Aquella gran expectativa generada por los triunfos panistas en las elecciones de 2017 se derrumbó al ser avasallados por la ola morena en el primer semestre de este año que culminó con la elección el domingo 1 de julio pasado.
Los panistas se proponen reconstruirse desde sus cimientos. Gobiernan en una docena de entidades pero la credibilidad de sus figuras y la imagen del partido vale poco menos que un cacahuate. Desde ahí, desde sus cenizas arranca el panismo sus procesos internos de renovación de sus cuadros directivos. Pero ni ellos parecen ser optimistas.
Empecemos por el final. Es el escenario que mayor interés despierta para nuestros tres lectores. El PAN tiene un padrón de militantes activos de 374. Esta cifra puede no poquito mayor en razón de la probable afiliación de unos cuantos vallartenses. Cuando en noviembre de 2016 se llamó a una asamblea municipal electiva, acudieron un total de 234 militantes. De estos, 133 votaron por Ricardo Ponce Ibarría y los menos, 107 por Juan Manuel Vázquez Ruelas. De esos datos se desprende que en tres años, el padrón de militantes se redujo.
Es demasiado pronto para ser puntuales y establecer nombres de quienes se apuntarán al proceso de elección del Comité Directivo Municipal. Pero los interesados ya trabajan en esa tarea de su mar y sumar simpatizantes a un proyecto de grupo. Hemos escuchado con mucha constancia el nombre de Humberto “Beto” Ceja Muñoz como interesado en participar y tomar las del panismo. Este señor fue coordinador de la campaña de Saúl López Orozco. Fue candidato a regidor y ocupó la cuarta posición de la planilla. Ha hemos escrito en este espacio que es un panista de toda la vida y sobrino del ex regidor, Humberto Muñoz Vargas. Sin embargo, mantiene distancia con el tío e inclusive, en algún momento se le consideró allegado al regidor, Juan José Cuevas García.
Beto Ceja goza de la estima del panismo tradicional y de los neopanistas, de ahí que sus probabilidades de erigirse en el dirigente que los panistas necesitan son reales. Nos afirman que tiene ganas y capacidad le sobra. En un año pudiera dar el gran salto.
La “pandilla de dos”, como hemos escuchada se refieren de Juan Pablo Ruiz Bernal y Ricky Ponce, no da señales de su interés. Ignoramos si decidirán hacerse a un lado luego de pasarse el Comité uno al otro en los últimos años. Recordemos que al fallecer el ex regidor Gregorio Robles, la dirigencia estatal colocó al cachorro de Jesús Ruiz Higuera al frente del partido. José Pablo entregó, la estafeta a su amigo en diciembre del 2016 y los dos juntos, pretendieron la candidatura a la alcaldía. Beto Ceja no está confrontado con este dúo sin embargo, no se fía de ellos.
Lo primero en el PAN es el cambio de dirigencia nacional y estatal. Por ahí anda un Markos Cortes recorriendo los estados visitando las sedes del partido y pidiendo el voto de los militantes. Al estilo de siempre, un grupo de gobernadores se agruparon para presionar en favor de la fórmula de Héctor Larios y Rafael Moreno Valle.
Antes de la elección, ya se ejercía presión para renovar el CEN del PAN. La militancia de base entró en franca rebeldía contra el férreo control que ejerce Ricardo Anaya, quien fue candidato derrotado por la alianza PAN-PRD-MC. Desde la dirigencia Nacional Anaya construyó la estructura para ser candidato. Ese agandalle molestó a todos. El separarse de la dirigencia para dedicarse a su campaña depositó en manos de su amigo, Damián Zepeda. Desde esa posición, Zepeda se apunta primero para ser senador plurinominal. Pero no suelta el partido y ya obligado por los tiempos encima, delega el timón blanquiazul a otro anayista, el desconocido Marcelo Torres Cofiño. Y éste, de sus primeras decisiones fue designar a Zepeda coordinador de la bancada panista en el Senado de la República.
El panismo se alista para reconstruirse desde sus cenizas cuando ocurre el último abuso, el agandalle de Damián Zepeda. Contra Anaya el panismo se molestó por usar el partido para saciar su voracidad política. La operación cicatriz, si es que hubo luego de la elección, rebrotó en la agraviada militancia.
Cuando a casi dos semanas después de la elección, el viernes 13 de julio, Miguel Angel Martínez Espinosa solicitó a la Comisión Permanente de su partido retomar la presidencia del Comité Directivo estatal no pocos activistas advirtieron éste regresaba al partido para desde ahí controlar el proceso y manipular en lo que se le permita para entregar el control del partido a uno de los suyos.
Martínez Espinosa desde el partido se construyó su candidatura a gobernador. Antes de pedir licencia para separarse del CDE el último día de enero, se les arregló para negociar la repartición de las candidaturas plurinominales al Congreso local a sus amigos, todos del panismo tradicional. De ahí destacamos a tres vacas sagradas del panismo jaliscienses: el impresentable, José Hernán Cortés Berúmen, el cometodo, Gustavo Macías Zambrano e Irma de Anda Licea.
Lo último. El jueves 23 pasado, en reuniones del CDE y de la Comisión Permanente Estatal, Martínez Espinosa informó de la convocatoria para renovar el CEN y el CDE procesos a efectuarse en noviembre. No descartó inclusive el cambio del CDE en octubre. El artículo 74 de los estatutos del PAN se obliga a renovar su dirigencia estatal en el segundo semestre del año que se celebren elecciones.
El proceso de relevo en el partido implica primero integrar la Comisión Auxiliadora de la Comisión Organizadora y la propia Comisión Estatal Organizadora. Dos días después de las reuniones del CDE y Comisión Permanente, el sábado 25, se propuso y se aprobó la integración de la Comisión Organizadora Estatal. ¿Y qué creen? Gustavo Macías Zambrano es parte de la misma. Los otros miembros son Verónica Acosta Cervantes, Hugo Gutiérrez y Martha Bernal. Todos, de una u otra forma y por distintas razones, son de la corriente del grupo que controla el CDE y responden a las vacas sagradas del panismo jalisciense.
Al frente de la Comisión Organizadora se propuso y se eligió a Felipe de Jesús Romo Cuéllar. Es diputado local de repechaje de un distrito de la zona de Los Altos. Hace tres años hizo ruido al pretender competir por el CDE y acabó por negociar con las vacas sagradas azules. Hoy, camina y se mueve como uno más del grupo de la elite del PAN Jalisco, amigo de los Isaías y Hernán Cortés Berúmen, de los Martínez Espinosa, conocido de los Ramírez Acuña, de los Cárdenas Espinosa.
No, el PAN no aprendió de la última derrota. La derrota Ricardo Anaya es semejante a la de Roberto Madrazo en el 2006, por hacer del partido un instrumento para saciar su voracidad.
En PAN en Jalisco ganó tres veces la gubernatura pero sus batallas intestinas, siempre por el atragamiento del más fuerte al más chico. Ahí está la rebatinga mas reciente, la del 2015 cuando una decena de militantes recurrieron a los tribunales electorales para echar abajo los dedazos, imposiciones o designaciones del CDE.
Si así se reconstruye el PAN, caerán sus muros encima de sus militantes y todos acabarán aplastados.
REVOLCADERO
Ayer las felicitaciones para Lorena del Socorro Jiménez Andrade estaban a la orden del día. Se instaló la nueva legislatura LXIV y ella ocupó la curul como diputada federal por el Distrito V con cabecera distrital en Puerto Vallarta. También hubo felicitaciones para Mirtha Villalvazo, quien por Morena -al igual que la maestra Lorena- se adjudicó el distrito III del sur de Nayarit. Las dos damas dieron la sorpresa al imponerse a figurones del PAN, del PRI y del MC. Lorena Jiménez dejó en el camino a Ramón Guerrero del Movimiento Ciudadano y a Cesar Abarca y la Villalvazo, al priista José Gómez y al neopanista, Héctor Paniagua. Cada una se tomó la foto con su respectiva bancada. Los morenos son la primera mayoría, 247 y les faltaron cuatro para solitos formar mayoría. Ya con sus aliados, los sin partido pero del PES(47) y los del PT (31), alcanzan casi los tres centenares.***** Ayer por la tarde me comentó el amigo Ricardo Barragán Ibarra, “Ribaiba” para los amigos, que la noche este viernes será su última edición de su programa La Mancha. ¿Por qué? Porque la empresa se “vendió” y desde ese viernes dejará de ser Fiesta Mexicana para convertirse en la Poderosa. Suena raro porque el grupo que pera las concesiones de radiofusoras de la marca La Poderosa, de alguna forma tienen ciertos vínculos con los dueños de la Fiesta Mexicana, la familia Pereda. Hasta donde sabemos, esa compra-venta se sucede entre parientes, un pariente socio vende a otro pariente socio. En fin. Lo primero son los negocios y si esos negocios se hacen entre familia pues qué mejor. Lo malo en todo caso es el cierre de espacios, como el de Ribaiba, que se han ganado a pulso a fieles radioescuchas. De la mala noticia, la buena es que despachará en la gerencia el amigo Paco Pérez, la primera y más atinada decisión de los nuevos dueños de aquella “radio” que en el piso superior del hotel La Paloma del Mar abrió Enrique Verzunza a principios de los noventa. Ha, un amigo bien enterado en asuntos de radiodifusoras nos comentaba que más le vale a Fernando González Corona ponerse las pilas porque nomás no sube su “rating”. Si pone un alto a las escaramuzas internas, acabará por vender o rentar su “radio”. ****** Nuestros amigos de la calle 24 de Junio, allá en el fondo de la colonia Lomas del Calvario, estaban asustados la tarde de ayer. El susto era por el gigantesco borbollón que hacía la fuga de agua. Resulta que una brigada de trabajadores que realizan trabajos de arreglo de la calle, accidentalmente rompieron la tubería. Nos dijeron que llamaron al Seapal y que nadie respondía el llamado. En tanto la calle se convertía en un río de agua cristalina. Claro, escuchamos mentadas dirigidas al titular del Seapal Andrés González Palomera. Que el personal del Seapal tarda demasiado tiempo para atender este tipo de quejas.
