Con el cuento de que ampliar la pista de aterrizaje de Mascota –donde antes volaba la aeronave conocida como “La Guajolota”—traerá “múltiples” beneficios a la región, el “comandante honorario” y concesionario del servicio aéreo ante la Dirección General de Aeronáutica Civil de la SCT, Jesús Carlos Robles Contreras, solicitó al Ayuntamiento, el pasado 14 de febrero, se le otorgara la concesión gratuita y formal por 10 años de la parte municipal del campo de aviación que lleva el nombre de aeródromo “General Gonzalo Curiel García”.
El presidente municipal de Morena, Toño Rubio, se prestó a la negociación que, de entrada, es lesiva para el Ayuntamiento de Mascota, y operó para que el 02 de marzo de este año entrara como punto de acuerdo, “para su análisis”, la solicitud del particular Robles Contreras.
Quince días después, en sesión extraordinaria del 24 de marzo, el cabildo de Mascota, con nueve votos a favor y dos en contra, aprobó la solicitud del “comandante honorario” del campo de aviación para utilizar, de forma gratuita –es decir, sin pagar un solo peso al municipio, ni tampoco impuestos—el predio aledaño al aeródromo, ampliar su negocio y operarlo por los próximos 10 años.
En Mascota, los ciudadanos de esa demarcación aún no conocen los alcances de ese acuerdo de Cabildo y otros que ya saben de esta tremenda irregularidad –que más bien huele a un jugoso negocio entre el particular y el alcalde Rubio—piden la intervención del gobierno del estado, pero, sobre todo, del presidente Andrés Manuel López Obrador para evitar que un terreno que forma parte del patrimonio municipal y que es de todo el pueblo, sea entregado a un empresario que hará el negocio de su vida.