Por Julia Baumgarten
El 10 de enero del 2012 a la 9:00 de la mañana, Andrés Gómez González, un hombre maduro, casado, con hijos, atravesaba la avenida Francisco Medina Ascencio rumbo al Pitillal a comprar el bolillo para las tortas, actividad a la que se dedicaba para sostener a su familia. De pronto apareció María Tranquilina Aguilar Estrada de 40 años a exceso de velocidad en un auto compacto de modelo antiguo, un malibú sedan, color arena con placas JGE-2148, a la altura del sanatorio San Javier, no pudo frenar y le pegó a Andrés de frente, su cuerpo pegó de lleno en el cofre y su cabeza se estrelló en el parabrisas, con el impacto voló a más de 20 metros de distancia hasta chocar con el pavimento.
El tráfico se paralizó, llegó tránsito y la policía, María Tranquilina se asustó y se comprometió a cubrir todos los gastos por la gravedad del acto imprudencial. Y como enfrente se encuentra el sanatorio San Javier, los paramédicos salieron a auxiliar. La imprudente mujer, acorralada, solicitó que el accidentado fuera llevado a urgencias de ese nosocomio particular, pero la administración le informó que solo aceptarían al paciente con una tarjeta de crédito. María Tranquilina dio una tarjeta de crédito para que el señor Andrés fuera ingresado a ese hospital mientras tránsito aseguraba el auto, los documentos y a la fémina responsable del accidente...
Andrés fue ingresado a urgencias del San Javier y avisaron a su familia, pero a los 15 minutos, cuando la esposa María de Jesús Ramírez Mendiola ya estaba presente, salió un médico para avisar que la tarjeta de crédito que había dejado Tranquilina sólo tenía $20,000 mil pesos y ya se habían acabado, que necesitaban otra tarjeta con fondos para poder intervenir al señor que estaba inconsciente.
Solicitaban $80 mil pesos para seguirlo atendiendo; pero no informaron de su estado de salud, los del hospital San Javier solo preguntaban por dinero, nunca dieron un parte médico. Sin embargo se gastaron los 20 mil pesos y exigían que depositaran otros 80 mil.
MAL TRATO EN EL HOSPITAL SAN JAVIER
Y como ya no estaba la culpable y la familia no contaba con esa cantidad, razón por la cual, el doctor les informó que le habían aplicado un sedante, que estaba inconsciente, ya que el golpe había sido muy fuerte en la cabeza, pero en el cuerpo solo tenía raspaduras y escoriaciones, pero que los servicios del hospital eran muy caros y ellos no tenían ese nivel, por lo tanto les avisó que Andrés sería trasladado al Hospital Regional.
La falta de sensibilidad humana del hospital San Javier, la poca atención que recibió por los 20 mil pesos y el traslado, ocasionaron mayor daño en Andrés, que luego de varios días inconsciente murió.
La culpable fue trasladada a los separos del Ministerio público, el hijo del atropellado se trasladó a la cárcel municipal para hablar con María Tranquilina sobre los gastos del hospital. El San Javier insistía en el dinero, mientras el atropellado seguía inconsciente y sin atención médica. La esposa solicitaba tiempo a los doctores para que su hijo regresara con el dinero de parte de la culpable, pero Tranquilina se negó a pagar. Los doctores al ver que la familia no tendría los 80 mil pesos que requerían, los pasó a la oficina del director, en donde le informaron que “no calificaban” para recibir atención médica de urgencia en el San Javier, que lo que necesitaban era un hospital de asistencia social y por eso trasladarían a Andrés al Regional.
María de Jesús Ramírez Mendiola, esposa del atropellado Andrés Gómez, les pidió que no lo movieran, ya que si le pasaba algo a su esposo sería responsabilidad del Sanatorio. El director les dijo que no era su responsabilidad, como no tenían dinero, la responsabilidad de lo que le pasara, sería de ellos, mientras, nada sabía de su esposo, nada le informaron de la salud y en qué condiciones se encontraba.
ENFERMERAS NEFASTAS
Luego llegó una enfermera con un papel y le pidió que lo firmara para el traslado al Regional, la esposa se negó a firmar dicho papel y la otra a grito tendido dijo a los presentes; “¡señores ustedes son testigos de que la señora no quiso firmar!” y acto seguido, la enfermera firmó por la esposa, otra le arrojó las pertenencias de su marido en los pies – “me temblaban las piernas de impotencia” --cuenta María de Jesús- “me temblaba todo de coraje, de dolor por no tener el dinero para salvar a mi esposo y aventarles el dinero a los pies, igual que ellos, nos trataron muy mal”.
Sacaron a mi esposo sin mi consentimiento del San Javier y lo llevaron al Hospital Regional, nos cuenta María de Jesús: “Me fui en un taxi y encontré a mi esposo inconsciente, estuvo un día y al otro día nos mandaron a Guadalajara al hospital civil, un lugar horrible, triste, se me cayó el alma de ver tanta miseria, enfermos en todos lados, los pasillos llenos, los olores terribles, gritos, quemados, junto a los de cáncer, acuchillados juntos con los de diálisis, me volví loca; todavía estoy recibiendo asistencia psicológica tres años después”.
“Mi esposo estuvo 14 días inconsciente a los días recobró la consciencia poquito, abrió los ojos, pero el cuerpo no lo movía, solo movió un dedo, todo conectado a una máquina, a los 14 días murió sin decirme nada”, agrega.
En el inter, el hijo procedió con la demanda en contra de María Tranquilina Aguilar Estrada por la reparación del daño que los abogados tipificaron como “caso no grave”.
EL DUELO SIGUE
Pasó un año, el duelo lo vivió la familia en condiciones terribles, no solo mataron a su esposo, sino que gastaron lo que no tenían, se quedaron sin el sustento moral y económico. María de Jesús perdió a su compañero y la tristeza invadió sus vidas; cuando los citan en una oficina de abogados, para un careo – “yo no conocía a la señora que ocasionó el accidente”- dijo la esposa queriendo hacer un trato con la familia, ya que la mujer se declaró insolvente.
“Cuando escuche eso de la señora- nos cuenta - sentí tanto coraje que me cegué y sentí ganas de hacerle daño, me tranquilicé, respiré profundo y pensé: la señora dice que no tiene dinero pero tiene trabajo. A mí me dejó sin mi esposo que me mantenía, sin dinero porque tuvimos que empeñar todo lo de valor que teníamos y con una profunda tristeza… ¿con qué se paga esto?
¿Qué pide? –Le dijeron los abogados—
-- Yo solo quiero que me repare el daño conforme a la ley, porque una vida no tiene precio. La mujer se negó rotundamente; pero la tipificación que habían hecho antes, no era de un “caso no grave”, al contrario, uno de los abogados le entregó una carpeta al Licenciado Miguel Ángel Zárate, representante de la culpable y claramente decía que “era un delito grave” y los abogados se confundieron y se hicieron bolas, el Ministerio Público ya nos había dicho que María Tranquilina era culpable, “mató a su esposo” --me dijo-- “y tiene que pagar, no se preocupe señora, es por ley que tiene que responder con cárcel y tendrá que pagar el daño. Por ley le corresponden $ 215 mil pesos más los gastos médicos”.
María Tranquilina Aguilar ha tomado una actitud de irresponsabilidad y ha preferido ampararse que reparar el daño, para eso si ha tenido dinero, ella depositó una fianza en una aseguradora para garantizar la reparación del daño y cada año tiene que renovarla. Ya pasaron tres años y no hay reparación del daño.
TASAN UNA VIDA EN 50 MIL PESOS
“Hace unos meses la señora me hablo para decirme que si aceptaba 50 mil pesos –comenta la hoy viuda-- y abonos de mil pesos, me sentí tan ofendida que no acepté la propuesta, ni hablar con ella nunca más. Los abogados que nos llevan el caso son los abogados Diego y Jaime Ayala Peña, nos cobraron $20 mil pesos con abonos de $ 5 mil mensuales, empeñé todo lo que tenía de valor para poder pagar, pero no alcanzó a cubrir la cantidad, nos quedamos sin abogados”.
“Al ver que el caso se alargaba, sin embargo uno de ellos, Diego Ayala retomo nuestro asunto. Pero como maldición, a mi hijo lo corrieron de su trabajo de forma injustificada, ya no tenemos que empeñar, yo no sé hacer mucho, entonces me puse a vender gelatinas, pero con este calor las gelatinas se deshacen pronto, estamos en la quiebra y la señora anda tranquila en la calle”, ahora sí que Tranquilina anda tranquila pese a lo que hizo.
La reportera buscó a la mujer para conocer su versión, pero no la encontramos por ningún lado.
El 03 de marzo de este año 2014 la mujer María Tranquilina Aguilar fue sentenciada a cárcel, sin embargo el abogado Miguel Ángel Zárate apeló la sentencia y amparó a la señora.
Hablamos con el abogado Diego Ayala y nos explicó: El expediente es el 309/ 12-C juzgado segundo penal y, efectivamente la mujer está amparada y apelaron la sentencia, que no saben cuánto puede durar este recurso, puede ser un día o un año, depende del veredicto del magistrado de Guadalajara en donde está el asunto, pero no ha llegado el resolutivo. Creemos que el veredicto vendrá favorable para la familia afectada ya que el peritaje en la reconstrucción de los hechos fue a favor de Andrés Gómez, aseguró el abogado defensor.