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Miércoles, 25 Julio 2018 10:47

Que Mochilas se va de Puerto Vallarta para castigar a los “infieles”

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Por Gerardo Sandoval Ortiz

La semana inmediata después de la elección, Ramón Guerrero Martínez se quejaba de lo injusto de los vallartenses por haberle dado la espalda y no votar por él. Confió a sus íntimos que él dio todo por la ciudad y cual castigo a los “infieles” se iría a radicar lejos de Puerto Vallarta.

No sabemos a ciencia cierta qué tan real fue el duelo ni de qué magnitud su dolor por la derrota en las urnas. Antes, sus incondicionales pregonaron que su líder sería diputado federal y tener amarrado con Enrique Alfaro el control del Seapal y de todas las dependencias estatales con sede en el edificio de la UNIRSE. Es decir, sería él quien decidiría los nombramientos de los funcionarios a ocupar las oficinas del gobierno estatal.

Ese ha sido el estilo, plagado de promesas y mentiras, que le ganó aliados y simpatías, las necesarias para exigir “la plaza” y reclamar ser dueño aquí de la franquicia naranja.

Es perfectamente sabida el insaciable hambre de poder con la que se conduce, Ramón Guerrero en la política. Dedicó el último año a tramar sus tretas para intentar descarrilar el proyecto de reelección de Arturo Dávalos Peña. Fue hábil para vender la afirmación de existir un acuerdo para ser el elegido. En los meses previo a la elección constitucional. Ramón Guerrero fraguó su derrota.

Es asombrosa la capacidad de mentir. Atrás de él  y a sus alrededor pulula un grupito de seguidores que mantienen su fanatismo. Lo defienden como cualquier adorador de alguna figura mística al creer que la más mínima referencia es agresión a su deidad.

En la campaña se pudo confirmar que al interior del Movimiento Ciudadano nadie le regateó al apodado “mochilas” haber sido en su momento el padre del movimiento desprendido de las cenizas de un ya decadente Partido Acción Nacional. En el ejercicio de su gobierno, dos años y medio, las acciones de Guerrero definieron cuál sería su futuro político inmediato. Luego de ganar la alcaldía en julio de 2012 se postuló en el 2015 candidato a la diputación local y pudo vencer a todos sus contrincantes con suma facilidad.

Tres años no bastaron para que los vallartenses olvidaran los excesos de la gestión 2012-2015 de Guerrero al frente del gobierno municipal. En nuestra percepción cometió su primer gran error oponerse a Dávalos quien a su vez se fortaleció en dos años y medio al frente del gobierno local. Fueron militantes y simpatizantes del MC, muchos amigos de barriada de Dávalos, quienes forzaron a los dueños del MC echar atrás cualquier plan de designar candidato a “el mochilas”.

El proceso de designación del candidato naranja fue largo y cansado. Una y otra vez se le recordaron los pecadillos al de Ayutla. Priistas y panistas, de los partidos de la chiquillada, fueron solidarios con Dávalos, un fenómeno fácil de percibir. Entre agosto y marzo se expresó con absoluta claridad el repudió al de Ayutla. Para el momento de las nominaciones la imagen de Ramón Guerrero estaba por los suelos. Sin embargo, en el MC pesaron más los acuerdos que los deseos de ganar el distrito, cedieron a los chantajes y aceptaron entregarle la candidatura a la diputación federal. La vergonzosa derrota de Guerrero el domingo primero de julio estaba cantada con mucha anticipación.

Estamos convencidos que a Guerrero lo engañaron los de su war room. Está a tiempo de saber que a su alrededor revolotearon varios zopilotes y fueron ellos los primeros en carroñearlo. Sus asesores debieron advertirle del riesgo de pelear una plaza perdida tres años antes en la calle, no en las urnas.

Un grupo de sinvergüenzas lo azuzaron con deliberadas intenciones de exprimirlo, de sacarle dinero. Algo parecido a los alientos artificiales que a Laurel Carrillo le susurraron en la oreja un grupo de asesores vivales y mantener vivo la “verdad” de un “triunfo robado” en las urnas.

Primero, Ramón Guerrero mintió a sus seguidores hasta convencerlos de ser el elegido para ser candidato. Ya en diciembre las dudas se disiparon y registró la pérdida de apoyos. En la campaña, ya en mayo y junio, hubo mochilistas que confesaron los engaños y las mentiras. Votarían por Dávalos y Munguía pero no por “el mochilas”.

El liderazgo se esfumó antes de la elección. Declarados mochilistas lo traicionaron. A varios les había prometido convertirlos en regidor y al final acabaron hasta por irse del MC. Fueron miles los que votaron por Dávalos y Munguía, depositaron el voto de confianza para López Obrador pero no votaron por Guerrero. Hubo traiciones que le dolieron, y una de las más sentidas fue la del ex regidor Oscar Avalos Bernal el de Las Palmas.

Quizá tiene razón Ramón Guerrero en sentir dolor por la derrota electoral. No dudamos que ayudó a muchos de sus amigos. Hubo a quienes acomodó en nómina. A otros les permitió hacer su negocito. Hubo tratos y contratos, privilegio exclusivo para los suyos.

Pero, en el reparto del pastel, seguros estamos que la gran tajada se la llevó él. Han sido documentados ventajosos “negocios” y sin duda, el asunto de la venta de los 18 bienes municipales es el más socorrido por los vallartenses cuando se trató de exhibir “corrupción”. En estricto sentido, técnicamente no se cometió robo de una propiedad pública la “venta” de aquellos bienes, entre ellos del rastro municipal. Pero se documentó una infame, y por ende, sospechosa operación mercantil.

Sin oposición real en el Ayuntamiento, en su cotidiano desaseo de gobernar la ciudad y en las postrimerías de su gestión convocó al pleno de regidores reunirse un 2 de febrero a las nueve de la noche. La sesión inició oficialmente a las 03:40 horas de la madrugada del siguiente día. El tema de proponer la desincorporación de 18 predios se incluyó en “asuntos generales” del Orden del Día. La propuesta fue vender (seis propiedades se perdieron por la vía del trueque) para obtener dinero y pagar deudas a proveedores. Seis de dichos bienes se entregaron a la empresa Tecnología en Proyectos Inmobiliarios S.A. de C.V., la firma creada por el cantante Alejandro Fernández para construir y operar el estacionamiento en la plaza del Pitillal. Con eso atacó el resolutivo en contra derivado del juicio civil 1116/2008 por un total de 24.6 millones de pesos “por daños”, más 4, 866, 702 “por perjuicios” y 2, 946, 670.20 “por gastos y costas”.

Los seis predios dados en trueque a Alejandro Fernández se calculó tenían un valor real arriba de 400 millones de pesos. Justo cuando se alistaba la demanda civil, al alcalde en ese entonces, Javier Bravo Carbajal le ofrecieron llegar un acuerdo. Ese momento ocurrió a finales del mandato de Bravo. Con 20 millones se arreglaba todo. Ese era la inversión en el estacionamiento. No hubo acuerdo y el juicio siguió hasta la condena citada arriba que obligó al Ayuntamiento pagar 32.4 millones de pesos.

A eso de la una y media de la tarde, el mismo 3 de febrero, Guerrero acudió a la oficina del notario, Elías Amezcua González y firmó el convenio en la escritura 1053/bis aceptando reconocer y pagar a Tecnología en Proyectos Inmobiliarios 120 millones de pesos. No durmió esa noche por ir personalmente a pagar cuatro veces la deuda y entregar bienes a un costo de casi cuatro veces abajo de su valor. Por decirlo de otra forma, la deuda original que pudo arreglarse con 20 millones de pesos, que por mandato judicial se elevó a 32.4 mdp, se pagó finalmente con 400 mdp, el valor estimado de los 6 predios del trueque.

A juicio interpretativo de los vallartenses el caso de los 6 predios con los que se pagó la deuda a la empresa del hijo de Vicente Fernández fue un “robo” a la ciudad. Los regidores aprobaron a las 06:40 la iniciativa de Guerrero y nadie objetó la ausencia de avalúos ni de información de la deuda.

Alejandro Fernández ya es un “latifundistas urbano” pues ya son de su patrimonio las siguientes propiedades: el rastro municipal (6 mil 23 m2), taller municipal, 8 mil 192 m2, edificio de Servicios Municipales (6 mil 440 m2), un predio denominado “el cerro” de 24 mil 805m2, el Centro Cívico de 10 mil 355 m2 y el predio del coto San Xoaquín de 4 mil 196 metros cuadrados. Son casi ocho hectáreas de terreno. Para obtener el valor real, en su caso se debe considerar las edificaciones en tres casos.

Al rechazo a Ramón Guerrero en Puerto Vallarta es notablemente mayoritario. Así se lo expresaron en las urnas. Quienes lo apoyan deben entenderlo a tiempo y ya no susurrarle al oído la historia del rey tuerto. Nos afirmaron que Guerrero entendió el mensaje y con el dolor de cualquier víctima de traiciones y deslealtades, está decidido a cambiar de residencia. Sabe que no es bien visto en Puerto Vallarta. Y debe saber que sus fans se convirtieron en su dañina plaga por mantenerle vivo a mentira de ser dueño de la plaza.

 

Revolcadero

 

Por cierto, el jueves de la semana pasada, Comunicación Social del Ayuntamiento emitió un comunicado en donde informa que la construcción del nuevo rastro municipal presenta ya un avance del 70%. Ese día el alcalde interino, Rodolfo Domínguez hizo una visita de supervisión a la obra cuya inversión asciende a 22 millones de pesos. Afines de mayo, los nuevos dueños del rastro reclamaron la posesión y por dos o tres días la ciudad se quedó sin matadero, situación que fue aprovechado por varios carniceros vivales que incrementaron el precio de la carne. Los adversarios de Ramón Guerrero aprovecharon la coyuntura para echar en cara a “el mochilas” y recordar a los electores quién era culpable. Como dato importante, el director de Obras Públicas Municipales, Oscar Castellón informó en el recorrido del jueves que en 30 días el rastro estará listo para el sacrificio de reses y aves y así formalizar la entrega de las instalaciones del viejo rastro.****** Hace dos semanas la zona de Marina Vallarta, el aeropuerto y vías que coinciden al Centro Internacional de Convenciones, ya habían sido literalmente tomados por fuerzas del orden público. Desde el fin de semana hubo cierres parciales de avenidas en ese sector de la ciudad. La calle Paseo de Las Flores se restringió el acceso a la totalidad de personas ajenas a las viviendas y negocios de la zona. Y este lunes el cierre fue total. Puerto Vallarta es sede de la XIIII Cumbre presidencial de la Alianza del Pacífico. Miembros del Estado Mayor, la Marina, Sedena, policías federales, estatales, municipales, agentes de vialidad, aportan su esfuerzo para garantizar seguridad a los participantes. Los países socios de la Alianza del Pacífico son Colombia, Chile, Perú y México pero además, asisten invitados empresarios y presidentes de Argentina, Brasil y Uruguay. Las instalaciones del hotel Westin Regina son sede alterna, de ahí que también sus instalaciones permanezcan bajo un celoso cuidado de las fuerzas federales y militares. ******Que la Junta Vecinal de la colonia Emiliano Zapata ya amenazó con hacerla de tos y armar el escándalo si se otorga el permiso del puesto exigido por el regidor Gonzalo Guzmán. En este espacio hemos dado algunos datos sobre el caso. El regidor Gonzalo Guzmán Delgado lleva varias semanas reclamando a gritos le den luz verde a su solicitud de un puesto para venta de jugos a un costado de la iglesia de la Santa Cruz. “Se brincan lo que sea o díganme a quien le hablo pero éste permiso me o sacan ya pues es un compromiso mío” gritó a empleados menor rango. Al regidor no le gusta la den  negativas a su respuesta y estalla su ira. Es abogado pero no quiere entender de leyes ni reglamentos. El asunto tampoco no es cuestión de dinero, es cuestión de compromisos políticos.

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