Como se sabe, la calle Francisca Rodríguez baja desde la calle Camichín, en Alta Vista y desemboca en el muelle de Los Muertos, pero antes cruza con las calles Naranjo, Jacarandas, Aguacate, Insurgentes, Constitución, Ignacio L. Vallarta, Pino Suárez y finalmente Olas Altas, para llegar al muelle de Los Muertos.
Pues bien, el punto es que estos empresarios, aprovechando el vacío de autoridad que prevalece en el Ayuntamiento de Puerto Vallarta –en donde los funcionarios que se van ya no les importa nada y los que llegan todavía no pueden tomar decisiones--, decidieron por mutuo propio adueñarse de un tramo de esta calle en su confluencia con Ignacio L. Vallarta, ya que ahí la vialidad continúa, es un paso público peatonal con escaleras que conducen metros arriba primero, y abajo posteriormente, a la misma arteria y que es usada por cientos de personas, residentes extranjeros y turistas nacionales y de otros países.
Muy listos, pero violando todo tipo de leyes, los inversionistas que representa el ingeniero Jorge Armando Rodríguez Gil (perito número 565), amparados en una licencia de construcción que les otorgó el gobierno municipal este año y que es la número 0535 y con el dictamen 067/00/AU-RN2/RG-0266/14, se aprovecharon de que la calle Francisca Rodríguez se “corta”, entre comillas, en su cruce con Ignacio L. Vallarta, para apropiarse ilegalmente y en perjuicio de cientos de vecinos que habitan alrededor, de esta importante vía pública.
Los vecinos reportaron a VALLARTA UNO que las rejas fueron colocadas la madrugada del viernes pasado, justo unas horas después de que el alcalde electo, Arturo Dávalos Peña, anunciara la conformación de su gabinete de funcionarios que lo van a acompañar en la administración 2015-2018.
El malestar no se ha hecho esperar, algunos vecinos quitaron las rejas, pero horas después las volvieron a colocar, pero esta vez ya con guardias de seguridad privada que traen perros pastor alemán que al menor acercamiento se lanzan contra las personas que, sin saber algunas, intentan cruzar por este camino habitual.
Este domingo a las 18:00 horas, algunos vecinos se reunieron para tomar una decisión ante semejante atropello. A la junta acudió un inspector de Reglamentos y una patrulla municipal, pero dijeron que ellos no eran autoridad competente, pero que avisaron a Desarrollo Urbano y a Ecología (ya que están derribando árboles de la misma vía pública) y prometieron que este lunes 28 de septiembre acudirían funcionarios para ver quién ordenó que se obstruyera la calle Francisca Rodríguez.
La más afectada es la señora Eva Reynoso, quien tiene departamentos justo subiendo por Ignacio L. Vallarta y ya no puede acceder a su propiedad, ni mucho menos sus inquilinos.
Una extranjera que tiene una agencia de bienes raíces, muy molesta dijo que enviaría esta información a un periódico canadiense, ya que si ahora venden calles, al rato van a vender hasta la Iglesia de Guadalupe, comentó.
Lo importante es que se investigue –señalan los vecinos—quién o quiénes desde el Ayuntamiento están siendo cómplices de estos empresarios como para permitirles cerrar un acceso público, de adueñarse de un área que es de todos los vallartenses.