Agustín Díaz Aquino forma parte del equipo del diputado Luis Munguía y es de las huestes de Ramón Guerrero Martínez El Mochilas, y se cree con tanto poder en Mascota, que hace las funciones de presidente municipal, por encima de la alcaldesa Sara Eugenia Castillón Ochoa, quien sólo representa la “cara bonita” del municipio.
Este señor, Agustín Díaz, toma todo tipo de decisiones importantes al interior del Ayuntamiento de Mascota, invade facultades propias de la presidenta municipal, pero como tiene el apoyo de Luis Munguía y el Mochilas, hace lo que quiere, incluso ser “aviador” de la Secretaría de Educación Jalisco, donde cobra cinco mil 379 pesos sin trabajar como “analista programador”, pues no sabe nada en la materia.
Hasta ahora, ni el gobernador del estado, Enrique Alfaro Ramírez, ni los diputados del MC, mucho menos Luis Munguía, han hecho algo para impedir que “Agus” viole la ley de responsabilidades de los servidores públicos y la propia de Incompatibilidades, toda vez que sigue cobrando su sueldo tanto en el Ayuntamiento de Mascota, como en la Subdelegación Regional de la Secretaría de Educación, pese a que el mismo Alfaro manifestó que investigarían la venta de plazas y otras irregularidades en la Secretaría de Educación.
En este contexto, es claro que alguien solapa las sinvergüenzadas de “Agus”, ya que, de acuerdo con documentos solicitados por Ley de Transparencia, no renunció al cargo de “analista programador” desde que entró como secretario general al Ayuntamiento, él siguió cobrando y según documentos en poder de VALLARTA UNO, todavía cobró en nómina de la SEP en la primera quincena de febrero de este año 2019.
La ley de Incompatibilidades señala claramente que “hay incompatibilidad, cuando un servidor público desempeña distintos cargos públicos remunerados, conforme a lo dispuesto por los artículos 109 y 112 de la Constitución Política del Estado de Jalisco”.
Asimismo, que “ningún servidor público podrá ocupar dos o más cargos directivos, ejecutivos ni administrativos remunerados, incompatibles”, como es el caso de Agustín Díaz Aquino.
La ley también indica que cuando exista una incompatibilidad, los servidores públicos que contravengan la resolución que al efecto se dicte y continúen percibiendo dos o más remuneraciones, reintegrarán los sueldos de menor cuantía. El reintegro se hará efectivo, mediante descuentos periódicos con cargo a los sueldos que se sigan devengando.
No solo eso, sino que también advierte la misma ley que “la responsabilidad del reembolso afectará solidariamente a los jefes de las oficinas pagadoras que, a sabiendas, hayan cubierto los sueldos correspondientes a los empleos incompatibles”.
Entonces, vamos a esperar a que “Agus” reintegre los sueldos devengados desde que entró como secretario general del Ayuntamiento, y que se les descuente al tanto a los funcionarios de la Secretaría de Educación que han pagado este dinero a sabiendas de que había incompatibilidad.
La historia de Agustín Díaz Aquino es truculenta, ya que algunos lo pintan como una persona honesta y transparente cuando fue regidor de oposición en el Ayuntamiento, pero en cuanto tuvo algo de poder, se transformó por completo.
Quizás, dicen algunas personas, todavía no supera haber perdido una elección cuando fue candidato, pues sus preferencias sexuales chocaron con los ciudadanos conservadores del pueblo de Mascota, que le dio la espalda y no votó por él.
Sin embargo, ahora se siente alcalde y muchos lo ven como un simple “aviador” de la Subdrse.