Andrés Manuel López Obrador y los morenos arrasaron en el país, incluyendo Jalisco y a excepción de Guanajuato, en la elección presidencial. Para la militancia y simpatizantes del Movimiento de Regeneración Nacional, ha sido una victoria agria en Puerto Vallarta y en todo Jalisco.
Los morenos no saborearon la victoria pues fueron borrados del mapa electoral por la máquina naranja, los del MC, quienes ganaron la gubernatura, las senadurías, la mayor parte de las alcaldías y distritos. En Puerto Vallarta, Arturo Dávalos casi duplicó en votos a la abanderada de Morena, Laurel Carrillo Ventura.
En la cúspide de su poder, el histórico triunfo del 2000 con Vicente Fox le abría un promisorio futuro al PAN. Hilaron un segundo triunfo con Felipe Calderón. Pero en el 2012, el priista Enrique Peña les arrebató la Presidencia de la República para el Partido Revolucionario Institucional.
Cuando en el 2003, el PAN perdió la alcaldía, fue claro que el panismo se había contaminado del mismo virus que “enfermó” a los priistas. La arrogancia y la soberbia, la voracidad, atrapó a los panistas vallartenses. De pronto, como sus correligionarios en Guadalajara, se liaron en canibalescas escaramuzas por una candidatura a cualquier diputación, a una regiduría. Se disputaron a muerte hasta la dirigencia del partido, a sabiendas que, quienes controlan al partido, tienen mano para las nominaciones de candidaturas. Cuando fueron echados de la alcaldía, reñían por una segunda, tercera, cuarta o quinta regiduría. Más o menos como Eliseo Aréchiga en el PRI, y en el PAN se jalonearon por las primeras posiciones en planilla.
Ensimismados y soberbios, los panistas se alejaron de la sociedad y sus principales cuadros prefirieron la comodidad de sus oficinas y abandonaron las colonias de la periferia. Dejaron de visitar a los simpatizantes de las zonas rurales. Hubo panistas que hallaron calor en otros partidos. Sin motivación de ninguna índole para la permanencia, nada impidió el éxodo masivo a finales del 2011, cuando Ramón Guerrero partió al panismo en dos y les causó un golpe letal.
El PAN ya no es el ejemplar partido democrático. Era el único en abrir un proceso y elección interna para seleccionar y elegir cuidadosamente a sus candidatos. Privilegia hoy procesos por “invitación” o lo que es igual, acaba por imponer a sus candidatos. Sus cuestionables alianzas a veces concluyen con negociar y regalar candidaturas. Ese método se aplicó con la gran alianza del llamado Frente por México, que implicó sí, la candidatura presidencial para el PAN, pero cedió candidaturas en estados y ciudades claves a sus aliados y causó un profundo malestar en la militancia.
Ricardo Anaya jamás pudo subsanar heridas ni mucho menos aplicar un plan urgente de reconciliación y unificar al panismo. El costo de su candidatura fue enorme y acabó con el peor resultado electoral para el PAN. El resultado fue igual o peor en Jalisco. Y en Puerto Vallarta ni se diga.
De acuerdo al cómputo de votos y considerando que el total de sufragios emitidos fue de 107 mil 552 (considerando 3, 310 votos nulos y 81 a candidatos no registrados) la votación en favor de Saúl López Orozco apenas rayó el 5 %.
El resultado para el priista Roberto González Gutiérrez no fue mejor. El abanderado priista se agenció 8 mil 215 votos. Eso equivale a poco menos del 8% de la votación. Semejante resultado apenas les dio derecho a obtener un regidor plurinominal. Eso es nada se si considera que priistas y panistas arrancaron la campaña con el objetivo de ganar al menos dos regidurías.
El PRI y el PAN han sido condenados a reinventarse. O refundarse han clamado sus teóricos. El resultado de la elección ha sido catastrófico. Las primeras reacciones de sus tribus no han sido precisamente alentadoras pues todos apuntan a tomar posiciones para unos desplazar a otros. Es decir, se proponen primero reacomodar los grupos de poder y solo después, dedicarse a la búsqueda de las causas de la derrota y soluciones inmediatas para superar la crisis.
Suena exagerado que el PRI o el PAN desaparezca. Aun así, nada es descabellado. La imagen de las dos marcas esta por los suelos y no se ve forma de poder vender y que el electorado compre sus productos en por lo menos las dos siguientes elecciones. El cambio de siglas es apenas una opción vagamente explorada.
Quién sabe si por ser los partidos más antiguos pero es el PRI y PAN quienes cada tres años cometen el mismo abuso al reiterar el refriteo de candidatos. En el PRI local conviven dos o tres caciques con tres o cuatro décadas decidiendo candidaturas. Rafael González Pimienta fue alcalde en el trienio 1980-1982 y desde aquellos años reclama cada tres años derecho a opinar, discutir, proponer y decidir todas y cada una de las candidaturas del tricolor. Sus hijos, Rafita y Chavita, son digno ejemplo de la influencia de este personaje pues sin él, no sería alcalde y el otro diputado federal. González Pimienta hoy jefe del gabinete del gobernador Aristóteles Sandoval.
También a principios de la década de los 80, Rafael Yerena Zambrano se perfiló hasta ser hoy en día cacique político con influencia local, regional y estatal. Como las de su tocayo, sus tentáculos echaron raíces hasta “el centro”.
Después de los dos “rafailes” hay dos o tres caciquees menores. Uno es Gustavo González Villaseñor, quien apenas en la penúltima elección compitió por la diputación federal y fue vencido por el también caído en desgracia, Ramón Guerrero Martínez.
Los cacicazgos lastiman a los partidos políticos por erigirse en brutales por infranqueables barreras para las nuevas generaciones. Es ese el abuso reiterativo atribuido a los partidos y regularmente van de la mano de sus caciques.
Si el PRI y el PAN, y citemos el plano local, no abren paso y espacios a las nuevas generaciones, al condenar a sus cuadros se inmolan y apuran su extinción. Son entidades públicas que envejecieron al aproximarse a un siglo de vida.
Hace 30 años, el PAN hizo su aparición en una elección local y sumó tantos votos como para adjudicarse las 3 regidurías plurinominales en disputa (1989-1992). Efrén Calderón Arias ganó por el PRI. Hace dos semanas apenas pudo ganar una de seis regidurías pluris en disputa. El PRI apenas pudo ganar otra regiduría.
Si para el 2021 no hubo renovación y se mantienen los cotos de poder estarán condenados a ser meros participantes testimoniales. Revivirán sus escaramuzas. Habrá ausencia de unidad y falta de moral. El mensaje a los electores estará inalterado. Pelear por un cascarón es evidencia de la pérdida de los principios y valores.
Revolcadero
La noticia del día ocurrió a media mañana. El presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, René Juárez Cisneros anuncio su renuncia. Es tan sorpresiva su dimisión como lo fue el 4 de mayo pasado su designación, en sustitución de Enrique Ochoa Reza. Con su renuncia invitó a la reflexión de la militancia y discutir lo que habrá de ocurrir. “Para regresar al poder debemos de aprender de la derrota” dijo. Al ex alcalde de Acapulco y ex gobernador de Guerrero lo sustituye Claudia Ruiz Massieu, sobrina del ex presidente de la república, Carlos Salinas de Gortari. ******El aplaudido Plan de Austeridad que propone Andrés Manuel López Obrador, que incluye despedir a 200 mil empleados de confianza, nos hizo recordar que cuando Enrique Peña disfrutaba de la mayor popularidad de su mandato impulsó recortes de decenas de miles de trabajadores en dependencias federales. Sus decisiones mandaron a la ruina a ciudades y municipios enteros, como por ejemplo Ciudad del Carmen. Esta ciudad de Campeche vivía la bonanza del petróleo y con el despido de empleados de Pemex y recorte de gastos presupuestales, hoy es una ciudad fantasma. Peña Nieto recortó miles y miles de trabajadores de Sagarpa y otras secretarías y recortó gastos en todas las dependencias. Todos los despedidos y sus familias votaron hace dos semanas por López Obrador. Creen que pueden ser reincorporados en sus trabajos. Hay contratistas que apuestan a los planes de inversión en nuevas refinerías y la modernización de otras. Si equivocan la apuesta, si no hay negocio, sino obras por adjudicarse o licitarse, si no hay trabajo, rondará la decepción y en seis años pudieran darle la espalda a la Morena de AMLO.****** El eje principal del plan lopezobradorista contempla bajar sueldos. Él ya avisó que pondrá el ejemplo y ganará apenas el 40% del sueldo actual de Peña Nieto. Es buen mensaje y la bufalada de morenos lo acepta hasta con entusiasmo. Pero los magistrados no están dispuesto abajarse su sueldo. Conocen la ley y ya dijeron que es inconstitucional. Ellos ganan más de medio millón de pesos al mes y que es la garantía para que sus resoluciones estén ajenas a influencias externas. Se supone que hablan de ganar bien para no robar. Que el alto suelo es la garantía constitucional de que no influenciarse por políticos no caer a la tentación de la corrupción. Sin embargo, está demostrado que casi todos los magistrados le deben la designación a influyentes legisladores. Casi todos llegaron previo negociaciones de la elite dominante, unos vía PRI, otros vía PAN, del PRD y hasta de morenos. Si mantiene su rebeldía, serán buen contrapeso a los designios, decisiones e imposiciones del tabasqueño. Son ellos quienes conocen y aplican la ley y solo aceptaran reducirse el suelo por voluntad y no por decreto. Vamos a ver qué tan autónomos e independiente son los poderes en México. ****** Los vecinos de la colonia Emiliano Zapata se quejan de la injerencia del regidor Gonzalo Guzmán Delgado. Lo acusan de pretender por sus destos se instale un puesto en la calle Aguacate, a un costado de la iglesia de la Santa Cruz. Los funcionarios municipales que conocen del caso y por el cual pasa el trámite se han negado avalar la solicitud del regidor del MC por violentar el reglamento de la ciudad en la materia. Nos dicen que el regidor en dos oficinas ha ido a reclamar, a gritar y hasta amenazar exigiendo dar luz verde al permiso. Su argumento es simple: “Es compromiso”. Los vecinos por separado sostienen que se trata de un viejo permiso de un puesto de venta de jugos cerrado al morir la dueña hace unos 12 años. Una sobrina reclama supuestos derechos de herencia y a ella le prometió el regidor Gonzalo Guzmán conseguirle el permiso. Hay un dato más. La amiga del regidor no planea ponerse a vender jugos ni nada. Que quiere el permiso para rentar el puesto. En una de esas hasta “el roky” va querer su permiso. El viejo cocinero de la cocina económica de los Fong puso a un costado de la misma iglesia su puesto de venta de tacos de birria. Si el gobierno municipal no cuida los asuntos de los puestos callejeros en esa colonia le estallará el escándalo. Los taqueros de la esquina del ex Cine Bahía, están atentos.