A Jaime Olvera lo conocimos hace casi tres décadas y con esa confianza le llamamos para preguntarle hasta dónde había responsabilidad de la dependencia a la que presta sus servicios en la caída del graderío y las lesiones a casi medio centenar de asistentes al concierto de la cantante Yuridia.
“La verdad, yo no sabía nada de ese concierto” nos dijo de entrada. Nos narró por el auricular que estaba en Tuxpan trabajando de la mano de los colegios de Ingenieros y de Arquitectos en todo lo relacionado a la reconstrucción de aquella población. Ese sábado recibió la llamada de su jefe para hablar a la prensa.
“Con los periodistas frente a mí, hablé a la base regional en Bahía de Banderas y me dijeron que no había oficio: hablé con mi secretaria y tampoco había oficio. Finalmente hablé con mi jefe y tampoco había oficio”, nos afirmó. Eso había dicho “el rambo” a eso de las nueve de la noche del sábado. Varios medios de comunicación destacaron sus dichos.
Luego ocurrió lo inesperado. Alrededor de las dos de la madrugada, ya del domingo le hablaron de la base regional para informarle que sí, que había un oficio recibido. Eso implicaba la ineludible sospecha de que él había mentido cuando cinco horas antes había sostenido que Protección Civil y Bomberos del Estado no fue enterado ni notificado del evento en el Hotel Hard Rock.
Ya se han dado todo tipo de detalles sobre la presentación de la cantante Yuridia en los jardines del hotel de Nuevo Vallarta. Un sector de gradas se desplomó por el peso de los asistentes. Alrededor de 40 personas resultaron con lesiones de menor consideración, al fin lesiones.
En tanto se brindaba algunas atenciones de primeros auxilios y a otros se les trasladaba a hospitales, públicos y privados, el evento continuó. Eso propició mayores cuestionamientos a los organizadores y también a las autoridades. Las normas establecen que en estos casos procede la inmediata suspensión momentánea como medida precautoria. Así se debe mantener en tanto se repare el incidente, se corrigen fallas en las estructura del graderío y se inspecciona y verifica que existen condiciones para reanudar el evento masivo. Si en esa revisión se considera que existen riesgos para la asistencia, se debe de ordenar la cancelación definitiva del evento.
En principio se admite la existencia de una actuación anormal de las autoridades presentes al no suspender el evento.
¿Protección y Bomberos de Nayarit estaban en el lugar?
-Te soy sincero, no lo sé”, nos juró “el rambo” en respuesta a nuestra pregunta.
Sin duda hubo una cadena de errores y omisiones en el accidente del Hotel Hard Rock. Pero es el gobierno municipal el primero y mayor responsable de ello. No puede eludir esa responsabilidad por ser la autoridad municipal. Si para todo apelan a la constitucional autonomía municipal, el gobierno que encabeza el médico Jaime Cuevas Tello ahora no puede eximirse de sus culpas.
La normatividad aplicable en materia de protección civil y todo lo concerniente a salvaguardar la seguridad de asistentes a un evento masivo nos remite en principio a la autoridad municipal. Por tratarse de un evento especial para tramitar el debido permiso los organizadores deberán dirigir oficios a Protección Civil y Bomberos. En la solicitud del permiso se debe añadir todo lo relacionado al “programa específico de protección civil”, requisito que los organizadores cumplieron a cabalidad. Personal de esta dependencia deberá apersonarse en el lugar sede del evento y aunque probablemente no habrá nada, procede con oficio en manos exigir los contratos de arrendamiento o renta de muebles, de gradas, solicitudes de servicios médicos, etc. No habrá gradas, pero inspeccionarán físicamente si el sitio del evento garantiza las dimensiones para instalar las gradas señaladas en el contrato de renta del inmueble. Al cabo de dicha verificación física, se expide el permiso.
Es de ley una última inspección horas antes del evento. El personal deberá presentarse con varias horas de anticipación para la inspección detallada, en este caso del graderío.
Todo lo anterior es responsabilidad de la autoridad responsable de otorgar el permiso. Es decir, aquí el responsable es el gobierno municipal.
Respecto a Protección Civil y Bomberos de Nayarit, cabe el supuesto de ser opcional el dirigir el oficio. Extrañamente se ocultó el oficio DEPC/100/2018 firmado por el coordinador de Bases Regionales, Sergio Carrillo Contreras en donde reconoce “haber efectuado la revisión de las instalaciones y gradas dentro de la explanada”. “Esta dirección no tiene inconveniente para otorgarle el Visto Bueno con vigencia hasta el 12 de noviembre”.
Los organizadores del denominado Desierto Tour 2018 cumplieron al pie de la letra los trámites legales en papel. Sin embargo incumplieron en los hechos al no sujetarse con estricta responsabilidad a su programa de protección civil. No existen evidencias ni pruebas para sostener si el personal de Protección Civil y Bomberos -estatales o municipales- falló en su responsabilidad de inspeccionar concienzudamente el graderío que se desplomó. Ocurrido el hecho, la única certeza es que alguien no hizo su parte y aquí, en el supuesto de culpables, también están los organizadores.
Cuando consultamos informantes en Bahía de Banderas para el tema nos advirtieron de los vínculos negativos del coordinador de Bases Regionales, Sergio Carrillo Contreras con el alcalde Jaime Cuevas Tello y la administración municipal. Hay quienes pretenden hallar una explicación del por qué en la oficina de Sergio Carrillo se ocultó el oficio DEPC/100/2018.
De septiembre del año pasado hasta el mes de mayo, Sergio Carrillo se desempeñó como subdirector de Protección Civil y de Bomberos de Bahía de Banderas. Lo echaron de muy mala forma, señalado de funcionario corrupto. Jaime Cuevas lo había jalado precisamente de Protección Civil y Bomberos del Estado a donde en el mismo mes de mayo se reincorporó a la coordinación de Bases Regionales.
Carrillo depende directamente del titular Alberto Sánchez Valdivia, al igual que Jaime Olvera. Hace ya algunos años, ya se habían dado acusaciones de hoteleros contra Carrillo por supuestos actos de extorsión.
Más allá de los señalamientos contra los funcionarios estatales también es cierto que Jaime Cuevas se ha dedicado a desmantelar el cuerpo de Protección Civil y Bomberos. Ha ninguneado recursos y apoyos. El dinero fluye a cuentagotas ocasionando que ambulancias y patrullas no atienden servicios por falta de combustible. Ha ordenado recorte de personal. Redujo a cero los programas de capacitación y como resultado hay personal que no sabe ni poner un curita.
Así las cosas, el desplome de las gradas en el Hotel Hard Rock pudo haber sido de mortales consecuencias. Empresarios, organizadores y la autoridad municipal, todos ellos son culpables. Jaime Cuevas debe dar la cara y aceptar que le ha fallado a sus paisanos. Que no busque culpables en donde no los hay. Los tiene a su lado, colaboradores mediocres despachando en oficinas en donde él como presidente municipal, comparte sus culpas.
REVOLCADERO
Nuestros paisanos del norte de Nayarit, y también entre sus familiares que residen fuera de su terruño, crece la indignación contra el gobierno en sus tres niveles. El malestar es mayor contra Enrique Peña Nieto. A Tuxpan, a Tecuala, a Rosamorada, Acaponeta, Huajicori, Peña Nieto ni se asoma. Menos va a llevar apoyos, despensas, dinero, recursos, programas de reconstrucción. El apocalipsis llevado Willa es mayor precisamente por haber sido a mes y medio del fin de la gestión de Peña Nieto. Éste y todos sus funcionarios están pensando en preparar su despido. Allá se siente como una ofensa que el interés del gobierno federal y también de los medios de comunicación, esté en la ruta de los centroamericanos en su caravana a todo lo largo del territorio nacional. Los paisanos resienten hasta de organizaciones que se esmeran por proporcionar todo tipo de comodidades y alimentos para los migrantes y cierran los ojos a la tragedia que allá se vive.****** Nuestros amigos panista son saben si fajarse, suicidarse o ya decirle adiós a su partido. En la jornada electoral del domingo, se eligió en Jalisco a la diputada María del Pilar Pérez Chavira como su presidente del Comité Directivo Estatal. No sabemos si ya se cortó el cordón umbilical pero a esa dama la conocimos cuando era lo más cercana Eduardo Rosales Castellanos, el panista más naranja y enmochilado que de Guadalajara se venía a Puerto Vallarta para “asesorar” a Ramón Guerrero Martínez. Tiene suerte la dama panista y eso radica en ser parte del grupo que controla por más de una década al partido en Jalisco. Por eso ha sido varias veces legisladora. De hecho, para competir en este proceso que apenas pidió licencia el pasado martes 2 de octubre, hace dos semanas. El conteo oficial arrojó 6, 200 votos para la dama, 3, 499 para Carlos Arias Madrid y 2, 072 para Cesar Madrigal Díaz. Tales números son el equivalente al 52.88%, 29.60% y 17. 52 % respectivamente. De nada sirvió que los ex gobernadores, Alberto Cárdenas Jiménez y Francisco Ramírez Acuña. Apostamos que Emilio González Márquez votó por Pilar. El ex gobernador también tiene hilos naranjas. Los otros, Bebeto y el chino Ramírez, ya pueden voltear a ver el camino del nuevo partido, el de Felipe Calderón Hinojosa. Éste, supo que con la elección no habrá cambios y anunció su dimisión azul. Marko Cortes será el nuevo dirigente nacional. Él también arrasó en la elección nacional y causó el disgusto de Felipillo.****** A propósito de conciertos musicales, no estaría mal advertirle a nuestro amigo Adrián “el semáforo” Bobadilla le echo un ojo bien estricto a la presentación ya anunciada de del cantante Marco Antonio “el buki” Solís. En la memoria colectiva está aquel escándalo de la última vez que vino a Puerto Vallarta que defraudó a miles de fans al no presentarse al escenario. Los decepcionados fans reaccionaron con violencia, arrojaron botes de cerveza al escenario, volcaron y quemaron algunos vehículos y la turba lesionó a varias damas. Jamás hubo información sobre las razones de la cancelación del evento y sin embargo se habló del estado inconveniente. Que se sepa, no se reembolso el costo de las entradas a nadie. “El Buki” se largó de Puerto Vallarta y hasta hoy regresa. Aguas. Porque entre los organizadores de este concierto está otra vez un tipo de mote “el kalimán”, que presume ser compadre del michoacano y de cuestionable fama pública. El amigo Luis González Valdepeña le puede aplicar algún examen y garantizar que “el buki” esté al cien.