Con lujo de fuerza y el respaldo de una veintena de policías de Seguridad Pública del Estado, los conductores de tracto camiones y trascabos arribaron a un terreno cercado parar abrirse camino con el pretexto de que por ahí va a pasar un canal de aguas pluviales.
Ni el Ayuntamiento, ni el gobierno del Estado o el Seapal –si es que tiene algo que ver en este asunto—avisaron verbalmente o por escrito al dueño del predio de nombre Jesús Rivera, que sólo vio impotente cómo las grandes máquinas destruían el cercado y se metían a su propiedad para escarbar y hacer un surco por donde supuestamente correrá el agua de lluvia.
No hubo diálogo, ni negociación ni les han dicho si los van a indemnizar por destruir e invadir propiedad privada, sólo llegaron con sus máquinas y con los policías para intimidar y se metieron a la fuerza.
Otros vecinos aledaños a Jesús Rivera, como el señor Miguel Río Gómez, temen que este miércoles continúen avanzando las máquinas y también afecten su propiedad, pero están dispuestos a defenderse de este atropello sin importar la presencia de los policías, pues están afectando nuestras tierras sin ninguna orden judicial ni expropiación por interés público, porque en todo caso, nos hubieran indemnizado, comentó uno de los afectados.