Flor Nuño conoció a Javier Bravo cuando éste era diputado federal, sobre todo porque asistió a la misma escuela en donde estudiaba un hermano de Javier, de nombre Christian Bravo Carbajal, de ahí nació una relación que trajo como resultado el nacimiento de la pequeña.
Una vez como alcalde de Puerto Vallarta, Javier Bravo mantuvo casi en secreto total a su hija y su condición de padre; muy pocas personas sabían de la existencia, acaso el primer círculo familiar del ex alcalde. Durante muchos años, la madre se hizo cargo de la niña, Javier sólo les ayudaba con algunos gastos y siempre le pedía y casi le rogaba a Flor que no lo fuera a demandar por ningún motivo, ni por manutención adecuada ni para pedir la patria potestad.
Al dejar la Presidencia Municipal y ya sin ser presidente municipal, Javier Bravo le dijo a Flor Nuño que estaba desempleado y que ya no tenía ingresos, por lo que ya no iba a poder ayudarla. Así las cosas, a partir del año 2009 la madre se las vio duras y tuvo que trabajar en varios empleos para poder sacar adelante a su hija, mientras que Javier Bravo cortaba la comunicación con ellos en periodos de hasta seis meses, según lo dicho por la mamá.
LAS MIGAJAS DE JAVIER
Javier nunca le reportó a la mamá que estaba percibiendo un salario de más de 30 mil pesos mensuales como secretario relator consejero en el Consejo de la Judicatura de Jalisco, trabajo que consiguió gracias al entonces consejero presidente, Luis Carlos Vega Pámanes, que a su vez fue director de seguridad pública durante la administración de Bravo Carbajal en este puerto.
Más tarde, cuando Javier Bravo fue nombrado subdelegado administrativo del IMSS en Puerto Vallarta, fue omiso con la ayuda que por ley estaba y está obligado a dar a la mamá de su hija, toda vez que sólo a veces le hacía transferencias bancarias por tres mil pesos a una cuenta del Banco Santander, no obstante, a que por ley de transparencia la misma Flor Nuño obtuvo información de que Bravo Carbajal gana más de 50 mil pesos mensuales.
Pasaba el tiempo y Flor Nuño seguía a cargo de la niña, la mantenía, la llevaba al médico el día que enfermaba, le procuraba dar estudio y alimentos siempre, pero un día su vida dio un vuelco, ya que Javier Bravo decidió quitarsela… Y de la peor manera, pues utilizó sus influencias para arrebatarle la menor a la mamá, en presunta complicidad con varios funcionarios judiciales y estatales, entre ellos la misma Juez Quinto, Irma Margarita Magdaleno Cervantes y el procurador social, Juan Antonio Arana.
Y es que resulta que el pasado 15 de septiembre, después de cuatro días de que la menor no había asistido a clases, Flor Nuño fue a ver a su hija al colegio Juana de Asbaje en la colonia Versalles (escuela donde Javier matriculó a la niña), pero el director del plantel, Eulogio López Rodríguez –hijo del desaparecido priista Eulogio López Almaraz— impidió que la viera porque, según le informó, tenía orden de un juez para que no se acercara a su hija. Ella le pidió que por favor le mostrara el documento, pero no quiso, que mejor regresara el lunes.
SE LLEVAN A LA NIÑA
Sin saber que había un juicio en su contra, Flor Nuño se retiró extrañada del colegio y sin poder ver a su hija.
El lunes 18 de septiembre tampoco dejaron que viera a la niña; pero en eso, el director del colegio le llamó por teléfono a Javier Bravo y fue hasta que llegó Javier que le permitieron hablar unos segundos con la menor; pero después el padre le dijo a la niña que se fuera al salón de clases.
Para esto, Javier Bravo llegó acompañado de su cuñada, de nombre Patricia Elizabeth Rivas Bobadilla –que está casada con El Titi Bravo--, quien insultó a la mamá de la niña, mientras que Javier le pedía que no sacara fotos con el celular o que, si no hacía caso, le iba a quitar el aparato.
Después Patricia sacó a la niña de la escuela, Javier las siguió, se subieron a una camioneta Sportage Blanca de la KIA y se llevaron a la jovencita. Por cierto, Javier también iba acompañado de Gerardo Ruvalcaba, mejor conocido como “El Gerry”, un personaje que fue funcionario durante el gobierno de Javier y que protagonizó numerosos escándalos.
Flor Nuño relata a VALLARTA UNO que sintió mucha impotencia al ver que se llevaban a su hija: “en ese momento yo no sabía qué hacer, estaba en shock”.
LA COMPLICIDAD DE LA JUEZ
Lo peor de todo es que la jueza quinta de Justicia Integral para Adolescentes y Civil, Irma Margarita, se prestó a quitarle la patria potestad a Flor Nuño, pues en menos de cinco días resolvió que era lo más prudente, sin siquiera haber notificado a la madre, ni haber permitido que ella se defendiera de una serie de señalamientos –falsos dice ella—que hizo Javier Bravo para quedarse con la niña.
En un escrito que presentó Flor Nuño ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), sostiene que, sin mediar ninguna notificación ni emplazamiento a su persona, la jueza resolvió, en sólo cinco días, a favor de Javier Bravo. Se trata, indica Flor, de una demanda que no va acompañada de ninguna prueba, pero la juez no se tomó la molestia de averiguar si lo que Javier manifiesta en su demanda es cierto o no.
Señala que la juez no debió decretar la guarda y custodia provisional de su hija a favor de Bravo Carbajal en el juicio 642/2017; que debió desechar dicha demanda por infundada. Sin embargo, Irma Margarita convalidó un accionar viciado y dejó en total estado de indefensión a Flor Nuño.
Con este proceder irregular de la juez, buscan que Flor Nuño sea ahora la que reclame la patria potestad de la menor, cuando ella siempre tuvo la custodia de la nena.
JUAN ANTONIO ARANA, OTRO CÓMPLICE
Por si esto fuera poco, se permitió que el 13 de septiembre, sin la presencia de Flor –que ignoraba la existencia del juicio como ya vimos—el procurador social, Juan Antonio Arana (un amigo de Javier Bravo y que fue asesor jurídico durante su administración) interrogara a la niña, con la evidente manipulación de las declaraciones de la menor, asegura Flor Nuño.
Juan Arana sometió a preguntas insidiosas a la niña, como el hecho de cuestionarle cosas como: “¿Tú a que atribuyes que la relación no sea buena con tu mamá?”.
Desde el 05 de septiembre, Javier Bravo no permite que la madre vea a su hija, por lo que, desesperada, Flor Nuño pide apoyo a la comunidad y exige a Javier que le devuelva a su hija, a quien mandó a la casa de su madre, una señora ya grande y enferma que no puede estar a cargo de una jovencita.
En un escrito entregado a este medio, Flor Nuño dice lo siguiente:
“Francisco Javier Bravo Carbajal, lo único que deseo es que me devuelvas a mi hija, porque obtuviste la custodia por medio de una demanda plagada de mentiras. Tengo que decirlo por este medio porque no eres capaz de dar la cara.
Debo de recalcar que no has cumplido con tus obligaciones económicas con tu hija, arguyendo que no tenías dinero porque estabas desempleado y me suplicaste, rogándome, que no te demandara porque era cuestión de días para que te dieran un cargo y la demanda te podía perjudicar y ahora, que ya tienes un cargo importante, ganando más de 50 mil pesos al mes, lo usas para perjudicarme, arrebatándome a mi hija, de la que no te has hecho cargo en tus obligaciones, pero sí has recibido los derechos, gracias a que he cedido durante todo este tiempo y ahora lo usas en mi contra”.