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Lunes, 10 Agosto 2015 02:40

El notario y el atlista

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En las transacciones de compra ventas simuladas de terrenos ejidales siempre está la mano de algún Notario que se presta al despojo de valiosos bienes inmuebles en perjuicio de personas humildes que a veces no saben leer ni escribir, al elaborar escrituras que validan hechos como tales, como un pago no concretado, a fin de beneficiar a empresarios sin escrúpulos que terminan apropiándose de tierras ajenas. Un claro ejemplo lo representan el tapatío Roberto Vergara Camarena y el Notario Público Número 2 de Bucerías, Teodoro Ramírez Valenzuela.

 

Por Jorge Olmos Contreras

Asentado desde hace muchos años en la zona de Bucerías, donde construyó las famosas suites Atlas –donde por cierto, se habría hospedado el narcotraficante Alberto Carrillo Fuentes, conocido como “Bety la Fea” cuando fue capturado en septiembre del 2013--, el empresario jalisciense, Roberto Vergara Camarena siempre ha buscado la manera de expandir sus negocios a costa de lo que sea, incluso timando y despojando a humildes ejidatarios para quedarse con sus tierras, tal y como ocurrió con el señor Pedro Pineda Agapo, un campesino de San Vicente, en Bahía de Banderas, Nayarit, a quien prácticamente le arrebató más de dos hectáreas de valiosos terrenos de origen ejidal.

Para concretar y darle valor legal a este despojo, Roberto Vergara se apoyó en el Notario Público Número Dos de Bucerías, Teodoro Ramírez Valenzuela, quien firmó la escritura número 8,784 el 16 de agosto del año 2006, donde se concretaba la compra venta de un inmueble de dos hectáreas, 71 áreas y 51.40 centiáreas por la cantidad de 10 millones 121 mil 750 pesos entre el vendedor, Pedro Pineda Agapo y el comprador, Roberto Vergara Camarena.

En dicha escritura, el comprador, Roberto Vergara dijo ser una persona física, de nacionalidad mexicana, casada bajo el régimen de separación de bienes, en pleno uso de sus facultades de goce y ejercicio por lo que su capacidad no se haya disminuida o limitada en forma alguna para dar celebración al presente contrato.

En tanto, el vendedor, Pedro Pineda Agapo, acompañado de su esposa, la señora Tomasa Rivera González, manifestó por igual ser una persona física, mexicano, casado y que se encuentra en pleno uso de sus facultades de goce y ejercicio por lo que su capacidad para contratar no se haya disminuida o limitada en forma alguna.

 

EL TITULO DE PROPIEDAD

 

 

 

Sobre el inmueble, Pineda Agapo dijo que por instrucciones del entonces presidente de la República, se expidió en su favor el título de propiedad 000000001521, el 17 de febrero del 2004, que ampara la parcela de las 2-71-51.40 hectáreas, y que dicho instrumento quedó debidamente registrado en el Registro Público de la Propiedad de Bucerías, Nayarit, el 20 de enero del 2005 y que su clave catastral es la número 20-012-C69-a1-1524 y que está libre de gravamen.

 

 

 

Asimismo, que el 17 de noviembre del 2005, la Dirección de Desarrollo Urbano y Ecología, autorizó la subdivisión de la parcela 237 Z1 P3/4 en cuatro fracciones, dos de las cuales entraron en esta operación, la parcela identificada como 237 Z1 P3/4 con una superficie de seis mil 945.91 metros cuadrados y la parcela 237 Z1 P3/4 que mide 13 mil 297.59 metros cuadrados.

 

 

 

El avalúo del primer inmueble lo hizo el corredor Jesús Ruiz Higuera por la cantidad de 243 mil 106.85 pesos, así como también de la segunda parcela por 465 mil 415.65 pesos.

 

 

 

De esta manera, el Notario Número 2 de Bucerías avaló la operación en que Pedro Pineda Agapo “vende, cede y traspasa” a Roberto Vergara Camarena, los dos inmuebles por la cantidad de 10 millones 121 mil 750 pesos.

 

 

 

LA MANO DEL NOTARIO

 

 

 

Sin embargo, el notario Ramírez Valenzuela escribió de su puño y letra que “la parte vendedora” “declara (sic) haber recibido en forma íntegra y a su entera satisfacción, y con anterioridad a este acto de la parte compradora”, los 10 millones 121 mil 750 pesos, y el mismo notario señala: “sirviendo el presente instrumento como el recibo más eficaz que en derecho proceda”.

 

 

 

Esta es la primera gran falacia en la escritura del Notario Ramírez Valenzuela, ya que Roberto Vergara engañó tanto al señor Pedro Pineda Agapo, como a su esposa Tomasa Rivera González, toda vez que sólo les depósito en una cuenta bancaria –la número 4039097811 de HSBC-- la cantidad de un millón de pesos y jamás lo volvieron a ver, ya no les pagó los otros nueve millones 121 mil 750 pesos.

 

 

 

Por más que lo buscaron desde el día de la transacción –16 de agosto del 2006—ya no pudieron establecer comunicación con Vergara Camarena, ya no les contestó el teléfono, actuó con dolo y simplemente incumplió el trato (afirma la señora Tomasa Rivera), y como el Notario de Bucerías “oficializó” la compra-venta mediante una escritura, ya no hizo caso ni les pagó un peso más a estos pobres ejidatarios que hoy están prácticamente en la calle.

 

 

 

El Notario Teodoro Ramírez Valenzuela no cumplió con su deber, no cuidó, como era su obligación, que lo dicho por Roberto Vergara Camarena fuera cierto, en el sentido de que ya había pagado “con anterioridad” los 10 millones 121 mil 750 pesos producto de la venta de las dos parcelas de don Pedro Pineda, simple y sencillamente se habría aliado con el empresario tapatío para arrebatarle las tierras a estos campesinos.

 

 

 

ACTUARON CON DOLO

 

 

 

Pero no sólo eso, el Notario Público habría actuado con dolo para favorecer a Roberto Vergara y perjudicar a Pedro Pineda, pues a sabiendas de que el ejidatario no sabía ni leer ni escribir, le pidió que firmara el acta de escritura donde se confirmaba que ya le habían pagado los 10 millones 121 mil 750 pesos, cosa que resultó totalmente falsa.

 

 

 

Lo peor de todo, es que ahora don Pedro Pineda, un señor que ya ronda en la tercera edad y que está enfermo, ni siquiera puede, ni él ni sus familiares, entrar a sus otras dos parcelas que le quedan, debido a que un empleado de Roberto Vergara que hace las veces de cuidador del predio que le quitaron al señor Pineda, impide que pasen por los terrenos “del señor Vergara”.

 

 

 

Hoy, don Pedro y su esposa viven en pobreza casi extrema, pero tienen la esperanza de que algún día alguien del gobierno los ayude para obligar a Roberto Vergara que les pague los más de nueve millones de pesos que les debe, y que alguien revise a fondo el actuar del notario Ramírez Valenzuela, quien por cierto, aparece en numerosas escrituras con este tipo de irregularidades.

 

 

 

Aunque así como están las cosas en Nayarit, son muchos los ejidatarios que viven con miedo y no se atreven a denunciar este tipo de despojos, pues han escuchado que el Fiscal Edgar Veytia está metido en todo y como muchos empresarios son sus amigos o protegidos, intimida a los campesinos desposeídos con hombres armados, en vez de ayudarlos.

 

 

 

La esposa de Pedro Pineda es una de las que teme que el Fiscal Veytia le haga daño por estar reclamando que Roberto Vergara les pague los más de nueve millones de pesos, pues también ha escuchado historias en que han “levantado” a personas que se atreven a reclamar estas injusticias.

 

 

 

Roberto Vergara, un conocido empresario de Guadalajara a quien se le vincula con el club Atlas, es un oportunista, un sinvergüenza y un ladrón al robarse prácticamente los terrenos de don Pedro Pineda, indican las víctimas que sólo quieren que este señor les pague lo que les debe.

 

 

 

Roberto Vergara también hizo una transacción de terrenos en la zona de Amapas en Puerto Vallarta a través de la firma “Amapas La Vista SA de CV” y el notario fue el mismo Teodoro Ramírez Valenzuela.

 

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