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Jueves, 11 Mayo 2017 11:42

Luis Munguía, pañal desechable del Mochilas; priistas se frotan las manos si Ramón fuera candidato

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Por Gerardo Sandoval Ortiz

Todos los indicativos y mediciones apuntan al mismo escenario: Si el MC alienta a Ramón Guerrero el PRI estará en condiciones de recuperar la presidencia municipal. Hoy, el adversario a vencer es el alcalde Arturo Dávalos; la irrupción de “El mochilas” divide a los naranjas y allana el camino al PRI.

En la última semana consultamos a diversos actores del Partido Revolucionario Institucional y el consenso unánime es animar a Ramón Guerrero Martínez venir a Puerto Vallarta y hacer “campaña”. La “campaña” del diputado local se traduce en la más efectiva campaña para el PRI. Analizan la forma de llegar a Enrique Alfaro y exhibirle supuestas encuestas donde se coloque a “El mochilas” como el más popular de los cuadros del MC en Puerto Vallarta y de esa forma, engañando a Alfaro, impulsar la nominación del oriundo de Ayutla.

En pocas palabras, la estrategia de nuestros amigos priistas es tan sencilla como aplicar la regla de oro, de vencer al enemigo por la vía de dividirlos. Para ello, al primer paso es apoyar el engaño masivo a Alfaro, simulando que “El mochilas” es quien está en la punta de los índices de preferencia electoral de los vallartenses. La jugada maestra se complementaría sacando de la jugada a Arturo Dávalos Peña, a quien los priistas catalogan como un formidable adversario y a quien se le augura que dentro de un año se fortalecerá en su posición de candidato a reelegirse.

Desde ya, se percibe un escenario nada descabellado. Dentro del Movimiento Ciudadano toman formas condiciones como para aventurarse a la fractura total y la migración de una de las dos tribus, la liderada por el motejado como “El mochilas” y la de Arturo Dávalos. Ambos solo podrán aspirar a reelegirse por su partido y está en veremos la elegibilidad por otro color. Sin embargo, cualquier “alianza” está al alcance de uno y otro; si se está dispuesto, uno o el otro a torpedear al enemigo impulsando la derrota, lo de menos sería encabezar una candidatura directa.

A mediados del año pasado se consignó en este espacio que Ramón Guerrero diseña su regreso. Se le puso fecha, agosto, en aquella ocasión. Los festejos por el Día del Trabajo, Día de los niños, el Día de las Madres, despejaron todas las dudas. Ramón Guerrero quiere ser otra vez alcalde. Ya usó y desechó al diputado federal, Luis Munguía al que primero lo mandó a servir de punta de lanza contra Arturo Dávalos, simulando disputar a Dávalos la candidatura. Ignoramos si Munguía supo que fue usado por “el mochilas y cual pañal desechable lo lanzaron al basurero. Ahora que sabemos que el motivador Ramón Chávez Lara retornó a su pasado y hace precampaña en su natal Tomatlán, reclamando ser mayor de edad y tener credenciales para abanderar al MC y ser el primer alcalde naranja, es indicio de que Munguía al fin abrió los ojos. La alianza Munguía-Mochilas la diseñó el ayutleco y se pensó para convertir a Munguía en su lacayo y ponerlo de alfombra para alcanzar sus metas y saciar su voracidad política.

La rabia que sangra Ramón Guerrero lo cegó, a tal grado de ser incapaz de ver su realidad. No asimila que a su paso por la alcaldía su popularidad se redujo a niveles ínfimos. Le cuesta difícil creer que su momento es resultado de sus acciones y decisiones cuando despachó en la alcaldía. Ni siquiera acepta que su trato déspota, irrespetuoso y grosero a los periodistas que cubren con regularidad actividades de gobierno los puso en su contra y hoy, son los primeros en elevar rezos implorando por su no retorno. Nadie quiere esperar horas y horas, de madrugada, a mediodía, por la tarde, a media noche, esperando adormilados el inicio de una sesión del Ayuntamiento. Más allá de enlistar las decenas de bienes municipales vendidos, el “mochilas” agravió todos los días a sus colaboradores y empleados subordinados. Los vallartenses no desean el regreso de funcionarios golondrinos que cazaron “botines” y saquearon las arcas municipales.

Los priistas son los primeros en aplaudirle y azuzar a Ramón Guerrero para arrebatarle a Dávalos la candidatura naranja. Las mediciones les indican que en un escenario donde el MC postule al de Ayutla, el PRI ganaría la elección. Con Dávalos, el PRI no está derrotado, pero se complica una victoria en las urnas. Más bien, las preferencias están a favor de Dávalos y con amplios márgenes. Los puntos negativos de Ramón Guerrero son una golosina nada despreciable y ahí se machacará en campaña. En público se minimizará las debilidades y se animará a Alfaro empujar al de Ayutla.

Las posibilidades del Revolucionario Institucional dependen, en partes iguales al candidato naranja postulado y del abanderado propio a nominar. Nadie duda de que el aspirante mejor perfilado es el director del SEAPAL Cesar Abarca Gutiérrez. Sin embargo, sus asesores y operadores han sido incapaces de sellar los frentes hostiles y generar condiciones de unidad al proyecto. Cesar Abarca tiene a sus principales enemigos dentro del PRI. Influyentes “accionistas” de la franquicia y aspirantes menores hacen daño a la figura del candidato de unidad alrededor del aspirante mejor posicionado. Al permanecer agazapados, jugar a las caiditas y apostar a los padrinazgos, afectan al partido. Rafael Yerena Zambrano, los hermanos González Reséndiz, el patriarca de estos, Rafael González Pimienta, no mueven un dedo, desdeñan el apoyo al partido y también a Cesar Abarca. Debemos reiterarlo, no hay veto a Cesar Abarca, pero tampoco le brindan el respaldo total. O lo que no es menos grave, los hermanos Chavita y Rafita González Reséndiz, traen a su mona, Cheo Aréchiga y se mueve de acuerdo a los jaloneos, como un burdo títere, según sacie las perversidades políticas de los cachorros de González Pimienta.

Entonces, colocados el MC y el PRI en posiciones de competir entre ellos por la alcaldía para el 2018, la presencia de personajes nocivos y voraces, debilitan en los dos casos el proyecto que con paciencia ha sido largamente trabajado. En el MC, Ramón Guerrero, no el PRI, ni los priistas, es la peor amenaza para Dávalos. En el tricolor, ninguno de quienes aspiran a quitarle el honor a Cesar Abarca representa peligro. El peligro lo reencarnan quienes jalan los hilos a esos títeres.

REVOLCADERO

Por cierto, ya casi está listo el nuevo Comité Directivo Municipal del PRI. Y ya hay fecha para la toma de protesta y será el viernes 19 de este mes. A Iván “el tigre” Bravo Carbajal se la ha dificultado completar el comité. Por ejemplo, se había invitado a Jeanine Arreola para asumir funciones de prensa, pero desistió luego, pues al mismo tiempo había aceptado matrimoniarse y eso la sacó de la jugada. Entonces, con la dama de Las Juntas atendiendo su matrimonio, será una hija del amigo Ricardo Barragán quien estrenará su recién alcanzada licenciatura en tareas de tiempo completo.****** A los duelos de las fiestas que se cargan nuestros amigos del MC, todavía les restan los agasajos a los profesores por el Día del Maestro. Ellos no apapachan a los estudiantes, pues se impone la creencia de que estos no tienen credencial de elector. Cuando Ramón Guerrero era alcalde, puso de moda regalar un automóvil a los maestros. Veremos si hoy que regresa a sus “campañas” también les sortea otro automóvil. Debe hacerlo, sino quedará como un político que saluda con sombrero ajeno y solo regala lo que no es suyo. Eso sí, sus amigos nos adelantan que ya limpió sus botas y sombreros para darse su baño de pueblo y pasear en Las Palmas y rendirle tributo a San Isidro Labrador. No en vano “el mochilas” es el líder en inasistencias en el Congreso del Estado. Esta semana apareció el ranking y nadie le gana a él. Ni siquiera la priista Claudia Delgadillo le compite en el standing de los diputados flojos. Más o menos así despachó cuando fue alcalde. No por nada, a su paso asusta a todos cuando saben que quiere repetir. ****** Al batallón de quienes se apuntan a la lista de ser candidatos a algo, apunte usted al profesor Leobardo Curiel Preciado. Nuestros amigo y paisano ya fue una vez diputado federal y por el Partido Acción Nacional. Famosa aquella versión de haber ganado desde la hamaca. Cuando Felipe Calderón tomó protesta, el profe sirvió de escudo humano para repeler a quienes intentaban impedir el acto.

 

 

 

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