Toda la mañana y parte de la tarde de este jueves 20 de diciembre ha sido un caos total al interior de las oficinas del SAT en Puerto Vallarta que se ubican en la avenida Francisco Villa, ya que funcionarios de la SHCP llegaron para avisarles a los trabajadores de confianza que debido a la reducción de plazas ya no van a poder laboral en la dependencia.
En la sala de juntas a las que citaron a los empleados, les informaron de esta situación, lo cual ha causado malestar entre los trabajadores, porque comentan que de plano ya mañana no podrán entrar a su fuente de trabajo.
Varios no quisieron firmar ni presentar su credencial de trabajo, toda vez que consideran injusta la medida.
Sin embargo, esto forma parte del presupuesto austero que pretende aplicar el gobierno federal a partir del próximo año, que es precisamente la reducción de plazas en algunas dependencias.
Otros empleados fueron notificados mediante oficio el día de ayer, el cual está firmado por José Ramón Vielva Hernández por ausencia del Administrador Central de Apoyo Jurídico de Recursos y Servicios.
Fuentes internas nos comentaron que la administradora Dahely Dessiree Carranza Viesca estuvo llorando parte de la mañana en su oficina y que después recibió a los funcionarios que llegaron de fuera para notificarle que estaba dada de baja.
Cabe recordar el pasado 26 de septiembre, dimos a conocer en este mismo espacio que Empleados de la Administración Desconcentrada de Recaudación (ADR) habían tronado contra la titular de esta dependencia, Dahely Dessiree Carranza Viesca, al señalarla como una funcionaria corrupta que cometía actos presuntamente ilícitos con su cargo público, al ser parcial con algunos contribuyentes a cambio presuntamente de jugosas cantidades de dinero.
También señalamos que los trabajadores de la ADR enviaron un escrito denuncia al SAT en la Ciudad de México –cuya copia mandaron a algunos medios de comunicación como la revista Proceso, VallartaUno y al periodista Carlos Loret de Mola--, donde indicaban que los negocios que realizaba la citada funcionaria eran del dominio público en todo el edificio, ya que “es parcial con algunos contribuyentes que, a cambio de ciertas cantidades, son beneficiados, realizando un quebranto grave al fisco”.
En el escrito, los empleados que siempre se mantuvieron de forma anónima por temor a represalias, señalaron que tan sólo habría que preguntarles a los abogados del área de ejecución cómo es que reciben instrucciones para realizar las diligencias del PAE (Procedimiento Administrativo de Ejecución), “manipulando las actuaciones en campo desde la oficina; esto, realizado por el subadministrador de ejecución, Francisco Samuel Peña Contreras, otro coludido con estas mismas actividades”.
Por igual, en el escrito anónimo se indicaba que a los actuarios de vigilancia y cumplimiento se les dan encargos a fin de que realicen actos de notificación, de los que los mismos contribuyentes son informados con antelación para después beneficiarse con lo que parecen ser “moches”.
Revelaron asimismo en dicha carta, que algunos de estos contribuyentes beneficiados por los “informes con antelación” –o sea que les advierten que van a ser notificados—son empresas ampliamente conocidas en Puerto Vallarta como Lans Vallarta, la Inmobiliaria San Pancho, una firma denominada “Servicios de Apoyo Administrativo” y hasta el periódico Vallarta Opina, entre otros.
A raíz de que salió esa información a la luz pública, la señora Dahely Dessiree comenzó una “cacería de brujas” al interior de las oficinas del SAT en Puerto Vallarta, se puso histérica y sumamente nerviosa y empezó a desconfiar de todos los trabajadores… hasta el día 31 de octubre pasado, en que citó a cuatro empleados que ella supuso fueron los que filtraron dicha carta denuncia a los medios de comunicación, y los dio de baja con el endeble argumento de “pérdida de confianza”.
La Administradora del SAT mantuvo un hostigamiento laboral durante 35 días –después de que apareció la nota periodística—contra varios empleados, negó el acceso a otros a las oficinas de hacienda y de acuerdo con trascendidos informativos, puso a una de sus incondicionales, de nombre Irene Bernal, quien funge o fungía como Supervisora de Actuarios, a ocultar evidencias de los créditos fiscales de aquellas personas morales a las que estaba ayudando con información privilegiada, a cambio de supuestos “moches” o favores, como Lans Vallarta, Inmobiliaria San Pancho y el diario “Vallarta Opina”.
En otras palabras, Dahely Dessiree Carranza comenzó a limpiar el cochinero que tiene al interior del SAT Puerto Vallarta, por cualquier investigación que se le venga encima ahora con el cambio de gobierno federal. De hecho, publicamos una fotografía donde se puede apreciar cómo esta mujer de nombre Irene Bernal está revisando la cuenta de los adeudos fiscales de la empresa denominada “Inmobiliaria San Pancho”, precisamente una de las que se señalaba en el escrito como favorecidas por la funcionaria.
Hoy, el karma le pegó a la Dahely Dessiree, pues con todo y que dijo ser influyente, fue despedida por los enviados del gobierno federal. Lo malo, es que la barredora al interior del SAT –al menos en el área de Auditoría—fue pareja, y rasuraron a todos, tanto a empleados honestos como aquellos que quizá tuvieron algo qué ver con las malas prácticas de la señora Carranza Viesca o algún otro acto de corrupción.