Desde Juan Manuel Moreno García (a) “El Patas”, pasando por José Luis Flores Andrade (a) “Peladas”, Víctor Francisco Cuevas, (a) “Pancho Rodríguez” hasta el ladrón profesional llamado Gerardo Primitivo García Reynaga, el ejido Valle de Banderas ha sido un botín de unos cuantos, una auténtica mina de oro que ha sido saqueada en detrimento del patrimonio ejidal y en perjuicio de la mayoría de los ejidatarios, que son pobres y quienes han visto cómo sus principales dirigentes se han hecho ricos en poco tiempo.
A los anteriores, súmele usted a otro vividor de marca, al sedicente abogado Mario Escamilla Torres –asesor jurídico “vitalicio” del núcleo ejidal—quien, junto con su esposa, se han hecho presuntamente de millones de pesos que han exprimido al ejido Valle de Banderas.
Ahora que se construye en tierras ejidales el puente Amado Nervo que unirá a Puerto Vallarta con Bahía de Banderas a través de la avenida Federación, algunos de estos caciques ya se afilan las uñas, mientras que otros ejidatarios ya habrían recibido varios millones de pesos por concepto de “indemnización” de parte del gobierno del Estado, sin que el dinero se haya repartido entre todos los ejidatarios como establece la ley agraria.
DESMEMORIADOS
Pero vamos por partes, ya que, a casi 100 años de formarse el Ejido de Valle de Banderas, el presidente del Comisariado y Ejidatarios, exigen le paguen sus tierras al grito de “Respeto, Memoria y Justicia”.
Se les olvida a estos dirigentes ejidales que del 2005 al 2011 el ejido estuvo dividido, lo que devino en la creación de dos mesas directivas y la invalidez de los actos o contratos celebrados en ese periodo. De hecho, en el 2011 el gobierno de Nayarit entregó el dinero correspondiente a los ejidatarios por la ocupación de las tierras donde pasa la avenida Federaciones y se construye, por utilidad pública, el puente Amado Nervo.
A saber, les habrían pagado a los ejidatarios Juan Chaves, Socorro Martínez, Cruz Robledo, Gustavo Moreno, entre otros, en clara violación a la Ley Agraria, ya que en su artículo 77 se establece que “en ningún caso la asamblea ni el comisariado ejidal podrán usar, disponer o determinar la explotación colectiva de las tierras parceladas del ejido sin el previo consentimiento por escrito de sus titulares”
En tanto, el artículo 93 indica que “los bienes ejidales podrán ser expropiados por causas de utilidad pública, por la construcción de puentes, carreteras y demás obras que faciliten el transporte, sus pasos de acceso, etc.”
En consecuencia, el ejido está obligado a dar cumplimiento al gobierno para la construcción de dicho puente, que, insistimos, es de utilidad pública.
También se les olvida a estos desmemoriados dirigentes, que después del asesinato de Guadalupe Flores, autorizaron la cesión “vitalicia” de 5.4 hectáreas para la construcción de Conjunto Administrativo Bahía de Banderas, (la famosa Presidencia de cartón); contrato que además firmaron con carácter “de irrevocable”, pero que el mismo ejido no respetó.
DESPOJO DE TIERRAS
Así las cosas, el enriquecimiento inexplicable de quienes han sido integrantes del comisariado ejidal salta a la vista de cualquiera que investigue a estos personajes.
Solo por mencionar algunos, en primera fila está Juan Manuel Moreno García “El Patas”, quien antes de ser tesorero del comisariado en el periodo 2015-2018 era tan pobre que hasta le debía a tiendas departamentales como Coppel y Elektra; no tenía para comer, pero al término de su administración apareció como dueño de una ferretería y una bloquera en Baja California Sur.
Este personaje alias “El Patas”, actualmente es suplente del presidente del comisariado ejidal, Pánfilo Encarnación, alias “El Negro Pavón”, a quien espera con ansias siniestras –eso comentan ejidatarios—que muera para tomar la presidencia y seguir saqueando las arcas del núcleo ejidal.
Otro al que le encanta la conducta criminal, es José Luis Flores Andrade, alias “Peladas”, quien tiene como antecedente visible haber falsificado el acta de asamblea para registrarse como ejidatario, en presunta complicidad con el Registro Agrario Nacional (RAM) delegación Nayarit, con lo que engañó o timó a los ejidatarios, quienes no hicieron nada por impedir su llegada espuria.
Con el poder que él mismo tomó en el ejido, pues del 2018 al 2021 fungió como presidente del comisariado ejidal, Flores Andrade habría utilizado dos millones de pesos para atenderse de Covid-19 en el hospital CMQ Premiere de Bucerías, dinero que nunca regresó al ejido y que tendría que haberse repartido entre los ejidatarios.
En contraste, a los legítimos ejidatarios se les apoya con tres mil pesos por año para que se atiendan por enfermedades, motivo por el que muchos murieron durante la pandemia de Covid-19.
DE DEUDOR A PRESTAMISTA
Ha sido tan obvio y descarado el enriquecimiento de estos sujetos, que el señor José Luis Flores pasó de ser un deudor consuetudinario de instituciones financieras como Coppel y Elektra, a ser prestamista al término de su administración, además de adquirir dos autos del año.
Otro que no se queda atrás, es Víctor Francisco Cuevas, mejor conocido como “Pancho Rodríguez”, el mismísimo que comía de mano ajena y que le debía a muchos de sus conocidos.
Para que se dé usted una idea de cómo estas personas se hicieron ricos de la noche a la mañana, “Pancho Rodríguez”, solo tenía una bicicleta como patrimonio, pero al final de su administración, ya era todo un terrateniente, pues es dueño de terrenos, casas, cinco carros, incluyendo dos del año y un rancho en las tierras de su tía.
El caso de su la tía de “Pancho Rodríguez”, merece comentario aparte, ya que esta señora le tenía pavor a Víctor Francisco, quien la habría hecho firmar el allanamiento en juicio por nulidad de actos o contratos, engañándole, diciéndole que su nombre tenía un error de ortografía, y tenía que firmar, lo cual logró mientras la tía se encontraba postrada, en mal estado de salud, muy deteriorada.
Tal allanamiento figura en la demanda 252/2018, que Víctor Francisco Cuevas presentó ante el Tribunal Unitario Agrario (TUA) en Tepic, para quedarse con las tierras de la tía incluyendo el derecho agrario, llevándola incluso ante el TUA en una audiencia itinerante en Bahía de Banderas antes que ella falleciera, todo en complicidad de la presidenta de la entonces comisariado ejidal, Esther García.
EL REY DE LOS CACIQUES
Pero si los anteriores son vivales, el que sigue es el rey de todos los caciques, y se llama Gerardo Primitivo García Reynaga. Este señor, dicen con sarcasmo en Valle “debía hasta el aire que respira”, pero al terminar su periodo como secretario del comisariado en la administración 2021-2024, como por arte de magia, aparecieron como de su propiedad más de cinco vehículos, entre estos algunos de alta gama, chivos, borregos y ganado de engorda.
No solo eso, sino también es propietario de caballos de estima, bienes inmuebles, entre otras cosas. El dinero que habría obtenido de manera ilegal le hizo tanto daño, que hasta dejó a su esposa e hijos, para disfrutar las delicias de la vida alegre.
Pues bien, todos han tenido el cobijo del sedicente abogado Mario Escamilla Torres, el asesor jurídico del ejido, quien ya se acostumbró a no resolver los asuntos importantes del ejido, sino que al parecer litiga con tráfico de influencias, sugiriendo a los ejidatarios que contraten a la licenciada Maribel Robledo (su esposa) para que sea su contraparte y así ponerse de acuerdo y ganar, ganar, de cualquier forma.
Esto significa para los verdaderos ejidatarios perder, perder, pues se trata de negociaciones y litigios que a la larga solo les van a rebotar a los mismos ejidatarios.
LOS DUEÑOS DE “LOS AMORES” DE BUCERÍAS
Como señalamos, son tan obvios y descarados que, esta pareja de abogados que están enquistados en el ejido Valle de Banderas, poseen un condominio en “Los Amores” de Bucerías, una casa en el fraccionamiento Altavela; locales comerciales sobre la carretera a un costado del motel “Vela Amour” de San Clemente de Lima; una camioneta de lujo, entre otros bienes.
Ahora, estos personajes –los nuevos ricos que exprimieron al ejido—piden “respeto y justicia” cuando ni han respetado a sus compañeros, ni les han procurado justicia.
Bajo este escenario, es claro que hoy lloran y piden “respeto y justicia” porque pretenden quedarse con el dinero (de por sí ya extraviado) de la indemnización del puente Amado Nervo.
Tenemos, por ejemplo, al actual presidente del comisariado, Pánfilo Encarnación, ejidatario por sucesor de los derechos agrarios de su padre (Mariano Encarnación Ruiz, alias El Prieto Chendengue), quien vendió parte de sus tierras al señor Chano Sedano.
Pánfilo, una vez reconocido como ejidatario, desconoció el trato que hizo su extinto padre, intentando recoger la tierra a través de una demanda que ya ganó en el Tribunal.
PIDEN RESPETO CUANDO NO LO TIENEN
Por ello, son decenas los ejidatarios que gritan y señalan que “cómo tenerle respeto a la asamblea de ejidatarios que violenta la ley, dejando sin sus derechos correspondiente a los ejidatarios, a personas de más de 70 años de edad, imponiéndose a capricho desde hace más de siete años castigos que no se contemplan en la ley agraria; negándose todo tipo de ayuda y sus recurso económicos correspondientes, con un monto aproximado acumulado de medio millón de pesos a cada uno, robándose y entregándolo a los demás ejidatarios, dinero que les corresponde solo a los ejidatarios que se encuentran ilegalmente castigados, privados de sus derechos y su dinero.
¿Dónde está el respeto que ellos piden, como se le puede dar justicia al que no garantiza la más mínima, como respetar al que violenta la libertad de expresión, como hacerle justicia al que intenta dañar tu integridad física?”.
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Este sábado 16 de agosto en que el ejido Valle de Banderas va a celebrar su fiesta de aniversario, es oportuno recordar y señalar cómo un puñado de caciques, vividores y ladrones se han enriquecido a costa de los demás ejidatarios y cómo ya afilan las uñas para quedarse con el dinero de la expropiación de tierras en las que se construye el puente Amado Nervo, tan cacareado por la presidencia de la República y el gobierno del Estado.
Desde Juan Manuel Moreno García (a) “El Patas”, pasando por José Luis Flores Andrade (a) “Peladas”, Víctor Francisco Cuevas, (a) “Pancho Rodríguez” hasta el ladrón profesional llamado Gerardo Primitivo García Reynaga, el ejido Valle de Banderas ha sido un botín de unos cuantos, una auténtica mina de oro que ha sido saqueada en detrimento del patrimonio ejidal y en perjuicio de la mayoría de los ejidatarios, que son pobres y quienes han visto cómo sus principales dirigentes se han hecho ricos en poco tiempo.
A los anteriores, súmele usted a otro vividor de marca, al sedicente abogado Mario Escamilla Torres –asesor jurídico “vitalicio” del núcleo ejidal—quien, junto con su esposa, se han hecho presuntamente de millones de pesos que han exprimido al ejido Valle de Banderas.
Ahora que se construye en tierras ejidales el puente Amado Nervo que unirá a Puerto Vallarta con Bahía de Banderas a través de la avenida Federación, algunos de estos caiques ya se afilan las uñas, mientras que otros ejidatarios ya habrían recibido varios millones de pesos por concepto de “indemnización” de parte del gobierno del Estado, sin que el dinero se haya repartido entre todos los ejidatarios como establece la ley agraria.
DESMEMORIADOS
Pero vamos por partes, ya que, a casi 100 años de formarse el Ejido de Valle de Banderas, el presidente del Comisariado y Ejidatarios, exigen le paguen sus tierras al grito de “Respeto, Memoria y Justicia”.
Se les olvida a estos dirigentes ejidales que del 2005 al 2011 el ejido estuvo dividido, lo que devino en la creación de dos mesas directivas y la invalidez de los actos o contratos celebrados en ese periodo. De hecho, en el 2011 el gobierno de Nayarit entregó el dinero correspondiente a los ejidatarios por la ocupación de las tierras donde pasa la avenida Federaciones y se construye, por utilidad pública, el puente Amado Nervo.
A saber, les habrían pagado a los ejidatarios Juan Chaves, Socorro Martínez, Cruz Robledo, Gustavo Moreno, entre otros, en clara violación a la Ley Agraria, ya que en su artículo 77 se establece que “en ningún caso la asamblea ni el comisariado ejidal podrán usar, disponer o determinar la explotación colectiva de las tierras parceladas del ejido sin el previo consentimiento por escrito de sus titulares”
En tanto, el articulo 93 indica que “los bienes ejidales podrán ser expropiados por causas de utilidad pública, por la construcción de puentes, carreteras y demás obras que faciliten el transporte, sus pasos de acceso, etc.”
En consecuencia, el ejido está obligado a dar cumplimiento al gobierno para la construcción de dicho puente, que, insistimos, es de utilidad pública.
También se les olvida a estos desmemoriados dirigentes, que después del asesinato de Guadalupe Flores, autorizaron la cesión “vitalicia” de 5.4 hectáreas para la construcción de Conjunto Administrativo Bahía de Banderas, (la famosa Presidencia de cartón); contrato que además firmaron con carácter “de irrevocable”, pero que el mismo ejido no respetó.
DESPOJO DE TIERRAS
Así las cosas, el enriquecimiento inexplicable de quienes han sido integrantes del comisariado ejidal salta a la vista de cualquiera que investigue a estos personajes.
Solo por mencionar algunos, en primera fila está Juan Manuel Moreno García “El Patas”, quien antes de ser tesorero del comisariado en el periodo 2015-2018 era tan pobre que hasta le debía a tiendas departamentales como Coppel y Elektra; no tenía para comer, pero al término de su administración apareció como dueño de una ferretería y una blockera en Baja California Sur.
Este personaje alias “El Patas”, actualmente es suplente del presidente del comisariado ejidal, Pánfilo Encarnación, alias “El Negro Pavón”, a quien espera con ansias siniestras –eso comentan ejidatarios—que muera para tomar la presidencia y seguir saqueando las arcas del núcleo ejidal.
Otro al que le encanta la conducta criminal, es José Luis Flores Andrade, alias “Peladas”, quien tiene como antecedente visible haber falsificado el acta de asamblea para registrarse como ejidatario, en presunta complicidad con el Registro Agrario Nacional (RAM) delegación Nayarit, con lo que engañó o timó a los ejidatarios, quienes no hicieron nada por impedir su llegada espuria.
Con el poder que él mismo tomó en el ejido, pues del 2018 al 2021 fungió como presidente del comisariado ejidal, Flores Andrade habría utilizado dos millones de pesos para atenderse de Covid-19 en el hospital CMQ Premier de Bucerías, dinero que nunca regresó al ejido y que tendría que haberse repartido entre los ejidatarios.
En contraste, a los legítimos ejidatarios se les apoya con tres mil pesos por año para que se atiendan por enfermedades, motivo por el que muchos murieron durante la pandemia de Covid-19.
DE DEUDOR A PRESTAMISTA
Ha sido tan obvio y descarado el enriquecimiento de estos sujetos, que el señor José Luis Flores pasó de ser un deudor consuetudinario de instituciones financieras como Coppel y Elektra, a ser prestamista al término de su administración, además de adquirir dos autos del año.
Otro que no se queda atrás, es Víctor Francisco Cuevas, mejor conocido como “Pancho Rodríguez”, el mismísimo que comía de mano ajena y que le debía a muchos de sus conocidos.
Para que se dé usted una idea de cómo estas personas se hicieron ricos de la noche a la mañana, “Pancho Rodríguez”, solo tenía una bicicleta como patrimonio, pero al final de su administración, ya era todo un terrateniente, pues es dueño de terrenos, casas, cinco carros, incluyendo dos del año y un rancho en las tierras de su tía.
El caso de su la tía de “Pancho Rodríguez”, merece comentario aparte, ya que esta señora le tenía pavor a Víctor Francisco, quien la habría hecho firmar el allanamiento en juicio por nulidad de actos o contratos, engañándola, diciéndole que su nombre tenía un error de ortografía, y tenía que firmar, lo cual logró mientras la tía se encontraba postrada, en mal estado de salud, muy deteriorada.
Tal allanamiento figura en la demanda 252/2018, que Víctor Francisco Cuevas presentó ante el Tribunal Unitario Agrario (TUA) en Tepic, para quedarse con las tierras de la tía incluyendo el derecho agrario, llevándola incluso ante el TUA en una audiencia itinerante en Bahía de Banderas antes que ella falleciera, todo en complicidad de la presidenta de la entonces comisariado ejidal, Esther García.
EL REY DE LOS CACIQUES
Pero si los anteriores son vivales, el que sigue es el rey de todos los caciques, y se llama Gerardo Primitivo García Reynaga. Este señor, dicen con sarcasmo en Valle “debía hasta el aire que respira”, pero al terminar su periodo como secretario del comisariado en la administración 2021-2024, como por arte de magia, aparecieron como de su propiedad más de cinco vehículos, entre estos algunos de alta gama, chivos, borregos y ganado de engorda.
No solo eso, sino también es propietario de caballos de estima, bienes inmuebles, entre otras cosas. El dinero que ha obtenido de manera ilegal le hizo tanto daño, que hasta dejó a su esposa e hijos, para disfrutar las delicias de la vida alegre.
Pues bien, todos han tenido el cobijo del sedicente abogado Mario Escamilla Torres, el asesor jurídico del ejido, quien ya se acostumbró a no resolver los asuntos importantes del ejido, sino que al parecer litiga con tráfico de influencias, sugiriendo a los ejidatarios que contraten a la licenciada Maribel Robledo (su esposa) para que sea su contraparte y así ponerse de acuerdo y ganar, ganar, de cualquier forma.
Esto significa para los verdaderos ejidatarios perder, perder, pues se trata de negociaciones y litigios que a la larga solo les van a revotar a los mismos ejidatarios.
LOS DUEÑOS DE “LOS AMORES” DE BUCERÍAS
Como señalamos, son tan obvios y descarados que, esta pareja de abogados que están enquistados en el ejido Valle de Banderas, poseen un condominio en “Los Amores” de Bucerías, una casa en el fraccionamiento Altavela; locales comerciales sobre la carretera a un costado del motel “Vela Amour” de San Clemente de Lima; una camioneta de lujo, entre otros bienes.
Ahora, estos personajes –los nuevos ricos que exprimieron al ejido—piden “respeto y justicia” cuando ni han respetado a sus compañeros, ni les han procurado justicia.
Bajo este escenario, es claro que hoy lloran y piden “respeto y justicia” porque pretenden quedarse con el dinero (de por sí ya extraviado) de la indemnización del puente Amado Nervo.
Tenemos, por ejemplo, al actual presidente del comisariado, Pánfilo Encarnación, ejidatario por sucesor de los derechos agrarios de su padre (Mariano Encarnación Ruiz, alias El Prieto Chendengue), quien vendió parte de sus tierras al señor Chano Sedano.
Pánfilo, una vez reconocido como ejidatario, desconoció el trato que hizo su extinto padre, intentando recoger la tierra través de una demanda que ya ganó en el Tribunal.
PIDEN RESPETO CUANDO NO LO TIENEN
Por ello, son decenas los ejidatarios que gritan y señalan que “cómo tenerle respeto a la asamblea de ejidatarios que violenta la ley, dejando sin sus derechos correspondiente a los ejidatarios, a personas de más de 70 años de edad, imponiéndoles a capricho desde hace más de siete años castigos que no se contemplan en la ley agraria; negándoles todo tipo de ayuda y sus recurso económicos correspondientes, con un monto aproximado acumulado de medio millón de pesos a cada uno, robándoselos y entregándolo a los demás ejidatarios, dinero que les corresponde solo a los ejidatarios que se encuentran ilegalmente castigados, privados de sus derechos y su dinero.
¿Dónde está el respeto que ellos piden, como se le puede dar justicia al que no garantiza la más mínima, como respetar al que violenta la libertad de expresión, como hacerle justicia al que intenta dañar tu integridad física?”.





