Y es que este señor no sólo se mareó en el ladrillo que está arriba de la silla presidencial de Talpa de Allende, sino que confundió el poder que le confirió el pueblo talpense con un “poder absoluto” y plenipotenciario para gobernar como un cacique, ignorar a sus regidores y pisotear las leyes y reglamentos de la administración pública de Jalisco.
Como mal priista, comenzó por traicionar a la ex alcaldesa Violeta Becerra –quien le dio todo su apoyo para convertirse en presidente municipal—y al llegar al Ayuntamiento despidió a todos aquellos identificados con la ex primer edil.
Después, engreído por las mieles del poder, utilizó la aplanadora priista para imponer leyes de ingresos y egresos del municipio. No permitió que los cuatro ediles de oposición analizaran los puntos de acuerdo presentados y aplastó cualquier dejo de democracia en ese municipio de la sierra occidental.
Al sentirse arriba del caballo y como Rey de rancho, Martín Guzmán Peña pronto le entró, y duro, a las fiestas y a la pachanga. No hay semana que no se ponga como placa de tráiler… haaaasta atrás… y que maneje vehículos oficiales, al grado que en días pasados se fue a un barranco con todo y esposa luego de emborracharse en un festejo en el rancho el Veladero.
Pero la última que se acaba de aventar El oso no tiene parangón con lo que haya hecho algún otro presidente municipal de Talpa, ya que apenas en estos días dejó colgado al Cabildo entero y sin dejar una carta en la Secretaría General o dar vista al cuerpo edilicio, se fue de vacaciones a Cuba, donde se encuentra en estos momentos, dándole vuelo a la hilacha.
No le importó a Martín Guzmán dejar acéfala la presidencia municipal, él quiere parecerse al protagonista de la película “La Ley de Herodes” (o te chingas o te jodes) y si los regidores se descuidan, va a regresar de Cuba con un bronceado a la Luis Miguel y va a querer modificar la constitución política de Jalisco para hacer valer eso de los poderes plenipotenciarios… con un… ciertamente… O te chingas o te jodes.
De lo que uno se entera… Talpa no merece esto.
Y usted… ¿qué opina?