Y es que ya es más común ver en las tiendas de abarrotes, tortillerías, carnicerías y mini supermercados cualquier cantidad de productos envasados que no tienen etiqueta alguna de su contenido, ni fecha de caducidad, ni persona física o moral responsable de su elaboración y comercialización.
Se trata de productos caseros que se preparan en domicilios particulares, en la cocina de cualquier ama de casa y hasta en bodegas habilitadas para su fabricación.
Primero fueron los frijoles refritos o de la olla (en caldo y enteros) -- desplazando a la Lucerna--los que comenzaron a aparecer en los estantes de las tienditas de la esquina; luego brincaron a negocios más grandes como carnicerías y tortillerías y hasta en supermercados populares. Después aparecieron pequeños envases de plástico con comida preparada al día, desde huevos a la mexicana, machaca, costillas de cerdo y otros.
EL MENÚ
El menú comenzó a crecer y ahora son decenas de alimentos y bebidas que se venden en casi todas las tiendas de abarrotes y otros establecimientos comerciales. La oferta aumentó con los días de confinamiento por la pandemia de covid-19, ya que muchas personas vieron la oportunidad de hacer negocio vendiendo comida y bebidas envasadas o embotelladas.
Si bien es cierto que este tipo de comercio es una opción para mejorar la economía de cientos de personas, también lo es que representan un riesgo sanitario latente y que podría desembocar en un problema grave de intoxicación o enfermedades estomacales agudas, debido a que ninguna autoridad ha puesto atención en este asunto.
De hecho, no sabe cómo se preparan los frijoles, dónde los hacen, qué utilizan para su elaboración, tampoco quién o quiénes preparan las comidas del día y las venden en tiendas con un “tóper”; en resumen, nadie sabe a ciencia cierta cómo ni dónde se elaboran estos alimentos, lo mismo puede ser el patio de un vecino, que, en el jacal de una casa, o en la cocina de uso común y hasta en lugares al aire libre, donde el aire lanza el polvo por todos lado y muchas veces llevan particulares de heces fecales de animales y hasta humanos que defecan en la vía pública.
PRODUCTOS “CASEROS”
La Secretaría de Salud es la dependencia que debe supervisar los sitios donde se hacen estos alimentos y es la que debe exigir que al menos contenga una etiqueta, pero como son productos “caseros”, no hay supervisión alguna.
Y es que la compra-venta de productos no registrados por la Norma es una práctica habitual desde hace algunos años. En el caso de los alimentos, es cada día más frecuente, aunque su introducción es más reciente
Este problema es nacional, pero puerto Vallarta no se queda atrás por la falta de vigilancia tanto en puestos de comida, como en “fabricas” de alimentos que no cuentan con inspección sanitaria; lo que ha llevado a que más gente venda sus productos sin que les importe el riesgo que representa para los consumidores.
LAS 200 ENFERMEDADES
Las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) que controlan la producción e inocuidad de alimentos son la NOM-120-SSA1-1994; Bienes y Servicios, Prácticas de Higiene y Sanidad para el Proceso de Alimentos, Bebidas sin Alcohol y Bebidas alcohólicas; así como la NOM -093-SSA1-1994, que regula las Prácticas de Higiene y Sanidad en la Preparación de Alimentos que se ofrecen en establecimientos fijos.
Estas normas se enfocan a los controles sanitarios, buenas prácticas de manufactura y saneamiento para establecimientos procesadores de alimentos como son restaurantes, negocios de comida, comisariatos y similares.
EL objetivo de estas normativas es brindar a los productores un marco general de requisitos para reducir los riesgos de contaminación a lo largo de todas las etapas de la producción, con el fin de fortalecer el sistema de abastecimiento alimentario bajo formas de producción más seguras, ya que los alimentos no aptos para el consumo humano contienen bacterias, virus, parásitos nocivos o sustancias químicas que causan más de 200 enfermedades.
Y es que si alguno de los alimentos está contaminado puede ser la fuente de enfermedades infecciosas como salmonelosis y toxoplasmosis, éstas se transmiten a través de alimentos crudos, mal cocidos o mal preparados, y pueden ser muy peligrosos para la salud.
Por ejemplo, existe una NOM de etiquetado que establece las condiciones específicas para las etiquetas de los alimentos.
VALLARTA CARECE DE VIGILANCIA
De acuerdo con información oficial, es a través del instrumento de inspección con el que el inspector puede controlar que en un local se estén tomando las medidas necesarias para reducir al mínimo la probabilidad de que un peligro biológico, químico o físico pueda llegar al alimento final para ser consumido.
El objetivo de una inspección es poner en el mercado alimentos inocuos y seguros desde el punto de vista higiénico-sanitario. En la actualidad una inspección bromatológica se lleva a cabo con características fundamentales educativas, preventivas y correctivas, debido a que ya no es posible seguir manteniendo un sistema en el cual los organismos de control sean los únicos responsables en la obtención de un alimento seguro y la responsabilidad tiene que ser entre todos.
Por medio de la inspección el inspector debe actuar como autoridad para tomar las decisiones y medidas correctivas y legales, cosa que aquí en Puerto Vallarta pareciera que no se hace, se carece de vigilancia alimentaria de acuerdo a nuestra investigación periodística.
El control sanitario de agua y alimentos es una herramienta fundamental, que permite identificar los riesgos y establecer las medidas preventivas para su control, con el fin de garantizar su inocuidad y la salud del consumidor
ALIMENTOS CONTROLADOS
Sin embargo, sabemos que mucha gente se salta estos protocolos por ganar más dinero, para evitar pagos, impuestos, trámites, permisos etc., por lo que cada día hay más venta de bebidas y alimentos de dudoso origen y nadie los supervisa.
Además del registro sanitario, la población debe verificar que los productos cuenten con fecha de vencimiento vigente y saber si cuentan con registro otorgado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), lo que incluso se puede consultar en la base de datos en línea que se encuentra en el sitio web de esta dependencia.
Algunos de los alimentos que deben llevar control sanitario son la leche, el huevo, carnes, lo de pesca, frutas, bebidas alcohólicas, bebidas no alcohólicas, cereales, salsas embotelladas, café, alimentos preparados para su consumo entre otrosAlgunas de las empresas y establecimientos que deben tener control sanitario son restaurantes, hoteles, hospitales, plazas comerciales, tiendas de abarrotes y lugares donde se fabrican alimentos.
LAS NORMAS QUE ALGUNOS SE SALTAN
Entrevistado sobre esta problemática, el titular de la VIII Jurisdicción Sanitaria, Jaime Álvarez Zayas, comentó la importancia de que todos los productos pasen la normatividad, que es la NOM 251-SSA1-2009, donde se indican las prácticas de higiene para el proceso de alimentos, bebidas o suplementos alimenticios. Esta norma está escrita y es la que se debe aplicar en todo el territorio nacional para todos los procesos de alimentos y bebidas, tanto en puestos fijos y ambulantes.
El cumplimiento de esta NOM, es supervisada por la COFEPRIS y aquí en la entidad, por el COPRISJAL, que es el Consejo de la Prevención de Riesgos Sanitarios de Jalisco; ellos se encargan, a través de visitas de verificación que se cumpla la NOM, es de carácter obligatorio.
EL HOTEL QUE INTOXICÓ A SUS EMPLEADOS
Aquí en Puerto Vallarta, el COPRISJAL se encarga de supervisar a los establecimientos fijos y ambulantes que tienen puestos de comida; incluso ya se han hecho operativos en diversas ocasiones. Por ejemplo, agregó Álvarez Zayas, hubo un caso en el 2019 en un hotel de Vallarta en que los mismos trabajadores denunciaron que habían tenido problemas de intoxicación alimentaria.
En ese entonces se hizo la visita y verificaron que, efectivamente, no había condiciones de seguridad e higiene en la cocina del hotel, por lo que se tomaron medidas, ya que la NOM establece sanciones, dependiendo de los hallazgos. Y en este caso se comprobó que los empleados sí se habían enfermado debido al consumo de alimentos y bebidas preparados en el establecimiento de hospedaje, por lo que tuvieron que cerrar la cocina, se pusieron sellos de clausura en esa área.
En este caso lo que siguió fue informar a los responsables del lugar sobre los hallazgos de la verificación y se les exhortó a solucionarlos para la reapertura de las cocinas. A los días el hotel arregló las inconsistencias que se señalaron, se verificó y como ya habían solucionado el problema, se retiraron los sellos.
Entonces, aseguró Zayas, sí se aplican sanciones cuando se hace una queja, desde multas hasta el cierre de los establecimientos que no cuenten con lo requerido.
CURSOS EN LÍNEA
Existe una ley para que todos los ciudadanos puedan leerla y está en Internet. Y en la página de COPRISJAL se puede verificar, en donde dice servicios, tienen un link donde tienen un curso de manejos y alimentos dando clic en regulación, abajo vienen las pláticas; además existen cursos de alimentos higiénicos para establecimientos fijos y ambulantes.
“Entonces todos podemos tomar ese curso para saber las medidas, seguridad e higiene de los alimentos, ya que está diseñado en línea para la protección de la verificación sanitaria. Tiene un pequeño costo de 250 pesos con vigencia de un año, solo en Jalisco, y se otorga una constancia de capacitación”, agregó.
Recordó que la Comisión Para el Riesgo Sanitario de Jalisco y la COFEPRIS realizan verificaciones todo el año, pero también se actúa cuando existen denuncias, ya que si una persona vio afectada su salud por parte de un establecimiento, tiene que ir hacer la denuncia a las oficinas de la región sanitaria, cuyo domicilio está en el Parque Hidalgo, calle Juárez y Jesús Langarica, de lunes a viernes por la mañana; donde al momento de presentar su queja se le asesora con un formato con pruebas y se realiza una verificación.
VOCES
El señor Velasco tiene años vendiendo burritas de camarón, mixtas o carne asada en su camioneta. Asegura que cuando le llega camarón “checo que esté fresco y venga con etiqueta; igual con la verdura, fresca y en buen estado”. Y aunque ahorita ya cuenta con un establecimiento, trata de que todo esté bien y no caducado; compra algunas salsas como la Huichol, pero esas ya vienen con su etiqueta, y otras las elaboran ahí, pero hasta el momento no han tenido alguna queja, ni visita de algún inspector, ya que dice tener sus productos en regla.
Por su parte, la señora Consuelo Muñoz, encargada de un puesto de comida en un Oxxo, afirma que sólo una vez le mandaron algo echado a perder, pero que al momento lo reportó e inmediatamente se lo cambiaron… “pero normalmente todo bien, no puede decir uno que es comida de calidad, pero sí cuenta con higiene y etiquetado, salsas, frijoles, quesos etc., … salubridad sí ha venido varias veces a supervisar que todo esté bien”.
Además, Consuelo dice que ellas cuentan con una supervisora que cada semana va a checar que traigan cubrebocas, gorro en la cabeza, y que esté todo limpio y ordenado… “ya que, si no traes uniforme bien puesto, perdemos un bono de 800 pesos… entonces sí tenemos que tener todo en orden, sobre todo checar que los alimentos estén por lo menos en buen estado… hasta ahorita no hemos tenido alguna multa o clausura”.
LOS FRIJOLES QUE VAN A LA TIENDITA
A su vez, Alejandro García, trabajador en una frijolera señala que ellos procesan alrededor de 300 a 400 kilos y lo distribuyen en unas 30 tiendas de abarrotes.
Asegura que siempre supervisan y revisan que el producto sea de buena calidad, tanto en el estado que llega a la bodega, como antes de subirlo a cocer, ya que lo venden en tiendas, hoteles y restaurantes. “De vez en cuando somos supervisados, no muy seguido, pero tratamos de tener todo en regla y en orden por si llega alguna inspección”.
Otra comerciante, la señora Nena, tiene un establecimiento de abarrotes a donde le llegan cientos de productos, carnes, pollos, verduras, salsas, tortillas, leche, entre otros. Cuando llega la mercancía, checa que todo esté bien, con fecha de caducidad y etiquetado, aunque en tiempo de calor es más fácil que la verdura y otros productos se echen a perder pronto… “si no se ponen a la venta rápido estos pueden caducar y ya no sirven”, por lo que supervisa que todo esté bien para brindar buena atención a sus clientes.
Sobre las visitas de inspección sanitaria, comenta que es raro que vayan a su tienda… “pero si es bueno que lo hagan en las de abarrotes porque ahí es donde más se venden productos que pueden estar en mal estado y afectar a los consumidores”.
COMER EN LA CALLE
Carlos Parra, un ciudadano de a pie, confió que en algunas ocasiones sí ha tenido problemas de salud por comer en la calle, pero que jamás ha reportado algún establecimiento. “Pero con el hecho de ver todo sucio o la comida se vea rara o huela mal, te das cuenta que podría estar en mal estado, ya que algunos negocios no cuentan con higiene o supervisión, no toman seriedad o importancia en sus productos y terminan haciendo daño a las personas… hasta la intoxicación”, por lo que espera que se supervise más estos lugares, sean grandes o pequeños.
Si usted conoce algún negocio que venda alimentos de dudosa procedencia o que estén en mal estado, puede reportar el caso a los teléfonos del COPRISJAL:
Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Domicilio: calle Juárez #995.
CP 48300, Puerto Vallarta Jalisco.
Teléfono (322) 22 21104 ext. 102
CINCO CLAVES PARA LA INOCUIDAD DE LOS ALIMENTOS
. Mantenga la limpieza.
. Separe alimentos crudos y cocinados.
. Cocine completamente.
. Mantenga los alimentos a temperatura segura.
. Usar agua y materias primas seguras.