El tema de los hechos ocurridos y que demuestran la inseguridad de la Seguridad Pública Municipal, es muy extenso para ser abordado en un artículo de prensa. Sin embargo hay que recalcar que tal no debe echarse al olvido, como las autoridades han querido a toda costa, sino que la ciudadanía en general tiene la obligación inexcusable de darle seguimiento a la cuestión hasta que se repare el daño.
Reparación que no sólo implica pagarle algún dinero al herido o sus familiares sino en castigar a todos aquellos que de manera directa o indirecta tuvieron algo que ver en este affaire. Desde aquel que despacha como primer regidor en turno hasta los que ocupan los subsiguientes grados en descenso y que tienen en sus manos la dizque seguridad pública.
Este es el verdadero y auténtico gesto de apoyo a la ciudadanía que deben de realizar las organizaciones civiles y los partidos políticos de oposición. Es la oportunidad de demostrar que quieren al pueblo y no ser simples membretes, figurones de corbatín en banquetes sociales, ni grillos electoreros.
Es el tiempo de tomar, pacíficamente y con respeto a los derechos de los demás, las calles y manifestar el repudio y la exigencia de reparar el daño a los responsables de este horrible hecho que cambió la vida, para siempre, de un hombre y de su familia.
Habremos de reflexionar que esto que le ocurrió al pobre joven en los separos del Vietnam Municipal, también nos puede pasar a cada uno de nosotros o, peor aún, a alguno de nuestros más cercanos familiares. Es necesario poner un basta a las autoridades, sean del partido que fueren, y exigirles el cese fulminante de los responsables ya señalados y quienes, seguramente, sus nombres aparecen en el organigrama municipal en forma de pirámide. De arriba hacia abajo.
El culpable de este delito no es solamente aquél que lo cometió sino, al igual, todos aquellos que lo permitieron con su negligencia.
Las dictaduras no se crean por sí solas, las genera el pueblo al permitirlas. Si mañana sucede otro hecho similar, de nadie será la culpa sino es de nosotros mismos que permitimos que nuestros hijos sean lesionados o privados de sus vidas. Por nuestra criminal indiferencia seremos juzgados como cómplices de los delincuentes.
JUNTA DE CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
Un merecido reconocimiento por su honesta y eficaz labor que tuvo la Abogada María del Rosario al frente de la Sexta Junta Especial de Conciliación y Arbitraje en Puerto Vallarta. Deja una trayectoria digna de tomarse en cuenta y un ejemplo a seguir para los demás. Estamos seguros que funcionarios como ella enaltecen a las instituciones de justicia social.
Sabemos que nuevas responsabilidades la esperan pues merece ser tomada en cuenta para otros cargos de importancia. No le decimos adiós sino un hasta luego. Con sinceridad y afecto para ella por siempre.
AMIGOS
Una felicitación por su cumpleaños para mi nieto Miguel Ángel Rodríguez Delgado y que Dios le permita ser un hombre de mucho bien