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Lunes, 10 Agosto 2015 02:44

La naranja podrida

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Émulo del “Niño Verde”, pero en su versión naranja, el diputado federal electo del 05 Distrito de Jalisco, Luis Ernesto Munguía González, no aprende de los errores del pasado y en cuanto se supo ganador de la pasada contienda, se fue de parranda a Cancún acompañado del polémico Héctor Briseño –despedido por El Mochilas por desleal—y por el ex subdirector de Padrón y Licencias, Javier Navarro, Mejor conocido como “El Culichi”, lo que encolerizó a Ramón Guerrero, al grado de que pretenden congelar cualquier proyecto político de Munguía

 

 

Por Jorge Olmos Contreras

 

Luis Ernesto Munguía González no es Jorge Emilio González Martínez “El Niño Verde” –el dirigente del Partido Verde--, pero es muy parecido, lo imita, lo admira, quiere ser como él… Y para demostrar que puede llegar a ser “El Niño Naranja” del Movimiento Ciudadano, le ha dado rienda suelta a sus impulsos. Envestido con el traje de diputado federal electo, no le ha importado cuidar las formas, al fin y al cabo la campaña ya terminó, y lo que sigue en la agenda del regidor más gris que ha tenido Vallarta, es una fiesta interminable para continuar celebrando el triunfo… y para comenzar a construir el siguiente proyecto político: la candidatura del MC a la presidencia municipal.

 

Munguía González anda en las nubes, no escucha consejos y mucho menos le hace caso a los políticos más experimentados del MC, por ello tomó un vehículo, trepó a sus cuates y se fue por carretera a vacacionar hasta Cancún, Quintana Roo. El trayecto fue largo, por eso se pararon en cuanto Motel encontraron a su paso y también se refugiaron en los mejores antros para alcoholizarse, ponerse hasta las chanclas, lejos de la mirada inquisitoria de los vallartenses, allá la dieron rienda suelta a sus pasiones.

 

En el grupo de Luis Munguía se fue el ex sub oficial Mayor Administrativo, Héctor Briseño –a quien ya invitó para ser su asesor número uno en la Cámara de Diputados--, y también se coló Javier Navarro, mejor conocido como “El Culichi”, aquél funcionario implicado en el desvío de recursos públicos cuando fueron sorprendidos por la regidora Susana Carreño al trasladar armazones de metal con publicidad del MC elaboradas en un taller de Obras Públicas y llevadas a una finca, la 467 de la calle Juárez, en el Centro de la ciudad, propiedad del padre de Luis Munguía.

 

Todo parece indicar que Luis Munguía no se olvidó de sus cómplices en eso de los delitos de servidores públicos, ya que también le va a dar trabajo de asesor a “El Culichi” para ponerlo en la nómina de San Lázaro para que cobre un jugoso sueldo, como pago a los favores recibidos al involucrarse, Javier Navarro, en un claro desvío de recursos públicos para ayudar a su amigo Munguía, lo que podría costarle la cárcel, pues el caso todavía está en la Fiscalía de Jalisco y lo tienen calentando poco a poco, como un pollito rostizado.

 

EL AMIGO BRISEÑO

 

Otro de los beneficiados por Luis Munguía, y sobre quien se centra la polémica, es Héctor Briseño, aquél funcionario que fue despedido por Ramón Guerrero al descubrir que le era infiel como amigo, pues se presumía que sostenía un noviazgo con su entonces mujer (la del Mochilas), Magaly Fregoso, y aunque se tardó, más tarde que temprano lo puso de patitas en la calle.

 

Luis Ernesto Munguía es hechura de Ramón Guerrero, el Mochilas lo creo, lo confeccionó, lo construyó como el doctor Frankenstein hizo a su monstruo, con mucho esmero y cuidado, pero el muchacho es mal agradecido, y como ahora se siente que puede con cualquier paquete político que le dejen, ya olvidó las sugerencias que le hizo su creador, toda vez que se ha enredado en un proyecto que tiene su mirada bien puesta en la silla presidencial de Puerto Vallarta en el año 2018.

 

Por ello volvió a reunir al equipo que en el Ayuntamiento se les conoce como “Los Chukies”, para tratar de ser el candidato del MC a la alcaldía de Vallarta en la próxima contienda. Pero en el pecado lleva la penitencia, ya que desde ahora se han cerrado filas al interior del MC para bloquear a este grupo de jovencitos que  pretenden tomar el poder por asalto, sin consultar a nadie y sin pedirles el visto bueno a los operadores políticos del Movimiento naranja.

 

La intención de este grupo es que Luis Ernesto Munguía haga proselitismo con la figura de diputado federal para que logre ser el candidato a la presidencia municipal para el periodo comprendido del 01 de octubre 2018 al 30 de septiembre del 2021, dejarle el espacio abierto a Magaly Fregoso para que ella sea a su vez la próxima candidata a diputada federal y si las cosas funcionan a la perfección, en tres años más, es decir, en el año 2021, Magaly sería la candidata a presidenta municipal para ocupar la alcaldía del 01 de octubre del 2021, al 30 de septiembre del todavía lejano año 2024.

 

De este tamaño son las ambiciones del grupito de Luis Munguía, quien en su aventura está arrastrando la credibilidad de Magaly Fregoso, la exhibe, la desnuda y la pone contra la pared al crearle conflictos políticos innecesarios y ponerle en su contra al equipo fuerte del Movimiento Ciudadano en Puerto Vallarta.

 

Pero la debilidad política de Luis Munguía se verá en la asignación de comisiones en el Congreso de la Unión, donde será relegado a cuarto o a quinto nivel.

 

LOS QUE MANDAN

 

Se les olvida a estos muchachos que el equipo fuerte, compacto, el que tiene la sartén por el mango y que es el que va a tomar las decisiones presentes y futuras del Movimiento Naranja en Vallarta está conformado por Arturo Dávalos Peña como líder, seguido por Santiago Centeno Ullín, Guillermo Salcedo, Ricardo René Rodríguez (próximo tesorero municipal) y como agregado especial, porque se ha ganado el respeto del Grupo Vallarta, está ni más ni menos que el tapatío Diego Franco, quien coordinó la campaña de Dávalos y la llevó a buen puerto.

 

Estos señores son los que mandan desde ahorita en el Movimiento Ciudadano de Puerto Vallarta, son los que lograron descarrilar algunas imposiciones que Ramón Guerrero quería meter a la planilla de Arturo Dávalos, como el caso de Jaime Castillo Copado, a quien el Mochilas lo quería en la sindicatura. Ellos serán los principales protagonistas de decirle NO a Ramón Guerrero cuando de imponer a funcionarios se trate, o cuando el ex alcalde quiera meter las manos en la política de la próxima administración.

 

De hecho, ya hay un conflicto entre Arturo Dávalos y Ramón Guerrero, por la recomendación que ha hecho el Mochilas para que repita en la Dirección de Turismo otro polémico personaje y quien también le ha sido desleal a Ramón en el pasado reciente, como lo es Oscar Pérez, a quien sin duda le ha quedado grande el puesto, pero se aferra al cargo, como si fuera la última llanta salvavidas ante de hundirse el barco.

 

EL OTRO OSCAR PEREZ

 

Oscar Pérez también forma parte de la cofradía de Luis Munguía-Héctor Briseño-Magaly Fregoso, con la diferencia que todavía conserva el paternalismo del Mochilas, mientras que Héctor Briseño es tratado como el hijo desobediente.

 

De cualquier forma, Oscar Pérez va a ser vetado por el sector privado, donde hay la determinación de proponerle una terna a Arturo Dávalos, encabezada por la ex presidenta de la Canirac, Guadalupe Bayardi.

 

Los Chukies, mientras tanto, ya están de regreso en Puerto Vallarta, dos de ellos hasta se operaron la nariz (en la foto aparece Luis y Chalo, alcalde electo de Atenguillo con parches), como el mismísimo Luis Munguía, quien invierte mucho dinero en tratar de embellecer su rostro para tratar de ganar simpatías rumbo a su candidatura a la presidencia municipal.

 

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