No sabemos hasta dónde Enrique Alfaro Ramírez –el líder moral del MC en Jalisco—y sus estrategas políticos como Hugo Luna, Clemente Castañeda y Guillermo Medrano, han medido las consecuencias de respaldar en un mitin político a un personaje que acaba de ser indiciado oficialmente por la Fiscalía General de Justicia de Jalisco, por la desaparición del ex regidor naranja, Humberto Gómez Arévalo.
Algunas voces dicen que los millones de pesos que trae Ramón Guerrero han deslumbrado al propio Enrique Alfaro y a sus incondicionales Hugo Luna, Memo Medrano y Clemente Castañeda, sin importar su origen o si los recursos provienen de personajes como Abraham González Uyeda o Eduardo “Lalo” Rosales. Lo cierto es que Enrique Alfaro cambió su discurso de unos meses a la fecha.
SIN PALABRA
Primero se presentó como un hombre respetuoso de las decisiones de los miembros del MC en cada municipio. Dijo que nunca metería las manos para “palomear” (lo que en política se conoce como dedazo) a alguien, ya que eso lo haría ver como un cacique o como las prácticas viciadas y añejas del PRI.
Después, durante la inauguración de la polémica “Casa Ciudadana” del MC en Vallarta, anunció que en su partido no cabían las ambiciones personales, y que el MC le iba a apostar a la reelección del actual alcalde, Arturo Dávalos Peña.
Antes, en una comida que tuvo lugar en el hotel Velas Vallarta el año pasado, Enrique Alfaro Ramírez intervino –con esa mano que tiene de líder político—para calmar las aguas y señalar que había perfecta armonía y unidad entre Arturo Dávalos, Luis Munguía y Ramón Guerrero. Que la idea era que El Mochilas fuera candidato a diputado federal, Luis a la diputación local y Arturo en el proyecto de reelección.
Sin embargo, de unos días para acá Enrique Alfaro ha sido omiso con el caso Puerto Vallarta. No ha hecho declaraciones, todo lo guarda y esto ha provocado una serie de especulaciones que salen de su propia oficina y de su equipo de colaboradores.
EL APRENDIZ DE CACIQUE
Por ejemplo, uno de sus operadores ha deslizado información en el sentido de que Enrique Alfaro ve a Arturo Dávalos como un alcalde trabajador, que ha hecho muchas cosas por Vallarta, mucha obra, pero que prefiere que Arturo sea eso, un incansable trabajador municipal, pero hasta ahí.
Si esto es cierto, Enrique Alfaro desdeña la capacidad del presidente municipal, lo minimiza, lo desprecia y lo discrimina por ser Arturo Dávalos un ingeniero trabajador, un alcalde humilde que no ha hecho negocios personales de gran envergadura, como los que hizo Ramón Guerrero.
En otras palabras, Enrique Alfaro –cegado por un enorme manto de soberbia—ve a los vallartenses chiquitos y orejones, y pretende imponerles su ley, su palabra y sus decisiones, igual que antaño lo hicieron los priistas. No quiere ser cacique, pero sí quiere ser aprendiz.
En este escenario de soberbia, Enrique Alfaro y sus incondicionales Hugo Luna, Memo Medrano y Clemente Castañeda, no ven, o no quieren ver, el rostro sin careta de Ramón Guerrero. Por alguna poderosa razón voltean para otro lado. Parece no importarles que El Mochilas sea un indiciado por la desaparición de un regidor durante su administración, ni una serie de evidencias de corrupción comprobada cuando fue alcalde de Puerto Vallarta.
Enrique Alfaro no es tonto, ni mucho menos Hugo, Memo o Clemente; ellos saben perfectamente que El Mochilas es un pillo, un cuasi delincuente y que tiene nexos muy oscuros con personajes de la delincuencia organizada.
EL CISEN Y LA CORRUPCIÓN DEL MOCHILAS
Enrique Alfaro sabe a la perfección lo que saben e indagan agentes del Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (Cisen) del gobierno federal, como ciertos caminos que conducen a la República de Panamá.
En el ámbito local, los dirigentes estatales del MC también saben que las cuentas del Mochilas están plagadas de irregularidades. Que no basta con que el Congreso del Estado apruebe las cuentas públicas, pues se hacen de manera aleatoria, nunca revisan el fondo de cómo se utilizaron los recursos públicos; de ahí la importancia de que el actual Ayuntamiento o ciudadanos comunes y corrientes interpongan denuncias penales.
Por ejemplo, a fines del mes de septiembre del año 2015, se descubrió que Ramón Guerrero no dejó fondos de las obligaciones contraídas por concepto del Bono del Servidor Público y aguinaldo parcial por 54 millones de pesos, lo que sin duda se deduce en una manifiesta ineficiencia administrativa, producto de los actos de corrupción.
Pero el señor regresa a Puerto Vallarta sin el menor asomo de vergüenza, y todavía se da el lujo de acudir a la radio Pirata FM, con uno de sus enamorados, el locutor Osvaldo Granados, para decir que, si vuelve a ser alcalde de Vallarta, “no permitirá más corrupción”, en un acto histriónico donde se mordió la lengua no una, sino mil veces.
NO PAGO EL ISR
Ya se le olvidó al Mochilas –y a sus comparsas—que en el ejercicio 2014 y el parcial del 2015, dejó de cubrir el Impuesto Sobre la Renta (ISR) de los trabajadores del municipio, no obstante que les retuvo algo así como 38 millones de pesos, cuyo uso o fin, nunca se supo.
No sólo eso, El Mochilas también dejó de cubrir o restituir fondos de programas federales –como el Subsemun, Fondereg y Fopadem--por malos manejos administrativos, por alrededor de 20 millones de pesos, cifras que, desde luego, oculta en su informe “de resultados”.
Pero bueno, parece que Enrique Alfaro quiere traicionar a los vallartenses, darles atole con el dedo o sorprenderlos, al querer estar presente en el informe de un indiciado, en donde, además, quieren meter al dirigente nacional del MC, Dante Delgado, con todo y las implicaciones que ello podría tener para el llamado Frente Amplio Nacional, en donde juegan el PAN, el PRD y el MC.
Pareciera que, a pesar de que Alfaro, Clemente, Hugo Luna y Medrano saben el historial delictivo del Mochilas –como los millones de pesos que obtuvo por dejar operar casinos en Puerto Vallarta durante su gobierno--, quisieran ser parte del contubernio de las bien marcadas irregularidades del diputado Mochilas.
LAS EMPRESAS DE ALFARO YA LE OPERAN AL MOCHILAS
Enrique Alfaro podrá mentirle a Dante Delgado, quizá hasta se lo lleve al baile de Pancho Barraza y lo comprometa con un indiciado que puede terminar en prisión, pero en la práctica, no puede ocultar que de un tiempo a la fecha, empresas de comunicación que le han manejado campañas e imagen al actual alcalde tapatío, como Euzen Consultores S.C., cuyo operador es Rafael Valenzuela Cardona, quien también está relacionado con Indatcom SA de CV y La Covacha, ya le manejan imagen y medios a Ramón Guerrero Martínez.
Tan solo el lunes pasado, Euzen Consultores grabó un video en el malecón de Puerto Vallarta, donde el personaje central fue el Mochilas.
Esta empresa también le entró de lleno a las redes sociales y al Internet, y habría creado las páginas digitales “Noticias Vallarta Costa Alegre” y “Vamos Vallarta”, portales que han sido un auténtico fracaso por las mentiras que difunden, como un artículo titulado “Se Viene Abajo el Rey Arturo”.
Tienen la encomienda de ayudar al Mochilas en todo lo que se pueda, y contradecir y agredir a los comunicadores que suban notas críticas de Ramón Guerrero. Traen presupuesto, y un montón de perfiles falsos en Facebook para contrarrestar comentarios negativos contra el Mochilas.
Así las cosas, si Enrique Alfaro, Clemente Castañeda, Memo Medrano y Hugo Luna vienen al informe “destape” del Mochilas, y además engañan a Dante Delgado para arrastrarlo a este lodazal, sería un signo inequívoco de que ellos van a respaldar la candidatura de un indiciado, cuyo costo político sería de proporciones inimaginables.