De plano, los priistas de Puerto Vallarta no saben cómo hacerle para completar el rompecabezas y aglutinar a todos los sectores en un solo proyecto, situación que dibuja un barco a la deriva con un precandidato al timón que, se dirige –aunque él no lo sabe, pero toda la tripulación sí—a un abismo que se los tragará tarde o temprano, de no corregir lo que ahora está mal.
Si la dirigencia estatal con Héctor Pizano a la cabeza y la municipal, con un personaje de caricatura al frente como Iván Bravo, permiten que actores políticos externos –cualquiera que éstos sean—traten de quitar e imponer precandidatos mediante el uso de medios de comunicación deleznables que trabajan sólo mediante sobornos, chantajes y amenazas, estarán cavando una tumba cada vez más profunda y costosa. Onerosa porque los representantes de un sector de la prensa farisea de Puerto Vallarta les van a sacar muchos cientos de miles de pesos a cambio de un golpeteo ruin contra quienes ellos vendan como el blanco predilecto para obtener ganancias turbias.
EL ATAQUE VIOLETA
La andanada de críticas superficiales, llenas de adjetivos calificativos, digno de un periodismo basura –o de drenaje, como alguna vez lo calificó el desaparecido ex alcalde Rodolfo González Macías--, que lanzaron unos “comunicadores” contra la alcaldesa de Talpa de Allende, María Violeta Becerra Osoria en la mal llamada “Mesa Explosiva” de los viernes que manipula a su antojo el junior mercenario de la radio, Luis Carlos Mendiola el fin de semana pasado, es una muestra de cómo un grupo de “iluminados” periodistas trató de que el PRI Estatal le quitara la precandidatura por la diputación local del 05 Distrito a Violeta.
En el juego sucio –ese que sabe hacer a la perfección Luis Carlos Mendiola, por eso se reconcilió con el ladrón de Liverpool, Rodrigo Aguilera—estaba la apuesta de que los “analistas” de la mesa explosiva, con su crítica mordaz, iban a despedazar a la presidenta de Talpa y conseguir con esto que el CDE del PRI le anulara el registro de la precandidatura a Violeta para dársela a otra persona; a un hombre ampliamente conocido en Puerto Vallarta por sus fracasos políticos, al regidor Andrés González Palomera.
Y así fue, todo el lenguaje vulgar y prosaico que salió de la boca de los “analistas” de Luis Carlos Mendiola tenía como objetivo descarrilar a Violeta Becerra, pero el tiro les salió por la culata, porque en el intento se llevaron entre las patas al precandidato a la presidencia municipal de Puerto Vallarta, Roberto González Gutiérrez; al coordinador tricolor y al mismísimo Iván Bravo Carbajal.
EL MIEDO DE ROBERTO
Y es que Roberto González les tiene un pavor mayúsculo a personajes como Moisés Madariaga (director del Meridiano), mientras que a Héctor García Colín (Del Sol) lo estima tanto, pero tanto –pues Roberto prácticamente le regaló su carrera profesional en la UNIVA—que no se atreve a contradecirlo. Por eso optó por guardar silencio y no defender a la alcaldesa de Talpa, como estaba obligado a hacerlo. Una, por caballero; y la otra, por ser el priista con mayor peso en estos momentos en Puerto Vallarta.
Sin embargo, no dijo nada, lo cual dibuja desde ahora a un Roberto González que se va a prestar a jueguitos tontos para que sean algunos reporteros con comentarios banales los que traten de incidir en la toma de decisiones que, deben ser única y exclusivamente de los militantes del PRI, de nadie más.
A cuatro días del ataque a Violeta Becerra –una dama que ha hecho buen trabajo en Talpa y que es madre de familia--, la “poderosa” mesa explosiva no ha conseguido nada, ni un rasguño de gato. No lograron su propósito insano, pero eso sí, despertaron la conciencia de otros priistas que exigen que el mismo partido emita una postura sobre los vituperios emitidos contra la primera edil del municipio serrano.
En síntesis, el efecto boomerang apenas lo comienzan a sentir quienes se prestaron a esta vil acción, porque alguien, dentro del mismo PRI, dirigió la orquesta –y quizá pagó-- para que Luis Carlos Mendiola soltara el tema y sus obedientes canes siguieran los acordes para tratar de inmolar a Violeta Becerra, que en estos momentos debe estar pensando en la suciedad que hay al interior de su propio partido; y cómo nadie les ha llamado la atención a los llamados líderes del tricolor.
DESDEÑAN A CHEO ARÉCHIGA
Por otra parte, comentamos en el encabezado de esta columna que el PRI Vallarta está mal y de malas, debido a que el precandidato se está dejando manipular por algunos “asesores” y de plano no consigue hallarle la cuadratura al círculo, sobre todo porque en el discurso asegura una cosa y en la praxis hace otra muy distinta.
Hasta ahorita es falso –o al menos no se ha visto que sepa tejer el asunto—que trate de aglutinar a todos los priistas, pues un solo ejemplo lo contradice, y éste es el de Eliseo Aréchiga, un muchacho que trabajó durante meses en las colonias; hizo su capital político y tiene cierto clientelismo de importancia que no se debe pasar por alto; pero que ha sido mal tratado y desdeñado por el equipo de Roberto González y otros sectores del PRI.
Cheo Aréchiga debe estar en las primeras posiciones de la planilla de Roberto González, en la tercera para ser exactos, eso lo deben considerar quienes mueven los hilos priistas, pues de lo contrario, se corre el riesgo de que Cheo todavía tenga la oportunidad de registrarse por otro partido, acaso el Verde Ecologista, y pueda llegar más lejos de lo pensado, incluso más allá de lo que algunos no creen y que se sorprenderían de lo mucho que ha logrado este joven político.
Tan sólo hay que observar una cosa: El día del registro de Roberto González, ignoraron por completo a Cheo Aréchiga, y esa es una herida que todavía no subsanan los operadores del precandidato.
Y en política… debemos recordar que no hay enemigo pequeño.