Siempre en el ojo del huracán por supuestas irregularidades en el manejo de la dependencia municipal, Fernando Sánchez Aceves fue acusado una y otra vez de no estar a la altura para estar al frente del organismo cultural más importante de la ciudad.
Lo señalaron por inundar el malecón con “artistas” frívolos que sólo hacían de la cultura una farsa, un atentado a las costumbres de los vallartenses como el permitir, por ejemplo, que el hombre de acero Iron Man y un Alíen chafa, mal copiado de la película “El Octavo Pasajero”, que en realidad eran dos personas con trajes que pedían dinero a los turistas por tomarse una selfi o para que los pobres hombres que estaban bajo el disfraz y que se morían del calor, asustaran o bailaran al ritmo que les tocaran las monedas.
Chef de comida prehispánica en un restaurante que está en la zona de Olas Altas, Fernando Sánchez Aceves hizo de la cultura –no siempre, desde luego, porque también tuvo su lado positivo—una burla.
NO TUVO PARANGÓN
Pero el grado superlativo de tonterías que cometió al frente de la Dirección de Cultura Municipal, no tuvo parangón con lo que ocurrió durante el premio Vallarta para conmemorar el Centenario de Puerto Vallarta, ya que formó un Comité Dictaminador muy al estilo Fernando Sánchez, es decir, no chafa, sino chafísima, cuyos “honorables” e inteligentísimos integrantes declararon desierto el galardón que lleva el nombre del artista Manuel Lepe, y que es dedicado precisamente a los artistas plásticos.
Esto hecho marcó el principio del fin para Fernando Sánchez, quien no supo sacar adelante una ceremonia de premiación como lo ameritaba la ocasión, lo que enfureció a muchas personalidades de Puerto Vallarta que no podían creer que entre tantos talentos que ha dado la ciudad, no pudiera otorgársele a alguno de ellos el premio Manuel Lepe.
LA VOZ DE FRANCISCO SAN MIGUEL
Una de estas personas que alzaron la voz para gritar que era una aberración declarar desierto el premio Manuel Lepe, fue el pintor Francisco San Miguel --quien, por cierto, ya una vez fue premiado con este galardón--, quien de hecho solicitó al Ayuntamiento vía ley de transparencia, que le entregaran los criterios en que se basaron los del Comité de Cultura para llegar a semejante conclusión.
El argumento, tan tonto como estúpido, del Comité para declarar desierto el premio, fue que “porque nadie propuso a nadie”. Imagine usted qué justificación tan estulta.
Esta medida fue insultante para los artistas plásticos de Vallarta, ya que el año pasado, el mismo Fernando Sánchez nombró a un representante de los artistas locales, aunque nunca se supo a quién representaba en realidad; pero esto habla de que al final fue una farsa dicha “representación”, pues no sirvió para nada, sólo para mofarse de los que en realidad trabajan y merecen reconocimiento.
Por ello, el mismo Francisco San Miguel, al ser delegado en Jalisco de la Asociación de Artistas Plásticos de México que tiene reconocimiento ante la UNESCO desde 1993, y siendo organizador y fundador de cosas que atañen a las artes de la ciudad, reprobó tal medida, de acuerdo con un escrito que hizo llegar al columnista.
UN COMITÉ FARSANTE
Comentó que Don Manuel Martínez, creador del escudo de armas de Vallarta, artista plástico, casi octogenario, bien pudo ser mencionado por ese comité de marras.
Indicó que mencionar que fue “el pueblo de Vallarta” el que propuso esto, es una farsa. “No creo que, en el Pitillal, Mojoneras, la López, Playa Grande etc., hayan tenido interés en semejante evento, deslucido y mamón”, subrayó.
“Declarar desierto ese supuesto premio fue insultante y ofensivo para el mismo nombre de Lepe y los artistas como Javier Niño, que merecían en el Centenario de Vallarta ser reconocidos”, puntualizó.
Es terrible que el entonces director de cultura se haya escondido de la comunidad de artistas locales para nombrar a sus amigos en cargos que no tienen ninguna acción para la ciudad o para los artistas, agregó.
“Sánchez, por ejemplo, es un operador de la Universidad de Guadalajara que metió a la isla del río Cuale a la insipiente carrera de artes plásticas, cuando la universidad tiene una infraestructura millonaria, y solo lleva recursos y actividades a la OPC, que es algo privado”, aseguró.
La corrupción estuvo desatada en la gestión de Fernando Sánchez en cultura, afirma Francisco San Miguel. “Fernando conoce mi rechazo a su gestión, no soy anónimo en mis comentarios, lo sabe. Y ese estúpido Comité que ignoró a Martínez y a Niño, tendría que desaparecer o ser cambiado por gente que tenga mayor criterio. Declarar desierto (el premio) es certificar la inexistencia de los artistas de Puerto Vallarta”, consideró.
Molesto, Francisco San Miguel concluyó con la siguiente expresión: “Por mi parte, para el próximo año le propondré a ese comité, si aún existe, que espero sea removido inmediatamente, se dé el premio de Los más Grandes Benefactores de Vallarta en los años 80, a don Rafael Caro Quintero y don Ernesto Fonseca, que sí hicieron por la población y la economía de la ciudad… A ver qué dice este pinche Comité bueno para nada”.
LA VERDAD SOBRE LA SALIDA DE FERNANDO
Hasta ahí lo expresado por Francisco San Miguel, pero lo que en realidad motivó la salida de Fernando Sánchez Aceves de la Dirección de Cultura, la gota que derramó el vaso y que por lo tanto ya no podía ser sostenible por nadie, fue un pleito personal que terminó en golpes y que sostuvo con una ex novia, una fémina que fue pareja del funcionario y que en un arranque de coraje se presentó a la casa de Fernando para reclamarle cosas que, por ser absolutamente personales, no podemos mencionarlas.
De esta bronca doméstica, surgió una denuncia de carácter penal que lleva todo el sello de violencia de género como pretexto y que la exnovia está aprovechando para hacerle la vida de cuadritos a Fernando. Por lo pronto ya logró que lo corrieran de Cultura.
Pues bien, mientras se aclara cómo estuvo el asunto del pleito personal de Fernando y la dama, los altos mandos del Ayuntamiento decidieron separarlo del cargo.
Y es que hay muchas dudas sobre cómo fue la bronca entre su ex y Fernando, ya que hay versiones de que la mujer fue la que, presuntamente, acudió al domicilio del funcionario –de quien tiene mucho tiempo separado-- para agredirlo verbalmente y luego recurrió a golpes y rasguños para provocar a Sánchez Aceves.
Ojo, siempre se maneja la presunción. Todo es conjetura hasta no tener las dos versiones debidamente cotejadas con la copia de la denuncia.
Pero mientras son peras o son manzanas, es él, Fernando Sánchez, el que debe aclarar la situación ante las autoridades, primero, y después ante la opinión pública.
Antes de despedirnos permítanos comentarles que hay otro caso donde un funcionario del municipio de apellido Rubio terminó lanzado (literalmente) por las escaleras por su novia reportera en unos departamentos de Vallarta 500 y que podría estar en el mismo camino de Fernando Sánchez.
