presidencia municipal fortalecer su proyecto para su relanzamiento a la gubernatura. La idea no es mala y no son pocos los que piensan que el señor del MC tiene condiciones y posibilidades de ser gobernador. Por lo pronto, en Puerto Vallarta se aleja esa posibilidad. De vez en vez surgen comentarios en el sentido de que se estaba cocinando una alianza del partido del alcalde con el Partido Acción Nacional. El problema está en que el PAN elija al diputado local Juan José Cuevas García como su abanderado. Con ese candidato, probablemente se repita la alianza de facto pero no la alianza de colores, no alianza formal.
