Vocal de la mesa directiva de la Asociación de Vecinos de la colonia Versalles, Miguel González Guerra utiliza su condición de ‘periodista’ para amedrentar a los comerciantes con cancelarles la licencia municipal si no acceden a sus peticiones.
Los asusta con el cuento de que él tiene amplias influencias sobre los regidores del Ayuntamiento como para ordenarles que clausuren los establecimientos que no son del agrado de la mesa directiva de la Versalles, manipulada y mal asesorada por el mismísimo Miguel González Guerra.
El equipo de inteligencia y contraespionaje de Las chicas Súper Poderosas supo de primera mano que el objetivo de Miguel González Guerra es postularse para presidente de la mesa directiva de su colonia para acceder a múltiples beneficios y castigar a aquellos dueños de negocios que no accedan a sus planteamientos, que van desde exigirles “aportaciones voluntarias”, hasta cambiar el diseño de sus locales.
Y como estas chicas son muy, pero muy chismosas, también se enteraron de que, Miguel González Guerra trae pleito casado con dos o tres muchachones, guapísimos ellos, que son propietarios de algunos comercios en La Versalles.
Y es que dicen las lenguas de doble filo, que Miguel era íntimo amigo de uno de estos comerciantes y que de pronto se peleó con ellos, y que de ahí le nació la insana idea de estar jorobando a todos los de la Versalles, que ninguna culpa tienen de sus problemas personales.
La campaña de Miguel González Guerra contra los comercios de la Versalles ha llegado a niveles insospechados, que la mismísima presidenta de la mesa directiva de la colonia Silvia Karen Montiel (¿eres tú Carlos?) (¿o será la misma que Anilú no puede ver ni en pintura?) ya no lo soporta, pues ella sabe que Miguel habla a sus espaldas cosas como que él la maneja, que la hace como quiere y que al final la va a desbancar para quedarse con el negocio de la mesa directiva.
Por si ustedes no lo saben queridos lectores de las Chicas Súper Poderosas, hoy por hoy los integrantes de las mesas directivas de algunas colonias, como La Versalles, la de Marina Vallarta, la de Fluvial, entre otras, hacen el negocio de sus vidas al prácticamente extorsionar a pequeños, medianos y grandes empresarios, al pedirles grandes sumas de dinero a cambio de darles el “visto bueno” para establecer un nuevo negocio, ya sea restaurante, bar, fonda, casa de huéspedes, la construcción de un edificio, una casa, etc.
El Ayuntamiento tiene algo de culpa en todo esto, porque ha permitido que las juntas vecinales violen la ley y que condicionen las firmas del visto bueno a nuevos empresarios, aún cuando reúnen todos los requisitos para obtener una licencia municipal.
Así ha sucedió en Marina Vallarta y en Fluvial, donde las asociaciones de colonos piden “moches” (a veces hasta de millones de pesos) para dar su “permiso” a una obra o establecimiento comercial.
Tan solo en estos días, las Chicas Súper Poderosas se enteraron que en Fluvial Vallarta la mesa directiva está presionando a un nuevo empresario que pretende abrir un restaurante para que les “done” 40 mil pesos. Si se opone al chantaje o extorsión, simple y sencillamente no le firman el visto bueno de la Asociación, requisito necesario (pero legalmente combatible) para que el Ayuntamiento le otorgue su licencia de operación.
Ah, pues en estas anda Miguel González Guerra, quiere llegar a la presidencia de la Mesa Directiva de la colonia Versalles para hacer el business de su vida.
Los regidores de plano ya no quieren ni tomarle las llamadas, pues es una quejadera de todos los días, que si tal negocio tiene toldo, que si el otro puso sillas en la banqueta, que no hay donde estacionarse, que si la música, que si los alimentos, que si los meseros, etc., etc.
La colonia Versalles está cambiando su vocación poco a poco, ya no es absolutamente residencial, hay muchos negocios, desde consultorios hasta grandes hospitales, pequeños y grandes restaurantes, taquerías, fondas de pozole, etc., y nadie debe impedir el crecimiento del comercio, menos si hay resentimientos o fines espurios en el intento.
Ojalá, Eva Contreras le dé un jalón de orejas a Miguel y que él utilice su energía en investigar los ilegales desarrollos turísticos que un gran empresario hace en la zona sur de Puerto Vallarta, donde hasta desvían carreteras federales.