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Domingo, 24 Mayo 2020 12:05

En más de un año, Fiscalía no ha podido esclarecer dos crímenes similares al asesinato del niño estudiante y su papá Destacado

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Por Jorge Olmos Contreras

El sábado seis de abril del año pasado, al interior de una vivienda de la colonia Independencia, ocurrió un doble asesinato perpetrado por uno o más sujetos que sorprendieron a los moradores de la casa para presuntamente robarlos. Por la mañana, un familiar encontró a su madre y a su hermano muertos, los habían matado con armas punzo cortantes y objetos contundentes.

Doce días después, el jueves 18 de abril otro crimen con características similares sucedió en otra casa de Puerto Vallarta, ésta ubicada en la colonia Lázaro Cárdenas, donde el mismo modus operandi de él o los asesinos fue registrado por policías investigadores de la Fiscalía Regional de Justicia, toda vez que por la tarde alguien se metió a la finca para supuestamente robar, pero terminaron por asesinar a una señora que se dedicaba a la venta de tiempos compartidos; a su hijo, un joven, también le dispararon, aunque después se recuperó de sus lesiones, no así su mamá que murió en su recámara.

LOS CUEVAS GARCÍA

En el primero de los casos, fue Antonia García y su hijo Benjamín Cuevas García las personas que encontraron muertas en su casa de la Independencia. Adentro, en la recámara, había un desorden y en el piso estaba la señora ya sin vida, le habían pegado con un banco de madera en la cabeza para privarla de la vida, mientras que, al joven, lo degollaron con arma blanca, un cuchillo.

Benjamín era un muchacho trabajador, fungía como chef en el hotel Secret Vallarta y ese sábado llegó muy temprano a su casa y ahí lo habrían sorprendido uno o dos individuos con los que habría forcejeado hasta que lo mataron. El o los asesinos tomaron las llaves del carro de Benjamín y se fueron con rumbo desconocido.

A Benjamín lo juzgaron algunos medios policiacos, incluso hubo policías municipales que comentaron irresponsablemente que el muchacho había matado a su madre y que después se suicidó, versión que fue desmentida por un familiar del joven.

MUERTE AL ATARDECER

En el segundo caso, fueron dos sujetos los que llegaron la tarde del jueves 18 de abril 2019 a bordo de una camioneta con logotipos de la empresa Star TV y de inmediato se metieron a la casa de la Lázaro Cárdenas (muy cerca de la estación de bomberos). Una vez en el interior, se fueron directo contra la señora Laura Maribel Ornelas de 45 años, a quien le dispararon a quemarropa; ella quedó tirada en medio de un charco de sangre, mientras que su hijo, Jonathan Edgar Ramírez de 20 años, resultó gravemente herido.

Por fortuna, los paramédicos llegaron rápido y al ver que el joven aún respiraba, lo llevaron al hospital CMQ Premier y ahí pudo recuperarse, se salvó de milagro.

En estos dos crímenes, podrían ser dos o más sujetos los que están cometiendo este tipo de asesinatos; quizás sean personas enfermas que actúan motivados por algún trauma psicológico, un rencor social o familiar o alguna fijación, ya que, en los dos casos, no se robaron cosa de valor, el móvil podría ser otro.

LOS INCOMPETENTES

Bajo este escenario, la Fiscalía Regional de Justicia y su Agente del Ministerio público “especial para detenidos” y “delitos de alto impacto”, Víctor Hugo Jiménez Orozco, no han avanzado casi nada en las investigaciones y él o los asesinos están libres, no han podido ser detenidos.

Lo anterior, pese a que en el caso de la señora Laura Maribel Ornelas y su hijo Jonathan, la Fiscalía de Justicia –al parecer—ya tiene plenamente identificados a dos masculinos que escaparon en una camioneta Nissan Frontier de color blanco con logos de la empresa Star TV, automotor que abandonaron después en la calle Puerto Guaymas de la colonia Ramblases.

Se sabe que él o los asesinos de este caso huyeron, se fueron de Puerto Vallarta.

Sin embargo, del crimen de la casa de la colonia Independencia, donde murieron madre e hijo, nada se sabe, ni tampoco hay información que indique que puede haber un vínculo entre un hecho y otro.

El Ministerio Público Víctor Hugo Jiménez y los agentes bajo sus órdenes, se han visto lentos, incompetentes, torpes en las indagatorias, no han dado resultados. El fiscal general, Gerardo Octavio Solís Gómez, tampoco ha reaccionado para exigir a sus subordinados que atiendan la demanda de justicia que gritan una y otra vez los familiares de las víctimas y la sociedad toda.

Se han visto tan indolentes estos funcionarios, que un año y 39 días después de ocurridos estos salvajes crímenes, el pasado miércoles 20 de mayo de este año 2020, se suscitó otro hecho con características similares, donde uno o dos presuntos ladrones brincaron la barda de una casa de la calle Salvador Díaz Mirón número 515 de la colonia Magisterio, justo frente donde está el salón de fiesta “La Querencia” para cometer un bestial doble asesinato.

EN MEDIO DE LA NOCHE

Los hechos habrían sucedido más o menos así:

El reloj marcaba poco después de las 4:00 de la mañana, todo estaba en calma, todo era silencio, solo se escuchaba el murmullo del aire fresco de la noche y el cantar de los grillos; pero de pronto se habrían escuchado ruidos en la parte baja de la casa. Felipe, el dueño de la vivienda, fue a ver qué sucedía, y ahí habría sorprendido a un intruso, flaco y moreno él, quien no le habría dado tiempo de nada, lo atacó de inmediato, se le abalanzó con un cuchillo, le picó una, dos, tres veces y más. Al escuchar ruidos, el hijo de Felipe, Ricardo (apenas un niño adolescente de 14 años que era un buen estudiante de secundaria), bajó a la cocina y ahí fue atacado por un hombre que le ganaba en peso y corpulencia y además estaba armado.

Sin el menor sentimiento, el atacante dejó tirados en el piso y ya sin vida, a padre e hijo.

No conforme con esto, el asesino se habría dirigido a la recámara que está en el segundo nivel de la vivienda y ahí arremetió contra la señora Lourdes –mamá y esposa de Felipe—a quien dejó mal herida.

La señora Lourdes, como pudo, pero ya como a las 05:22 de la mañana, llamó al 911 para pedir ayuda, y cuando llegaron policías y paramédicos, ella alcanzó a decir que el sujeto que se metió a su casa con la intención de robar y que los había atacado, era delgado y moreno, que ya se había ido, pero que atendieran a su hijo y a su esposo.

CINCO DÍAS Y… POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS

El delincuente estuvo casi una hora dentro de la vivienda, se dio tiempo para supuestamente arrancar las cámaras de vigilancia que Felipe tenía en su residencia, y para saciar su mente criminal, buscó las llaves de la casa, el control remoto que abre el portón y se lo llevó consigo, no sin antes dejar encerradas a sus víctimas.

Ya pasaron cinco días de este terrible crimen y la Fiscalía Regional de Justicia con su flamante Agente dedicado a los “delitos de alto impacto” no ha avanzado un ápice, un milímetro, ¡nada! en las investigaciones.

Son tres hechos violentos con cierta similitud y no hay uno solo detenido.

Si él o los asesinos son los mismos que participaron en los tres casos, la sociedad podría estar ante una serie de eventos criminales que pueden volver a ocurrir, por lo que el reloj sigue su marcha y el tiempo comienza a pesarle a la Fiscalía Regional.

Ante más pronto resuelvan estos casos, mejor, los vallartenses podrán dormir tranquilos; pero mientras no y a sabiendas de que allá afuera está uno o más sujetos decididos a matar y a destrozar a familias enteras, nadie puede estar en paz.

En medio de las amarguras, debemos recordar la verdad de aquellas palabras del poeta inglés John Donne en “No Man Is an Island” (ningún hombre es una isla) que Ernest Hemingway puso al comienzo de su novela de la guerra civil española:

“No envíes, pues, a preguntar por quién dobla la campana: dobla por ti”.

(Nota: Las fotografías están sobrepuestas entre el fondo de la casa de la colonia Magisterio y el sepelio de dos queridos vallartenses, Felipe y Ricardo)

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